Continuando con la rabieta infantil de los cobardes asesinos de ETA, el mismo día que asesinaron a José María Korta en Zumaya (Guipúzcoa), 8 de agosto de 2000, también pusieron un coche bomba en un barrio de la zona norte de Madrid.

Como medio de demostrarse a sí mismos que no son tan inútiles como dejaron patente los cuatro cobardes que reventaron con su propia bomba en Bilbao, el resto de los etarras decidieron mostrar "todo su poder de destrucción", y yo me pregunto: ¿Tan insignificantes son que "su poder de destrucción" sólo es capaz de matar a dos personas y herir a unas pocas?.

Sin duda son POCOS, DÉBILES, ESTÚPIDOS y COBARDES.

Desgraciadamente una de las personas que tuvieron la mala suerte de estar allí en aquel momento, fue herida de gravedad, pero por fortuna, poco a poco se va recuperando en la Unidad de Cuidados Intensivos de un centro hospitalario.

¿Qué culpa podrían tener estas once personas de la paranoia de los nacionalistas vascos de ETA? ¿Qué tenían que ver ellos con la locura nacionalista vasca?. Nada, pero así es el violento nacionalismo vasco.

Dos policías tratan de recoger indicios entre el amasijo de hierros que puedan ayudarles a saber el tipo de explosivo y características del vehículo que los terroristas utilizaron para intentar asesinar.

Sin duda habrá más atentados y habrá más muertes pero todos debemos resistir desde la democracia porque ahí está nuestra mejor arma para luchar contra el fascismo que representa el nacionalismo vasco de ETA.