La sinrazón etarra es tan absurda que aseguran luchar por nadie sabe qué, asesinando a los empresarios vascos que no pagan el canon mafioso exigido.

José María Korta era un empresario de esos que se hacen a sí mismos. Nació en Zumaya (Guipúzcoa), hace 56 años, dentro de una familia numerosa y humilde, y tras mucho esfuerzo logró hacer una empresa pujante para dar trabajo a muchos vascos y generar riqueza. José María también era conocido por el amor que le profesaba a su tierra, pero eso no fue impedimento para que los cobardes asesinos de ETA hiciesen explotar un coche bomba que los terroristas estacionaron al lado de la plaza de aparcamiento que debía utilizar José María. Cuando el empresario llegó en su automóvil los etarras accionaron el dispositivo y lo despedazaron.

En las fotografías de arriba puede verse el momento en que los servicios hospitalarios se llevan a José María, así como el estado en que quedó su coche y la desesperación de los empleados de la fábrica. Sin duda ETA considerará que ha hecho un "gran bien" al pueblo vasco con este asesinato...

Vista general del lugar del atentado, a la entrada de la fábrica Korta, y estado de destrucción provocado por la locura nacionalista de ETA.

Nadie sabe si tenían previsto asesinar a José María precisamente este día, aunque todos hemos pensado que este asesinato ha sido el resultado de una especie de rabieta infantil del mundo de ETA por la muerte el día anterior de cuatro de sus cobardes. Y yo me pregunto: ¿Acaso este empresario tenía la culpa de que los cuatro terroristas fuesen tan inútiles que les explotó su propia bomba en las manos? ¿Acaso este empresario era responsable de la incompetencia terrorista de los cuatro cobardes muertos?. Por supuesto que no, pero ETA es así. Despreciable, inútil, incompetente, infantil y... patéticamente asesina.