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Pensaba yo, al final del Franquismo, que con la muerte del Dictador nos veríamos inmersos en una difícil
encrucijada.
Si los franquistas acérrimos se empeñaban en la continuación del Franquismo y las izquierdas irredentas se
obstinaban en dar vuelta a la tortilla, podría volver un 36.
Gracias a Dios, mis temores no se cumplieron.
Tuvimos la gran suerte de que aparecieran unos políticos casi desconocidos, prudentes, no tocados por los
extremismos, que, liderados por el inolvidable Suárez, supieron llevarnos por caminos tranquilos y seguros.
Otro factor importante fue que la inmensa mayoría de los españoles no queríamos sobresaltos ni volver a las
andadas: deseábamos paz y tranquilidad, sin aventuras ni revanchas.
También hay que agradecer a personas como Carrillo o Fraga, que se esforzaron y supieron ceder en sus
maximalismos. Y, por supuesto, al Rey.
Así nuestra transición fue ejemplar y admirada en el mundo.
Últimamente percibo otra encrucijada.
Los nacionalismos egoístas y excluyentes, en mi opinión irresponsables, pueden causar graves problemas. Y
esta vez la solución feliz sea más difícil, por una razón: los nacionalismos, como quien no quiere la cosa, se
han hecho cada vez más fuertes, mientras que los partidos nacionales, como IU y PSOE, han perdido el Norte.
Estos partidos políticos de ámbito nacional, en su afán por desbancar al PP a toda costa, no tienen reparos
en aliarse con el diablo si hiciera falta. No es que yo censure o vea mal las coaliciones. Lo que me parece un
disparate es que se hagan coaliciones incongruentes con los principios básicos de cada partido. Así pasó en
Baleares, ahora en Cataluña, ayer en el País Vasco o en  Galicia, etc. Parece que les mueve el despecho, la
venganza o el odio al PP, no el interés de España.
Las consecuencias pueden pener en peligro la unidad de España.
Deseo equivocarme, como ya me equivoqué en la anterior ocasión.
Saludos y FELIZ NAVIDAD A TODOS.
Asperilla.
P.D. Hoy tenía que estallar una bomba potente en el tren de Chamartín, La carnicería hubiera sido tremenda.
Nunca sabremos pagar a la Policía Nacional y la Guardia Civil sus desvelos y sacrificios. Ese es el diálogo que
busca ETA y que tanto reclaman algunos. Quizá por última vez en este foro, que se acaba el 31, diré como
siempre: ACABEMOS CON EL TERRORISMO Y LUEGO HABLAREMOS DE LO DIVINO Y LO HUMANO.

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