DIARIO EL MUNDO (29 de julio de 2002)

TERRORISMO Y UNIVERSIDAD / Muchos etarras son aprobados sin hacer exámenes tras encargárseles trabajos académicos / Se apuntan a disciplinas cuyos departamentos controlan profesores cercanos al nacionalismo radical
El 44% de los presos de ETA estudia en la UPV

JOSEAN IZARRA

VITORIA.- Casi la mitad de los etarras encarcelados en prisiones españolas se encuentra matriculado en estudios que imparte la Universidad del País Vasco (UPV). Y muchos de ellos aprueban sin tener que pasar ningún examen.

Destacados dirigentes etarras, colaboradores e incluso sanguinarios pistoleros cursan sus estudios desde las cárceles dirigidos por profesores de las facultades integradas en la institución que preside Manuel Montero.

Según fuentes universitarias, 195 etarras aprovechan la existencia de un convenio suscrito por la Universidad vasca y el centro de Bergara de la Universidad a Distancia (UNED), que convierte a la UPV en la única institución académica autonómica que imparte un servicio específico a los reclusos.

El 44,3% de los 440 presos de ETA encarcelados se matricularon durante el pasado curso. Este elevado porcentaje -en el curso de acceso a la universidad o en diferentes carreras- choca con el del resto de internos universitarios, que no alcanza, en el mejor de los casos, el 2%, frente a índices de analfabetismo cercanos al 10%.

Pero la sorprendente cualificación académica del colectivo de presos etarras escapa del sistema habitual utilizado por los reclusos que recurren a la UNED. Ni uno solo de estos dos centenares de etarras se ha matriculado a través de ella, sino que todos ellos son dirigidos, tutelados y aprobados por profesores de la UPV.

Este trato privilegiado constituye no sólo un agravio para el resto de los reclusos, sino también para los propios alumnos de la UPV. El debate abierto en la institución universitaria, no sobre el derecho de los presos a formarse académicamente, sino sobre el procedimiento para que estos reclusos realicen sus estudios, se ha reproducido reiteradamente y ha obligado al rector, presionado por organizaciones sindicales próximas a Batasuna, a salir en defensa de la situación actual de los presos de ETA.

Algunos docentes recuerdan la decisión -en 1995- de la UPV de articular una línea telefónica especial entre el dirigente de ETA, Eugenio Etxebeste Antxon y su tutor en la Facultad de Biológicas para que Etxebeste continuara sus estudios desde la República Dominicana. La UPV mantiene un acuerdo, firmado en diciembre 1988 y prorrogado año a año, con el centro de Bergara de la UNED. A cambio de una contraprestación económica, éste se compromete a desarrollar «las funciones de cobertura administrativa y de apoyo a la docencia de los alumnos de la UPV reclusos en centros dependientes de Instituciones Penitenciarias».

El Ministerio del Interior comunicó el pasado 8 de abril al rector de la UPV la suspensión de la atención directa de los tutores, que se realizaba en diciembre y abril de cada curso escolar, y que suponía el traslado de los profesores de la UPV a los recintos carcelarios. La decisión de Instituciones Penitenciarias incluía la sustitución de estas tutorías personales por consultas por escrito e, incluso, la autorización de encuentros directos con los alumnos cuando se justificaran con razones concretas.

Según ha podido saber EL MUNDO, el colectivo de presos de ETA se decanta por matricularse en media docena de facultades conformadas por departamentos controlados por docentes cercanos ideológicamente al nacionalismo radical. Además de la treintena de reclusos de ETA que, el curso pasado, realizó el curso de acceso a la Universidad, los presos etarras se decantaron por carreras como Historia, Filosofía, Psicología, Periodismo, Derecho, Relaciones Laborales y Política y Sociología.

«La elección de sus estudios no es casual. Forman grupos en cada cárcel y eligen las mismas carreras en las que saben que los profesores no tendrán ningún problema en aprobarles sin ningún requisito», señala un profesor vasco que reclama su anonimato para garantizar su seguridad personal.

Según varios docentes, existe una practica generalizada que consiste en aprobar a los alumnos presos de ETA después de haberles encargado trabajos durante el curso académico. «La realización o no de exámenes a los presos de ETA constituye un indicador de tu posición política y puede costarte un disgusto serio», señala otro docente del campus guipuzcoano de Ibaeta que conoce de primera mano la existencia de «visitas» a los despachos de los profesores para facilitar a los presos su carrera entre rejas.