DIARIO EL MUNDO (24 de julio de 2002)
PRIMER
SACERDOTE QUE LLEVA ESCOLTA
El párroco
de Maruri: "Los nacionalistas pretenden hacerme callar la boca"
EFE
BILBAO.-
El cura de la localidad vizcaína de
Maruri y presidente del Foro El Salvador, Jaime Larrinaga, convertido en el
primer párroco vasco con escolta, ha señalado que los nacionalistas no le han
perdonado algunas de sus críticas a posturas mantenidas por la Iglesia vasca y,
por ello, pretenden "hacerme callar la boca".
Larrinaga,
que lleva escolta desde el pasado domingo explicó que solicitó protección al
sentirse "hostigado" desde que el Ayuntamiento de Maruri, gobernado
por PNV, EA y EH, repartiera el pasado mes en los domicilios de los vecinos
"una hoja difamándome y poniéndome muy mal, como vestigio de la época
del franquismo".
"Desde
ese momento -relató- me sentí hostigado hasta tal punto que, incluso,
he recibido llamadas telefónicas de muy mal gusto. Me he sentido totalmente
desprotegido y solicité ayuda, protección", explicó.
El
religioso se muestra convencido de que la actuación de los responsables del
Ayuntamiento de Maruri se ha llevado a cabo "por órdenes de arriba,
de los altos mandos del nacionalismo", para los que, a su juicio,
constituye "la oveja negra dentro de la Iglesia vasca".
Según
indicó, esta consideración estaría motivada por sus críticas a posturas de
la Iglesia vasca como la polémica pastoral de los obispos vascos en la
que se advertía de las consecuencias de la posible ilegalización de Batasuna.
Recordó
que desde el Foro de El Salvador "fuimos bastante críticos con la pastoral
ya que consideramos que no había tenido en cuenta a los más necesitados, a los
más perseguidos, que eran los no nacionalistas, las víctimas del terrorismo...
En esa línea, los nacionalistas no me perdonaron y han estado esperando
cualquier motivo para hacerme callar la boca".
Larrinaga
lamentó que, desde que forma parte del Foro El Salvador, dos familias de Maruri
hayan dejado de acudir a las ceremonias religiosas que oficia.
"Han
dejado de venir a misa -indicó- por defender a las víctimas del
terrorismo, la democracia, la libertad, los derechos humanos, por hablar mucho
de tolerancia entre los cristianos".
Pese a la situación en la que se encuentra, el cura de Maruri no se plantea dejar su parroquia, ya que ello "sería una traición, la victoria del mal sobre el bien. Sería -agregó- la victoria de la falta de democracia, de la corrupción sobre la verdad y la libertad".