El día 20 de agosto de 2000 los nacionalistas vascos de ETA volvieron a
matar.
En este caso han asesinado a dos jóvenes guardias civiles a los que habían puesto una bomba en el vehículo con el que salían a hacer su servicio. Los agentes eran Irene Fernández Pereda y José Ángel de Jesús Encinas.
Los guardias estaban destinados en el pequeño pueblo de Sallent de Gállego (Huesca) y jamás habían pisado el País Vasco.
Los nacionalistas vascos de ETA pueden alardear de haber asesinado a la primera mujer guardia civil y a un chaval aficionado al fútbol que entrenaba a los niños de su pueblo.
En la fotografía de la derecha y siguientes, puede verse el estado en que
quedó el Nissan Patrol después de que la bomba hiciera explosión. Sin lugar a dudas los
terroristas no reparan en kilos de dinamita cuando se trata de matar a alguien. En este caso han sido dos guardias civiles pero, del mismo modo, los nacionalistas vascos de ETA no dudan en matar a políticos elegidos por el pueblo por no pensar como ellos, a periodistas que difieren del punto de vista de los asesinos o a intelectuales que tienen el valor de reconocer como asesinatos los sangrientos atentados de ETA en los que fallecen personas inocentes.
Así es ETA y así es una buena parte del nacionalismo vasco.
Los nacionalistas vascos de ETA son tan tontos y se sienten tan sumamente
insignificantes que han reaccionado del mismo modo que reaccionaría un niño mimado y
malcríado ante su propio error.
Cuando un niño malcríado comete un error y se siente perjudicado por él, siempre reacciona rompiendo cosas y tratando de atacar a los demás como culpándolos a ellos de las consecuencias de su propio error...
Desgraciadamente para los terroristas y para el nacionalismo vasco en general, ETA ha actuado como lo hubiera hecho el niño malcríado pero de un modo infinitamente más sangriento. Recapitulemos.
El comando de cobardes asesinos compuesto por Patxi Rementería, Ekain Ruiz, Zigor Aranbarri y Urko Gerrikagoitia, reventaron (gracias a Dios) en su coche bomba cuando lo llevaban al lugar donde pensaban asesinar indiscriminadamente. Los pobres idiotas de la banda de mafiosos inmediatamente trataron de "enmendar" su error de terroristas de pacotilla matando gente a mansalva...
¿Qué se puede esperar de este tipo de desequilibrados que -como el niño
malcríado- no son capaces de asimilar su error y deciden que el mejor modo de
satisfacer su pobre ego de nacionalistas frustrados es matando mucha gente? ¿Qué se puede esperar de estos gudaris de pacotilla que no son capaces ni siquiera de matar sin que las bombas les exploten en las manos?
¿Qué se puede esperar de estos "defensores" del pueblo vasco cuando asesinan a los propios intelectuales, empresarios y políticos vascos?
¿Qué se puede esperar de un nacionalista vasco cuando el que inventó la idea (Sabino Arana) era un racista repugnante?
Nada.
Por cierto, un consejo: No fiarse nunca de un nacionalista vasco.
Los familiares de estos dos jóvenes inocentes han llorado la inmensa e injusta pérdida, y el resto de los españoles también nos hemos sentido tristes, impotentes e indignados por este nuevo y despreciable crimen. Recordemos que ninguno de estos dos guardias civiles había estado nunca en el País Vasco, ¿qué podrían haber hecho ellos contra la macabra "causa" de los nacionalistas de ETA?.
Nada, pero así es ETA y así es su inmundo nacionalismo.
