El día 29 de julio de 2000 los nacionalistas vascos de ETA asesinaron al político socialista Juan María Jáuregui Apalategui. Estaba de vacaciones y le pegaron dos tiros en la cabeza cuando se encontraba en una cafetería de Tolosa (Guipúzcoa).

Juan María era euskaldun y vasco de pura cepa. Nació hace 49 años en Legorreta (Guipúzcoa) y en su juventud fue nacionalista vasco. Durante la dictadura perteneció al Partido Comunista y estuvo encarcelado por su ideología liberal y democrática. Después de la muerte de Franco se afilió al Partido Socialista y durante unos años fue Gobernador Civil de Guipúzcoa.

Como puede apreciarse la negra conciencia de ETA y de los que de un modo u otro les apoyan, sólo tienen en cuenta que la gente pertenezca a la religión nacionalista; da lo mismo que la víctima potencial sea vasca o no, lo obligatorio es ser nacionalista y el que se atreve a dejar de serlo o a no serlo le asesinan. Así son las cosas en el País Vasco. Fascismo.

Momento en que Juan María es trasladado al hospital, aún con sus constantes vitales, aunque desgraciadamente nada se pudo hacer por él. Dos disparos le habían destrozado el cerebro.

Este hombre valiente durante su época de Gobernador Civil se destacó por la investigación realizada en el caso Lasa y Zabala, dos etarras en cuyo asesinato al parecer estaban implicados miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Durante la investigación de estos hechos Juan María no dudó en enfrentarse al entonces Coronel Galindo, tratando de aclarar los asesinatos y buscando a los culpables sin tener en cuenta para nada quiénes eran los asesinos y quiénes los asesinados. Sin duda Juan María era un hombre totalmente demócrata que obraba siempre en conciencia.

Compañeros de Juan María le trasladan en el féretro a la Casa del Pueblo del Partido Socialista de San Sebastián donde se instaló la capilla ardiente.

Durante el traslado un buen número de donostiarras aplauden su llegada como tributo y reconocimiento a su desgraciado e inútil sacrificio.

Momentos en los que el cadáver de Juan María estuvo en Legorreta, su pueblo. En las fotografías puede verse a su familia y amigos dándole el último adiós. Su familia no entiende nada, sus amigos no entienden nada... En realidad nadie entiende nada. La locura nacionalista ha llegado al extremo de asesinar a los más profundos amantes de su tierra y sus costumbres. ¿Por qué? ¿Para qué?. Es inútil preguntárselo, nadie lo puede comprender. Ni los propios asesinos, ni sus cómplices... Ni el PNV.