DIARIO
ABC (26 de enero de 2004)
Carod-Rovira
ultima un pacto con ETA para que no atente en Cataluña
BILBAO/MADRID. JESÚS MOLINA
Josep
Lluís Carod-Rovira ha sido perseverante y lo que intentó el día 28 de enero
de 2001, lo ha conseguido ahora. En aquella fecha, el secretario general de
Esquerra Republicana de Catalunya mantuvo un encuentro en Éibar con ex
militantes de ETA para, con la mediación de Carles García Solé -en su tiempo
integrante del denominado «Frente de Liberación Catalán»-, sondear la
posibilidad de mantener un encuentro con la dirección de la organización
terrorista. Como quiera que sus interlocutores se mostraron impotentes para
enlazar con la cúpula etarra, remitieron al dirigente republicano a la
ejecutiva de Batasuna con la que finalmente se reunió Carod-Rovira en la
localidad vizcaína de Amorebieta el 21 de julio de 2001. En esta ocasión,
Carod-Rovira estuvo también acompañado por García Solé y otros dos
dirigentes de su partido. En representación de Batasuna, asistieron Arnaldo
Otegi y Joseba Álvarez Forcada. Aunque Otegi dio largas a Carod-Rovira, ambos
celebraron otra reunión en el primer trimestre de 2002. Sin embargo, el
resultado inmediato de estos contactos no desembocó entonces en el deseado
encuentro entre ERC y los dirigentes de ETA.
Dar cobertura
El
responsable de la formación republicana trataba de llevar al ánimo de la banda
terrorista la conveniencia de que se abstuviera de atentar en Cataluña a cambio
de prestar cierta cobertura política a la denominada «izquierda abertzale» y,
más ampliamente, a las actividades políticas del Movimiento de Liberación
Nacional Vasco (MNLV). Estos encuentros, desvelados por ABC el 9 de septiembre
de 2002, tuvieron el desmentido inmediato de Joan Ridao, portavoz de ERC en el
Parlamento catalán, pero al día siguiente el propio Carod-Rovira los confirmó
expresamente.
El
actual «conseller en cap» de la Generalitat de Cataluña, sin embargo, no
arrojó la toalla y recientemente logró reunirse con la «dirección política»
de la banda terrorista en un lugar de Francia que las fuentes a las que ha
tenido acceso ABC confirmaron, pero cuya localización exacta no quisieron
desvelar. Según estas mismas fuentes en el encuentro apareció, además de
otros dirigentes etarras, Mikel Albizu, «Mikel Antza», que pasa por ser el «cerebro»
estratégico de la organización.
Los
términos de la conversación no fueron muy distintos a los que ya expuso en su
momento Carod-Rovira a Arnaldo Otegi. El líder de ERC planteó a ETA que se
abstuviera de atentar en Cataluña a cambio de que su partido practicara una
determinada cobertura a las actividades de la izquierda radical abertzale en el
Principado. Carod-Rovira expuso el propósito de ERC de emitir una declaración
independentista que reclamará «el derecho de autodeterminación para todas los
pueblos del Estado» con ocasión de alguna de las próximas reuniones de sus óganos
internos, pero sin que en tal declaración se produzca esa mención expresa a la
banda ETA ni se desvelen los contenidos del acuerdo que se ultima.
La
dirección de la banda habría accedido al planteamiento de Carod-Rovira y se
habría comprometido a emitir un comunicado posterior al de ERC en el que haría
pública su decisión de no atentar en Cataluña. Carod-Rovira intentó que la
«exención» etarra se ampliase al ámbito de los «Países Catalanes»
(Valencia y Baleares), pero no consta que los etarras se hayan avenido a esta
condición.
Intercambios
Tras
el encuentro con la dirección de la banda y Carod-Rovira, se ha producido,
siempre según fuentes consultadas por ABC, un intercambio de textos a través
de un parlamentario de la ilegalizada Batasuna en la Cámara vasca (en esta
ocasión el «correo» no ha sido Otegi) en los que ETA plantea una cláusula
según la cual, la «exención» de sus atentados en Cataluña no se extendería
a los «objetivos» ya marcados por la organización terrorista que «se
desplacen o se establezcan» en aquella Comunidad Autónoma. ETA no querría en
modo alguno que el Principado se convirtiese en «un santuario para sus posibles
víctimas». Por su parte, Carod-Rovira intenta con esta iniciativa reverdecer
su papel como el que consiguió con la extinción de la banda terrorista Terra
Lluire, aunque ahora los términos del acuerdo se refirirían a ETA y a su
actividad terrorista en la autonomía en la que gobierna en un tripartito con
PSC y la izquierda eco-comunista.
Todos estos encuentros y el pacto que se prepara entre ETA y Carod-Rovira son por entero desconocidos para Pasqual Maragall y los dirigentes del PSC y de sus otros socios de Gobierno, aunque su noticia -que ha causado «satisfacción»- ha comenzado a extenderse ya entre un grupo de dirigentes de la ilegalizada Batasuna.