DIARIO LA RAZÓN (30 de enero de 2003)

ETA ha incluido al párroco de Maruri en su lista de objetivos tras sufrir el acoso nacionalista

D. M. - Madrid.-
La Guardia Civil comunicó hace 15 días al párroco de Maruri, Jaime Larrínaga, que su nombre apareció entre la documentación requisada a ETA en la localidad francesa de Tarbes durante una operación antiterrorista desarrollada en el pasado 19 de diciembre, tal y como confirmó a LA RAZÓN el propio afectado.
   Larrínaga aseguró que fue la Comandancia del instituto armado en Bilbao la que le hizo llegar la noticia que, según declaró, le «disgustó bastante». En los papeles incautados por la Guardia Civil, encontrados en uno de los pisos en los que residían los presuntos terroristas, no se precisaba que se le hubiera efectuado un seguimiento específico, aunque tal y como relató Larrínaga a este periódico, sí aparecía «¿necesidades?, el cura de Maruri».
   El religioso manifestó que los agentes que le comunicaron la noticia en el Cuartel de La Salve «no le dieron ni mucha ni poca importancia» y le aseguraron que «no tiene usted que alarmarse, pero para que sepa que, efectivamente, no es usted indiferente», y añadió que «como yo, muchos no somos indiferentes a ETA». El cura vizcaíno deseó «que no me hubiesen llamado» y que «mejor que en ningún papel hubiese aparecido mi nombre. Como el mío, habrá muchos nombres de empresarios, de políticos, de concejales, de periodistas, jueces...».
   Asimismo, reiteró que «como sacerdote» y como otras personas que eligieron ser miembros del Foro de El Salvador, «me da pena que en el País Vasco, que es muy importante, de aquí a unos cuantos años se diga: Qué salvajes eran estos señores, matándose unos a otros por una idea! ». También lamentó que «en pleno siglo XXI y en la Unión Europea, por defender la libertad, haya personas que tengan que llevar escolta». El religioso afirmó que no tiene previsto abandonar su parroquia en Maruri, y confió, además, en que este hecho haga pensar «un poquito» a los vecinos de la localidad que han venido convocando concentraciones contra su persona en los últimos domingos. A este respecto, Larrínaga señaló que «si todos los que estamos amenazados hiciéramos eso, la población del País Vasco se quedaría a la mitad».
   Desde el pasado verano, Larrínaga es el único párroco del País Vasco que lleva escolta, después de que el Ayuntamiento de la localidad vizcaína enviará una carta a los vecinos del pueblo en la que le atacaba y le calificaba de «nostálgico del franquismo». A partir de ese momento, el párroco saltó a los medios y fue objeto del acoso del colectivo «Maruri Ongi Etorri», que durante los últimos meses se ha concentrado domingo tras domingo a las puertas de la iglesia de la localidad con el lema «Maruri sí, Jaime mentiras no». Ante el acoso del colectivo nacionalista del pueblo, miembros de «¿Basta Ya!» y personas del ámbito político no nacionalista, así como periodistas y otras personalidades del País Vasco decidieron mostrar su apoyo al sacerdote.
   Aunque el propio Larrínaga no ha querido dar «demasiada importancia» al hecho de que su nombre aparezca en los papeles de ETA, personas cercanas al religioso han señalado a este periódico que estos papeles esclarecen «los vasos comunicantes que existen en toda la trama nacionalista», en referencia al proceso de acoso al que ha sido sometido el sacerdote desde el pasado verano. A pesar de todo, el párroco negó la relación existente entre las concentraciones y los papeles de ETA.