DIARIO LA RAZÓN (22 de octubre de 2003)

ETA exigió al PNV un enfrentamiento frontal con el Estado a cambio de no atentar contra ellos

 Los nacionalistas han escenificado esta postura con la negativa a disolver el grupo parlamentario «batasuno» Un sector de la banda planteó matar a «españolistas» como Anasagasti, Olabarría o Azcuna, pero al final se descartó la idea

El proceso de contactos e intercambio de mensajes entre el PNV y ETA, del que informó LA RAZÓN en exclusiva en sus ediciones de los pasados 1 y 2 de octubre, ha tenido ya algunos resultados, que suponen un acercamiento de posturas. Según han informado fuentes antiterroristas, la banda, en un acuerdo similar al que dio lugar a la falsa tregua de 1998-99, ha logrado que el partido de Arzallus les demuestre que está dispuesto a «un enfrentamiento frontal y político con el Gobierno de Madrid» con la negativa a disolver el grupo parlamentario de Socialista Abertzaleak. Los nacionalistas se han asegurado de que los pistoleros no atenten contra ellos, posibilidad que ha sido debatida por la organización criminal.

J. M. Zuloaga / R. L. Vargas - Madrid.-
En agosto de 1998, ETA se aseguró de que el PNV y Eusko Alkartasuna, que también tiene abiertas vías de contacto con la banda, rompieran todos los lazos con «las fuerzas cuyo objetivo es la destrucción de Euskal Herria y la construcción de España (PP y PSOE)», según el acuerdo firmado a que llegaron entonces. Ahora, con el enfrentamiento escenificado por el PNV con la Justicia, al no cumplir las resoluciones sobre la disolución del citado grupo parlamentario, ha logrado algo similar. A cambio, el PNV, que sabía de la existencia de un debate que podía convertirlos en objetivos, obtiene este «salvoconducto», que no incluye a los miembros de la Ertzaintza, que siguen siendo objetivo, en función de cómo transcurran los acontecimientos.
   En 1995, cuando el PNV inició los contactos con la banda que concluyeron en la referida tregua, los pistoleros advirtieron a los nacionalistas de que «si seguían por la vía de España y se situaban entre ETA y España, eso traería consecuencias directas», según un documento de la banda, titulado «Etaren ekimena», del que informó LA RAZÓN en su edición del 27 de junio de 2000.

En La Santé

Los datos del debate que los pistoleros han mantenido ahora sobre esta asunto están contenidos en un documento, anexo al «Zutabe» número 100, que fue encontrado, el pasado 13 de mayo, en poder del preso de ETA José María Arregui Arrugaeta, en la cárcel de La Santé, en Francia. En relación con la entrega de este papel, fue detenido, el día 20 de ese mismo mes, el abogado Unai Errea. El documento obra en poder de la Justicia gala.
   Los cabecillas explican las conclusiones a que se ha llegado tras consultar, mediante un cuestionario, a los miembros de la organización criminal. Un sector minoritario era partidario de empezar a atentar contra los miembros del PNV sin hacer distingos. Otro, más numeroso, se inclinaba por ir contra los llamados «españolistas» ¬se citaba a Iñaki Anasagasti, Emilio Olabarría, José Alberto Pradera, Joseba Arregui e Iñaki Azcuna¬ pero dejando fuera de los atentados a los que están bajo la «txapela [boina] abertzale», como Javier Arzallus y Joseba Eguíbar. El mayoritario planteaba dejar las cosas como estaban. Sus tesis son las que han sido aprobadas.
   La banda hacía un balance bastante crítico de las relaciones con el PNV en los últimos años y consideraba especialmente «grave» el distanciamiento de los acuerdos del «pacto de Estella» que, según ellos, habían hecho los nacionalistas a partir de mayo de 2001. Pero desde entonces las cosas han ido cambiando.
   Cuando se produjeron los primeros intercambios de mensajes, a comienzos de este año, después de que la banda hubiera manifestado su rechazo frontal al Plan Ibarreche (en el «Zutabe» número 98, de diciembre de 2002), ETA, según las referidas fuentes, le reprochó al PNV que, como pasó en el año 1998, le volvían a pedir el silencio de las armas pero no le ofrecían nada concreto a cambio. Les exigieron que demostraran que estaban dispuestos a enfrentarse con España y, a cambio, además de no incluirles como objetivos (el hecho de que el asunto hubiera sido debatido abría la posibilidad de atentados en el futuro), matizarían poco a poco ¬porque había que explicar a su militancia el cambio de postura¬ su oposición al citado Plan, como ha ocurrido.
   En cualquier caso, ETA ha dejado claro al PNV que no está dispuesta a desaparecer.

Ayudas a los presos

Los nacionalistas han tenido que «pasar por taquilla» con otros asuntos para tener contentos a los terroristas: aprobar las ayudas, de hasta 1.200 euros, para los familiares de los presos, que se habían quedado sin apoyo tras la deslegalización de las Gestoras pro Amnistía; y, en general, enfrentarse a las decisiones judiciales contra las organizaciones del entramado etarra.
   Los mensajes del PNV hacia el entorno de ETA sobre su disposición al enfrentamiento con España no son de ahora El 15 de octubre de 2002, Ibarreche se reunió con representantes de «Gara» y «Egunkaria» y les dijo, según un acta de la reunión encontrada por la Guardia Civil en una reciente operación, que si España no aceptaba su Plan, estaba dispuesto a «ir al conflicto político y democrático y no descartaba ir a las movilizaciones».