DIARIO LA RAZÓN (16 de septiembre de 2002)

Un arrepentido de la «Camorra» napolitana revela que Eta les vendía droga a cambio de armas

 Así figura en la declaración de un ex miembro del «Clan Genovese» a la Fiscalía italiana, a la que ha tenido acceso LA RAZÓN Una mujer llamada «María» negociaba en Milán el pago de los envíos con el «capo» Felice Bonetti

La Dirección del Distrito Antimafia de Nápoles ha proporcionado a los investigadores españoles pistas de gran importancia sobre la conexión de Eta con la Camorra napolitana y el tráfico de drogas y armas. Las autoridades judiciales italianas han puesto en conocimiento de la Audiencia Nacional la declaración jurada que prestó un «arrepentido» del «Clan Genovese» ante la Fiscalía de Nápoles. El ex mafioso afirma que la banda terrorista les proporcionaba hachís y cocaína desde España a cambio de lanzamisiles y explosivos. El «arrepentido» dice que tiene los teléfonos de dos «correos» de la banda y que reconocería a «María», el contacto que negoció en Milán con el «capo» Felice Bonetti a principios de 1999.

F. Velasco / J. Prats - Madrid.-
    La Dirección del Distrito Antimafia de Nápoles ha abierto a las autoridades judiciales y policiales de nuestro país nuevas vías de investigación sobre cómo se financia Eta y se nutre de armamento.
   Las autoridades judiciales italianas han puesto en conocimiento de la Fiscalía de la Audiencia Nacional la declaración jurada que prestó Raffaele S., un «arrepentido» del «Clan Genovese», ante la Fiscalía de Nápoles en la que desvela que la banda terrorista les proporcionaba hachís y cocaína desde España a cambio de lanzamisiles y explosivos que, a su vez, el clan mafioso obtenía de un militar checo.
   En su declaración, a la que ha tenido acceso LA RAZÓN, el «arrepentido» asegura que dos chicas jóvenes, «correos» «españoles», «mandan la cocaína todas las semanas a los grupos criminales italianos, después llega una persona, una mujer, que representa al grupo, que recoge el dinero de las distintas familias y toma nota de más encargos».
   «Estas personas ¬añade el ex mafioso¬ vendían la droga y tenían necesidad de armas (...) porque preferían, bajando el precio de la droga, armas en vez de dinero». «¡Pero armas grandes! No les servían los kalashnikov, sino los lanzamisiles, las bombas...».

«Era muy bella y refinada»

   Respecto a la mujer que contactaba con el «Clan» tras realizarse las entregas, Raffaele S. recuerda que la conoció en una reunión que tuvo lugar a principios de 1999 en un restaurante de Milán. Allí, según su declaración, estuvieron presentes el dirigente del «Clan Genovés» Felice Bonetti, una tal Carmine Taccone, la mujer y sus guardaespaldas.
   «Podría reconocerla si la viera. Estuvo invitada por Bonetti, en Montemarano, durante siete, ocho o diez días». «Se llamaba María o Lucía, no me acuerdo, pero era una mujer muy bella, bien vestida y de modos refinados», afirmó.
   En el interrogatorio, la Fiscalía italiana le preguntó de nuevo si había estado en alguna «negociación importante respecto a grandes cantidades de armas», y el «arrepentido» señaló que «con los españoles, con la señora española». «En aquél restaurante de Milán esta mujer pidió si era posible tener... en vez del equivalente en dinero», dijo, y reiteró que habló de «lanzamisiles, armas grandes». El ex mafioso recuerda que Bonetti «tuvo un encuentro con un Mayor o Teniente del Ejército checo (...) de dos metros, anciano, que podía suministrar armas». «Bonetti me habló de él y me dijo: Nos puede dar bombas, lanzacohetes, que les pueden servir a los españoles».
   El militar «también tenía metralletas, pistolas, kalashnikov, armas pequeñas que a los de España no les interesaba».

«Ala de mosca» de Eta

   Este «personaje», que identifica en su declaración como «el Patriarca», «tenía relaciones con Turquía para importar heroína».
   Raffaele R. dice que «los españoles sólo venden cocaína y hachís; la heroína llega de Turquía, de Paquistán y de Uzbequistán; de esta parte pueden suministrar la heroína y las armas, mientras que de esta otra, los de la Eta, la cocaína y el hachís».
   En la declaración judicial, el ex mafioso da detalles de la entrega de droga que realizaron los «correos españoles» y que motivó la posterior reunión con la mujer misteriosa en Milán. «Felice Bonetti me dijo: me tienen que llegar ocho kilos de cocaína de España. Él la llamaba ala de mosca a la cocaína que tenía que llegar de España».
   «Tenía que ir a Milán a una cita en la zona militar, y dicha zona está cerca de Taccone. Tenía una cita en un motel, en la provincia de Milán. (...) Llegaron dos correos españoles que tenían la droga (...), no obstante el problema era cómo sacarla del coche; se trataba de dieciséis paquetes de medio kilo cada uno». Según dice, «la primera vez que fui a Milán conocí a las dos muchachas correos, que me dejaron sus números». Respecto a esta entrega, Raffaele S. recuerda que Carmine Taccone llamó a Amedeo Genovese diciéndole «que la cocaína no era buena, que no era apta para su mercado, y que traería problemas».
   Por otra parte, el «arrepentido» recuerda que «Bonetti me propuso ir a España, a formar parte de esta organización durante ocho o nueve meses; me traería a Italia cuatro o cinco mil millones (de liras), pero debería cometer actos terroristas».

   Hasta 100 kilos de cocaína

   Ante la pregunta de los investigadores sobre si creyó la propuesta de Bonetti, el declarante aseguró que era de verdad un auténtico «personaje»: «Si alguien te manda desde España ocho kilos de cocaína y coge el dinero después de un mes o mes y medio, debe ser por fuerza un personaje, sino ¡no te los manda! Esta organización manda ocho kilos de cocaína sin dinero...». «Una organización manda cincuenta, sesenta, setenta, cien kilos de cocaína a Bonetti, que se los da a los Mangone, a los “Fransuá”, a los Tamarisco, a los Valentino de Nápoles, sin dinero, fiándose; eso significa que Bonetti debe ser un personaje; incluso el mismo hecho de que Bonetti estuviera al corriente de los espionajes, de los mandatos, de las investigaciones de la D.D.A., además de su propuesta: ¿Por qué no te vienes conmigo? Nos vamos a España».

   Asesinato y soborno

   Asimismo, Raffaele S. relata en su declaración otros hechos relacionados con la actividad del «Clan». En concreto, se refiere al homicidio de «De Cristofaro», el «atentado contra Marinelli en el Cineplex», extorsiones y sobornos. Según afirma, «Modestino Genovese estaba detenido en la cárcel de Lanciano y el director (no el actual) tiene una amistad especial con él y con Amedeo Genovese». Éste tuvo un permiso de 15 días porque Modestino regaló al director de la prisión, según él, un reloj de oro de casi 3 millones de libras. Por otra parte, desvela que el «capo» Felice Bonetti mantuvo contactos con miembros de la banda en «el sur de España», algo que viene a confirmar la línea de investigación que seguía la Guardia Civil en 1997 para interceptar la financiación de Eta. Sin embargo, las pistas aportadas ya no son tan relevantes, pues los mafiosos habrán cambiado su «modus operandi». De hecho, la Policía detuvo el pasado mes de mayo en Sant Joan Despí (Barcelona) a dos miembros del «Clan Genovese» que habían iniciado las gestiones para «organizar una nueva vía de transporte ilegal de drogas desde Barcelona hacia Italia», según informó entonces la Policía. Se trataba de Roberto Iannuzzi y Adolfo Palinuro, sobre quienes también habló con detalle el «arrepentido» en su declaración. En concreto, se refirió a ellos cuando explicó el motivo por el que participó en la reunión de Milán. «Felice Bonetti era muy amigo de Roberto Iannuzzi; Amedeo Genovese recurrió a Iannuzzi que, en aquel momento, tenía mayores conocimientos que Amedeo en el sector de los estupefacientes, para encontrar una vía de suministro del mismo, y éste le presentó a Bonetti; (...) a las siguientes citas con Bonetti me mandó a mí junto a Palinuro».

   Mayor: «Eta es una mafia»

   Respecto a las pesquisas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado sobre la financiación de Eta, en 1997 el entonces ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, manifestó que «Eta es una mafia y se aproxima a organizaciones hermanas que están al lado de la droga y la prostitución». «Los mercados donde tiene que comprar Eta le exigirán probablemente estar introducida en más de un negocio relacionado con la prostitución, el blanqueo de dinero, la droga...; Eta no tiene principios morales y éticos que le limiten», aseguró entonces.
   Estas declaraciones se produjeron después de que la Guardia Civil hallase indicios de que la banda se estaba financiando con negocios vinculados al narcotráfico. Las sospechas se acrecentaron a raíz de la detención de Emilio Arrizabalaga Ruiz de Azúa, a quien entonces se le relacionó con el «comando» que secuestró a Ortega Lara. Arrizabalaga aparecía y aparece como titular de negocios inmobiliarios en el Campo de Gibraltar, en las localidades de San Roque, Algeciras y la Línea de la Concepción.

   Aznar lo apuntó en 1997

   El 4 de agosto de 1997, el presidente del Gobierno, José María Aznar, comentó las posibles conexiones entre Eta y las redes internacionales de narcotráfico, de blanqueo de dinero y de compraventa ilegal de armas: «Unas gentes que torturan a Ortega Lara en un agujero durante año y medio, que asesinan a Miguel Ángel Blanco (...), que han matado a centenares de personas en este país, no me extrañaría absolutamente nada que usaran estas vías para financiarse», aseguró Aznar. Además, añadió que «disponemos de indicios al respecto». Un mes después, durante la VII Cumbre hispano-italiana que se celebró en Bolonia se dio a conocer que existían «serias sospechas de que Eta puede estar en contacto con el crimen organizado italiano».
   Son muchos los antecedentes policiales que relacionan a miembros de la banda con el narcotráfico, como la detención en 1984 en La Haya de tres etarras con gran cantidad de heroína que, según declararon, iba a ser canjeada por armas y munición.
   En junio de 1988, la Policía francesa detuvo a Michel Dulucq, supuesto narcotraficante internacional de drogas y armas, en compañía del presunto etarra Manuel Paz González. Tras la captura de María Isabel Urdangarín, la Policía encontró 91 kilos de cannabis, 30 gramos de cocaína y diverso armamento. Por último, está el caso del ex etarra José Luis Folgueras, detenido en Jaén por la Policía en diciembre de 1996 con un cargamento de 150 kilos de cocaína.
   Tras conocer la «confesión» de Raffaele S., fuentes de la Audiencia se preguntaron con ironía si los asesinatos de Eta a «narcos» en los años 80 sólo eran para «limpiar Euskadi».