LOS ASESINOS DE ETA SÓLO REPRESENTAN AL 8 % DE LOS VASCOS O AL 0'4 % DEL TOTAL DE LOS ESPAÑOLES

Extrañas puestas en libertad de asesinos de ETA

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23/10/02

Una juez de Bilbao concede el tercer grado a un etarra condenado a tres siglos de cárcel

Félix Ramón Gil Ostoaga es un etarra condenado a tres siglos de cárcel por dos asesinatos consumados y cuatro frustrados. Ruth Alonso, juez de Vigilancia Penitenciaria de Bilbao, ha decidido concederle el tercer grado pese a informes contrarios porque el etarra se quejó. El Gobierno quiere ahora que la Audiencia Nacional vigile el cumplimiento de penas para terroristas.

L D (EFE) El Gobierno va a promover una reforma legislativa para crear un juzgado de Vigilancia Penitenciaria en la Audiencia Nacional, cuya misión sería unificar los criterios para el control del cumplimiento de las penas impuestas a terroristas, narcotraficantes y delincuentes del crimen organizado. Desde Libertad Digital se ha denunciado en muchas ocasiones el caso “Narco Volador” en el que una medida a favor del reo se tradujo en una fuga. Y aún no existía condena. En el caso citado, fue una ridícula fianza de cinco millones de pesetas la que se enfrentaba a una petición del fiscal de una multa de 70.000 millones y una pena de 60 años de cárcel. Cabe recordar que la fuga de El Negro fue facilitada, entre otros, por el juez Carlos Cezón, antiguo juez, precisamente, de Vigilancia Penitenciaria. En el caso del etarra Gil Ostoaga la medida –tercer grado– alivia una condena de tres siglos de cárcel por delitos de sangre en actos terroristas. Tras ella, un asesino solo tendrá que ir a dormir a la cárcel.

La iniciativa de reforma fue anunciada este miércoles por los ministros de Justicia, José María Michavila, e Interior, Ángel Acebes, tras confirmar que el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Bilbao ha concedido el tercer grado al etarra Félix Ramón Gil Ostoaga a pesar del criterio en contra de la Fiscalía y la Administración Penitenciaria.

Acebes explicó que la reforma que prepara el Ejecutivo pretende constituir un único juzgado central de Vigilancia Penitenciaria en la Audiencia Nacional "para que haya un criterio único a la hora de aplicar el tercer grado" y evitar casos como el de este etarra. A su juicio, la implantación de un juzgado único de Vigilancia Penitenciaria para delitos de terrorismo "será una buena solución para aplicar un criterio homogéneo" al respecto, una opinión compartida por el ministro de Justicia, José María Michavila.

Acorde con la "especialización" de la Audiencia Nacional

La existencia de este nuevo juzgado no implicaría la desaparición de los juzgados de Vigilancia Penitenciaria que existen en todas las provincias, que mantendrían sus competencias para los presos implicados en delitos de los que no conoce la Audiencia Nacional. En los pasillos del Senado, Michavila aseguró que el Gobierno cree que esta medida es "muy razonable" y acorde con la especialización de la Audiencia en la instrucción y enjuiciamiento de delitos de terrorismo, narcotráfico y crimen organizado, por lo cual el juez de vigilancia se ocuparía de presos terroristas, narcotraficantes y delincuentes condenados por este tribunal.

Burlar la pena

La clave se centra en una reiterada demanda de la Audiencia Nacional: vigilar la ejecución de penas privativas de libertad sobre todo en los casos de mayor alarma social como el terrorismo y el narcotráfico. En el caso contrario se producen episodios que pueden suponer una burla a la labor de un juez, el que impuso la pena tras una condena, por otro juez que no es conocedor del caso o del recluso. Además, en el caso del etarra Gil Ostoaga, la decisión de conceder un tercer grado no cuenta con avales ya que los informes de la Fiscalía son contrarios.

El Gobierno espera tener lista en las próximas semanas la propuesta de reforma, que afectará a las leyes de Enjuiciamiento Criminal y Vigilancia Penitenciaria, a fin de que pueda ser tramitada y aprobada antes de que acabe el año. Ángel Acebes explicó que la modificación legal será negociada con la oposición, en el marco del Pacto de Estado para la Reforma de la Justicia, y aunque puede ser presentada a través de un proyecto de Ley del Gobierno, admitió la posibilidad de que se tramite mediante una iniciativa parlamentaria, a partir de una proposición de ley planteada en el Congreso por los grupos parlamentarios.

Recurso ante la Audiencia Provincial

Respecto al caso del etarra Gil Ostoaga, el ministro explicó que la concesión del tercer grado, a la que la Administración Penitenciaria se opuso con un "rotundo" informe, ha sido recurrida ante la Audiencia Provincial de Bilbao. En este sentido, confió en que esta instancia revoque la decisión, "como ya ha ocurrido en otras ocasiones" con ocasión de decisiones similares adoptadas respecto a miembros de ETA.

El Poder Judicial abre informaciones

El Consejo General del Poder Judicial decidió abrir una "información previa" sobre la decisión de la juez de vigilancia penitenciaria de Bilbao, Ruth Alonso. Según fuentes del órgano de gobierno de los jueces, el Consejo ha encargado al Servicio de Inspección que recabe todos los datos en relación con la concesión de la libertad condicional por parte de la juez a petición del interno, ya que Instituciones Penitenciarias mantuvo el pasado mes de abril el segundo grado (el ordinario).

 

Un asesino que sólo dormirá en la cárcel aunque manifiesta su apoyo a ETA

La Fiscalía y la Administración Penitenciaria estaban en contra. El etarra Félix Ramón Gil Ostoaga está condenado a 300 años de cárcel por dos asesinatos consumados y otros cuatro frustrados pero el juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Bilbao, la juez Ruth Alonso, le ha concedido el tercer grado. De la condena sólo ha cumplido 13 años, un cuatro por ciento.

L D (EFE) Félix Ramón Gil Ostoaga, extraditado a España por Francia en enero de 1994, fue condenado al año siguiente por la Audiencia Nacional a 127 años de cárcel como autor de dos delitos de asesinato y cuatro asesinatos frustrados al atentar contra una patrulla policial. Según fuentes de Instituciones Penitenciarias, Gil Ostoaga sólo ha cumplido en Francia y España 13 de los 298 años, a los que fue condenado por varias acciones, y salió de la cárcel de Nanclares de Oca la pasada semana.

El ministro del Interior explicó que este etarra ha obtenido el tercer grado a pesar de que el criterio generalizado de los jueces de Vigilancia Penitenciaria es no conceder esta medida para los condenados por delitos de terrorismo, aunque hayan cumplido las tres cuartas partes de la condena. El ministro Acebes explicó que la concesión del tercer grado, a la que la Administración Penitenciaria se opuso con un "rotundo" informe, ha sido recurrida ante la Audiencia Provincial de Bilbao.

Seguía defendiendo a ETA

La Junta de Tratamiento de la cárcel de Nanclares de Oca mantuvo en abril el segundo grado (el ordinario) al etarra Félix Ramón Gil Ostoaga por, entre otros motivos, no haber cambiado su posición a favor de ETA.

Ante ello, el interno, que ya había cumplido las tres cuartas partes de la condena al hacerse el cómputo sólo sobre 30 años, remitió una queja a la jueza de Vigilancia Penitenciaria del País Vasco, Ruth Alonso, a quien solicitó el tercer grado y la libertad condicional. La jueza estimó la queja y el fiscal, dentro del plazo correspondiente de tres días, recurrió la decisión de la magistrada, pero ésta desestimó el recurso del Ministerio Público.

El pasado día 8 de este mes, la juez concedió el régimen abierto al preso y la libertad condicional y envió a Prisiones los documentos en los que tomaba esta decisión y desestimaba el recurso del fiscal, aunque no explicaba los motivos. Instituciones Penitenciarias consideró que Gil Ostoaga debía permanecer en segundo grado porque no había evolucionado en su posicionamiento ante el delito, es decir, que seguía manteniendo las tesis de ETA. Además, tenía en cuenta el historial del etarra -acusado de varios asesinatos y tentativas-, su participación en huelgas de hambre de presos de la banda terrorista y su no arrepentimiento.

Un cómputo favorable para el recluso

Gil Ostoaga fue condenado a 298 años de cárcel por el Código Penal antiguo, por lo que sólo debía cumplir un máximo de treinta años. El etarra cumplió en Francia cuatro años de cárcel y en 1994 fue extraditado a España, donde ha permanecido en diferentes prisiones hasta octubre de este año, entre ellas la de Córdoba y la de Nanclares de Oca, donde ingresó en febrero de 1999.

Estos trece años que ha pasado en la cárcel, sumados a los beneficios de la redención de pena durante todo ese tiempo que concedía el antiguo Código Penal, equivalen a las tres cuartas partes de la condena (30 años), por lo que podía acceder al tercer grado penitenciario. 

Ruth Alonso, responsable de la escasa vigilancia penitenciaria en el País Vasco

La presión de ETA y de asociaciones de ayudas a presos etarras es determinante en el funcionamiento de los Juzgados vascos. La vigilancia penitenciaria, ejercida en el País Vasco por Ruth Alonso, ha puesto en la calle a muchos terroristas con delitos de sangre y penas de cárcel centenarias. La oposición de los fiscales sirve de poco. En 1999, una fiscal tuvo que irse de allí. Recurría demasiado las órdenes de Alonso y recibió amenazas.

(Libertad Digital) Ruth Alonso Cardona es la Juez de Vigilancia Penitenciaria de Bilbao. Es decir, tiene competencia para controlar la ejecución de penas privativas de libertad, muchas de ellas relativas a los delitos de terrorismo de ETA. En el año 1994 figuró en unas listas de posibles objetivos etarras. Era la época en la que también estaba amenazado el entonces Consejero de Interior vasco, Juan María Atutxa. Pero en el ejercicio de sus funciones, la juez Ruth Alonso ha concedido el tercer grado a muchos etarras, siempre con la negativa de fiscales y las críticas del Gobierno de turno. Tomás de la Quadra, ministro de Justicia en el Ejecutivo de González, criticó en 1992 a Ruth Alonso y puso sobre la mesa la necesidad de que los jueces de vigilancia pudieran conceder un régimen abierto a terroristas. Ya entonces, hace diez años, propuso la necesidad de reformas legales para evitarlo. Pero no se hizo. De hecho desde la oposición del PP se criticó que se hubiera indultado a “50 etarras en diez años y facilitado beneficios a otros cien”. Lo decía José Manuel Barquero, diputado del PP.

Que un etarra con varios asesinatos a sus espaldas y con penas centenarias pueda pasear por la calle hasta que llega la hora de dormir es una decisión que origina –más en el País Vasco– una alarma social indiscutible. Por las posibles represalias y por el evidente riesgo de fuga (más alto cuanto más grave es la condena). Son muchos los terroristas que se han beneficiado de la rebaja restrictiva gracias a la juez Ruth Alonso Cardona.

A la calle hasta la hora de dormir. Algunos ejemplos

El 25 de septiembre de 1998 permitió al entonces condenado Jon Idígoras que visitara a Joseba Martín, encarcelado. Se presentó recurso y la propia juez lo desestimó. Pero, más cerca de ETA, también ha habido muchas medidas.

En octubre de 1992, decidió conceder el tercer grado a los etarras Isidro Etxabe y Juan Antonio Urrutia, condenados por varios delitos de asesinato. En 1994, la medida benefició a José Ramón Bidaburu, con 172 años de prisión. Ya entonces, el diario “El Correo” achacaba tanto tercer grado (ocho órdenes desde abril hasta julio de 1994) a “la reactivación que en los últimos meses ha sufrido el proceso de reinserción de etarras”. En 1995, le tocaba a José Miguel Latasa Guetaria, que sólo había cumplido seis de los quinientos años a los que estaba condenado por matar a seis personas, entre ellas Dolores González Catarain, “Yoyes”, dirigente de ETA que empezaba a estorbar a la banda.

Hay muchos más ejemplos que pueden sumarse al de Félix Ramón Gil Ostoaga, con trescientos años de condena. Todos ellos han sido recurridos. Pero el recurso ha de resolverlo la Audiencia Provincial más cercana a la prisión donde cumple la pena el recluso y, en el caso del País Vasco, la presión funciona perfectamente. Esto es lo que ahora se quiere evitar, centralizando en la Audiencia Nacional la Vigilancia Penitenciaria.

Una fiscal abandona, harta de recurrir y de recibir amenazas

Tanto es así, que los fiscales adscritos a los juzgados de Vigilancia Penitenciaria está hartos de recurrir y de elaborar informes contrarios a la reinserción de terroristas. Una fiscal, Mercedes Bujanda, decidió en febrero de 1999 abandonar el País vasco. Gestoras Pro Amnistía se dedicó a amenazarla por obstaculizar la labor de Ruth Alonso de conceder el tercer grado o la libertad condicional a presos de ETA. En poco más de un mes, Bujanda había recurrido más de cinco libertades condicionales en condenas por terrorismo y destrozos de los cachorros etarras. No tenía escolta. Balza llegó a criticarla. Le puso protección pero advirtió que “el riesgo que se estimaba no era muy objetivo”. La Fiscalía General del Estado emitió un comunicado en febrero de 1999 en el que se aseguraba que la fiscal había solicitado protección “en reiteradas ocasiones sin obtener la respuesta deseada”.

 

 

23/10/02

FÉLIX RAMÓN GIL OSTOAGA
El Poder Judicial investigará la excarcelación de un etarra condenado a 300 años de prisión

EFE

MADRID.- El Consejo General del Poder Judicial decidió hoy abrir una "información previa" sobre la decisión de la juez de vigilancia penitenciaria de Bilbao, Ruth Alonso, de otorgar el tercer grado penitenciario al etarra Félix Ramón Gil Ostoaga.

Según fuentes del órgano de gobierno de los jueces, el Consejo ha encargado al Servicio de Inspección que recabe todos los datos en relación con la concesión de la libertad condicional por parte de la juez a petición del interno, ya que Instituciones Penitenciarias mantuvo el pasado mes de abril el segundo grado (el ordinario).

La actuación del Consejo se produce a iniciativa de la presidencia del CGPJ tras las informaciones aparecidas en los medios de comunicación sobre esta decisión de la juez de vigilancia penitenciaria vasca.

Alegó que ya ha cumplido tres cuartas partes de la condena

La Junta de Tratamiento de la cárcel de Nanclares de Oca mantuvo en abril el segundo grado (el ordinario) al etarra por, entre otros motivos, no haber cambiado su posición a favor de ETA, aunque la juez le concedió este mes la libertad condicional tras estimar la queja del interno, que alegó que ya había cumplido las tres cuartas partes de la condena.

La juez estimó la queja y el fiscal, dentro del plazo correspondiente de tres días, recurrió la decisión de la magistrada, pero ésta desestimó el recurso del Ministerio Público.

Una juez con 'antecedentes'

Ruth Alonso ya ha otorgado otros beneficios penitenciarios similares a miembros de ETA, algunos de ellos críticos con las tesis de la banda terrorista, como el expulsado de la organización José Miguel Latasa Getaria, a quien le concedió el tercer grado en marzo de 1996.

Además, en septiembre de 1994 la jueza otorgó el tercer grado al ex agente de la Ertzaintza y condenado por colaborar con ETA, aunque luego fue expulsado de la banda, José Miguel Sueskun Sanz, y en julio de ese mismo año al etarra José Ramón Bidaburu, condenado a más de 172 años de cárcel y también expulsado por la banda.

 

FÉLIX RAMÓN GIL OSTOAGA
Condenado por el asesinato del alcalde de Olaberria y cuatro guardia civiles
EUROPA PRESS

MADRID.- El etarra Félix Ramón Gil Ostoaga, alias 'Saldi', que la jueza de vigilancia Penitenciaria de Bilbao, Ruth Alonso, concedió el tercer grado el pasado día 8, fue detenido en la localidad francesa de Ciboure el 24 de octubre de 1989.

El terrorista cumplió cuatro años de prisión en Francia hasta que fue extraditado a España el 20 de enero de 1994 donde tenía abiertas seis causas en la Audiencia Nacional, la primera por el asesinato en 1979 del alcalde de Olaberría, José Antonio Vivot Undabarrena.

Gil Ostoaga fue condenado a 38 años de cárcel en diciembre de 1994 por su participación como integrante del "comando Urola" de ETA en el asesinato del alcalde de Olaberria, José Antonio Vivot Undabarrena, ocurrido el 6 de febrero de 1979.

Asesinato de un alcalde

Según la sentencia, a las 9.30 horas de ese día, Gil Ostoaga y Mercedes Galdós Arsuaga, cubriendo las cabezas con capuchas, llamaron a la puerta del domicilio del alcalde. Los dos terroristas irrumperon en el domicilio y, tras arrancar el cable telefónico y amenazar con pistolas al resto de la familia, se llevaron a José Vivot.

Cuando llegaron al portal, ambos terroristas dispararon el unísono sobre el alcalde, que falleció de forma casi instantánea.

Otra causa por la que Gil Ostolaga fue juzgado y condenado es la relativa al atentado en diciembre de 1979 contra una patrulla de la Guardia Civil cometido en la carretera que enlaza Azpeitia con Azcoitia mediante la colocación de dos artefactos explosivos. A consecuencia de la deflagración de la carga accionada por el terorista conun pulsador falleció el guardia Francisco Gómerz Jiménez y sufrió lesiones su compañero Juan Muñiz Sánchez.

Atentado contra un convoy de la Guardia Civil

Además, los etarras colocaron una bomba trampa enterrada en el lugar del atentado contra el convoy de la Benemérita que se activó por la presión cuando efectivos de desactivación de explosivos del Instituto Armado inspeccionaban la zona, y causó la muerte a los guardias Miguel García Payo y Francisco Mota Calvo.

Asimismo, en noviembre de 1978, junto con otros miembros del comando, el etarra Gil Ostoaga participó en la colocación de un artefacto explosivo en una carretara próxima a la localidad de Zumárraga que fue accionado al paso de dos vehículos de la Guardia Civil, el segundo de los cuales fue alcanzado de lleno causando la muerte del cabo José Rodríguez de Lama y el guardia Lucio Revilla Alonso, además de lesiones graves al agente Francisco Córdoba Ramos.

 

 

25/10/02

Oscuros vínculos

    El españolito de a pie sigue preguntándose en manos de qué jueces estamos cuando toman decisiones como la última de la jueza de Vigilancia Penitenciaria de Bilbao, Ruth Alonso, que concedió el tercer grado y la libertad condicional al miembro de Eta, Félix Ramón Ostoaga, condenado a 300 años de cárcel por seis asesinatos, cuando sólo había cumplido 12. Ahora, hemos sabido que su muestra de indulgencia con la banda asesina suele ser habitual. La magistrada ha puesto en la calle a otros terroristas con delitos de sangre a sus espaldas y penas de cárcel centenarias
   Elsemanaldigital.com se ha puesto en contacto con miembros de la carrera judicial en el País Vasco en un intento de arrojar algo de luz sobre las motivaciones de la magistrada Ruth Alonso. La sorpresa ha sido de órdago. Resulta que la juez es famosa en Bilbao por pertenecer a los Adventistas del Séptimo Día, una secta que se basa en singulares cálculos para proclamar la Segunda Venida de Cristo y, por tanto, el fin del mundo.
   Las personas consultadas por este confidencial nos advierten de que el fervor «religioso» de la juez ha sido y es comidilla habitual entre sus colegas. «Siempre procura arrastrar a uno de nosotros a una de sus reuniones», según nos dicen. Otras fuentes nos confirman que Ruth Alonso es una de las más activas militantes en los retiros de fin de semana que organiza la secta. Durante esos encuentros los congregados son preparados a conciencia para la llegada del fin de los tiempos. Según esas fuentes, un tío de la juez es uno de los líderes del adventismo en España cuya doctrina califica a la Iglesia Católica como la Gran Ramera del Apocalipsis, según aseguraba ayer elsemanaldigital.
 

 

 


    Esta es una triste noticia que apareció en todos los medios de comunicación y que por la mayor parte de los españoles ha sido considerada como un verdadero escándalo.

    Nadie medianamente equilibrado y con un cierto sentido de la dignidad ha entendido la decisión de esta Jueza de poner en libertad a un asesino condenado a casi 300 años de cárcel y que se niega a arrepentirse de sus asesinatos. Además, tanto el Fiscal como Instituciones Penitenciarias habían informado en contra de su puesta en libertad. Para ponerle en la calle esta Jueza ha alegado que el etarra había cumplido un tercio de los 30 años que se cumplen en España como pena máxima, y probablemente no haya tenido en cuenta que es un asesino, que no se ha arrepentido de sus crímenes y que cabe la posibilidad de que se integre en ETA nuevamente y siga asesinando. La cuestión es que esta Jueza, a pesar de estas evidencias que ve el más cegato de los ciegos, le ha puesto en libertad. El asesino etarra está en libertad... Esperemos que no asesine a nadie más porque millones de personas culparíamos a esta Jueza de ser la responsable indirecta del asesinato.

    Supongo que esta Jueza no se cruce por la calle demasiado a menudo con los familiares más allegados del que fue alcalde de Olaberría, José Antonio Vivot Undabarrena, a quien asesinó el etarra que esta Jueza ha puesto en libertad. También supongo que esta Jueza no se cruce por la calle demasiado a menudo con los familiares más allegados de los guardias civiles Francisco Gómez Jiménez, Miguel García Payo, Francisco Mota Calvo, José Rodríguez de Lama y Lucio Revilla Alonso, porque a todos ellos los asesinó este etarra a quien, como todos sabemos, la Jueza Ruth Alonso ha puesto en la calle tras cumplir 13 años de los casi 300 a los que estaba condenado.

    Sin embargo sí cabe la posibilidad de que esta Jueza se cruce en bastantes ocasiones con batasunos, borrokas o familiares de etarras presos que, sin duda alguna, la enviarán expresivas miradas que cualquiera entendería...

    En fin, espero que quien corresponda tome cartas en el asunto para que la Justicia sea lo que debe ser.

Angelberto (24/10/02).-


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