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Título: LA CARTA DE LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO AL OBISPO DE SAN SEBASTIÁN Fecha: 18/04/03
Autor: Hombre-pronto-libre Hora: 11,35

 

Es muy interesante la carta que han dirigido las representantes de COVITE (Colectivo de
víctimas del terrorismo del País Vasco) a monseñor Uriarte. Es con motivo de una reunión que
van a tener con este obispo ahora que él se ha mostrado dispuesto a recibirles. Primero le
agradecen la atención de aceptar la reunión, pero inmediatamente después entran en materia
con un " memorial de agravios" muy denso y muy duro. 

Las señoras de COVITE repiten en su carta muchas de sus anteriores quejas por la
manifiesta omisión de apoyo en el no muy lejano pasado, o también por la sistemática falta de
cooperación con el Estado de Derecho (con sus intentos de " ilegalización de Batasuna", sobre
todo), o la pobre estima que manifiestan estos obispos a la legalidad actual plamada en la
Constitución y el Estatuto. ( Que constituyen claramente " su causa", porque previamente fué la
de sus muertos). Pero también se quejen ahora de la " práctica" pastoral de ese 67% de
párrocos y clérigos de sensibilidad nacionalista, que actúa muy sesgadamente contra ellas:
llegando a negarles consuelo y " misas de aniversario" - por causa de pretendida manipulación
partidista, cosa que ellas niegan - , y tomando actitudes no ya equidistantes sino, en
ocasiones, marcadamente favorables al colectivo de presos y victimarios, o sea, al colectivo de
sus enemigos irreductibles. También hacen una muy acerva e irónica reflexión sobre aquellas "
temidas consecuencias sombrías" que auguraba la Pastoral Vasca de la Primavera pasada. (
Creo que esto es lo mejor de la carta). Por el contrario, no se refieren a la reciente " Instrucción
Pastoral" de la CEE, (obviamente porque sus reivindicaciones se centran sobre todo en la "
Iglesia Vasca")

Para terminar, recaban un cambio de actitud global o "algunos gestos" en el próximo futuro. Y
recalcan que estos cambios deben consistir en hechos, no en palabras. Y a tal fin dan una lista
muy concreta con sugerencias.

 

CARTA DE COVITE AL OBISPO DE SAN SEBASTIÁN, JUAN MARÍA URIARTE

Señor Obispo: 

El Colectivo de Víctimas del Terrorismo en el País Vasco le agradece sinceramente  que haya accedido a concederle esta entrevista para tratar del tema de las víctimas del terrorismo y la actitud de nuestra Iglesia hacia ellas. 

En primer, lugar COVITE quisiera transmitirle una vez más la sensación de abandono que las víctimas del terrorismo hemos tenido por parte de la Iglesia vasca, y en especial de su jerarquía, en estos más de 30 años de terror. Fue ese permanente olvido del clero vasco para con los asesinados y sus familias,  los perseguidos, extorsionados y amenazados, una de las principales razones de que se fundara COVITE en el año 1998. Desde entonces, nuestro colectivo no ha hecho sino trabajar para las víctimas inspirándonos en los principios de memoria, verdad y justicia.  

Desde aquel primer momento, en que la jerarquía de la Iglesia vasca se negó a secundar nuestro manifiesto fundacional, los obispos vascos nos sumieron en el olvido, en el ninguneo casi absoluto, al igual que a las demás asociaciones y fundaciones de víctimas. Ni una sola de nuestras iniciativas a favor de las víctimas del terrorismo ha sido secundada por nuestros obispos desde entonces. No nos mencionan. Nunca se han puesto en contacto con nosotros. No responden a nuestras convocatorias, o lo hacen declinando la invitación. Ejemplos recientes serían la ausencia de nuestros obispos en la entrega del I Premio Internacional a la actuación a favor del recuerdo y apoyo a las víctimas del terrorismo, otorgado en 2002 a los Cuerpos de Desactivación de Explosivos (Tedax); su no participación en las recientes II Jornadas Víctimas del Terrorismo y Violencia Terrorista celebradas en San Sebastián; tampoco estuvieron  en el último gran acto público de apoyo a los concejales vascos de PP y PSOE amenazados por ETA, celebrado en el frontón Atano III; ni presidiendo la concelebración de la misa en memoria de las víctimas que tuvo lugar el día 21 de febrero de 1.999 en la parroquia del Buen Pastor donostiarra. Etc... 

Por su parte, el Episcopado vasco tampoco ha promovido respuestas, actos o actividades encaminadas a reconocer, denunciar y acompañar el sufrimiento de tantos ciudadanos vascos, miles  de ellos feligreses de sus parroquias. Ni mucho menos han apoyado iniciativas democráticas que frenaran la acción de los violentos y defendieran a sus víctimas o mantuvieran viva su memoria. Como ejemplo más reciente, nuestros obispos no acudieron al acto en memoria a las víctimas del terrorismo que tuvo lugar el pasado 18 de este mismo mes en la Diputación de Guipúzcoa, organizado por el Sr. Sudupe.  

Durante muchos años ningún documento llamando a la acción cristiana contra la injusticia sufrida por las víctimas y a la solidaridad para con ellas.  Ninguna propuesta de acción seria por caminar junto a los perseguidos, con los obispos delante. No hubo pastoral criticando, por ejemplo,  la injusticia de Lizarra para con los no nacionalistas y el conjunto de la sociedad. Tampoco para dolerse ante la ofensa que supone para los no nacionalistas el ser sistemáticamente tildados de “fascistas” por muchos radicales  e incluso por los círculos nacionalistas. Ni redactaron los obispos carta alguna  denunciando la persecución y  aniquilación por parte de ETA y sus amigos de los representantes políticos de opciones no nacionalistas; ni  la falta de libertad de expresión que sufren en el País Vasco decenas de miles de no nacionalistas y cualquiera que critique públicamente el proyecto independentista de ETA. Jamás una pastoral  que tratara en exclusiva la inhumanidad que suponen la extorsión y el exilio masivos en nuestra tierra. Ni éstos ni tantos otros ataques  más a los más básicos Derechos Humanos de decenas de miles de vascos  consiguieron conmover a nuestros obispos  hasta el punto de pronunciarse expresamente denunciándolos, y mucho menos de promover acciones cristianas y cívicas para parar el horror y arropar a sus víctimas. 

Sin embargo y muy paradójicamente, las víctimas del terrorismo hemos comprobado en este 2002 que lo que no ha conseguido tanta realidad dramática constatable, lo ha logrado un futuro hipotético que nuestros obispos parecen tener poderes especiales para prever. Al parecer e incomprensiblemente para nosotros, las víctimas, lo que pueda pasar en el futuro requiere una intervención urgente y extraordinaria del Episcopado vasco, no así lo que ha ocurrido y ocurre en el presente. En efecto, la aprobación -por mayoría histórica del Parlamento español-, de la Ley de Partidos y  la consecuente probable ilegalización de Batasuna conmovieron por fin a nuestros Obispos, hasta el punto de hacerles publicar un texto explícitamente político en el que se posicionaban alto y claro contra tal ilegalización. La Pastoral “Preparar la Paz” sumió a las víctimas en un desasosiego aun mayor del que jamás nos produjo el histórico silencio de la jerarquía de la Iglesia vasca, y fue contestado por COVITE en su comunicado “Ora pro nobis”.

La pastoral, entre otros muchos despropósitos,  preveía como “sólidamente probables” las “consecuencias sombrías” que la posible ilegalización de Batasuna  tendría para la sociedad vasca, y en especial para los perseguidos por ETA.  Las víctimas consideramos realmente admirable tanto la ceguera de nuestros Obispos a la hora de no ver el presente, como su supuesta perspicacia para adivinar el futuro. 

¿Piensan hoy los Obispos que la ilegalización de un partido que no condena, defiende y apoya al terrorismo ha supuesto una vida cotidiana más sombría para sus víctimas? Después de todo, su pastoral condenaba a ETA y a las personas que colaboran con ella, la encubren o defienden. O sea, Batasuna. ¿No es entonces incoherente posicionarse contra su ilegalización “sean cuales fueren las relaciones existentes entre ETA y Batasuna”? ¿Piensan quizás también que declarar ilegales el robo o la violación y a quienes los ejercen, encubren, apoyan o defienden trae consecuencias sombrías para las víctimas reales y potenciales de los ladrones y los violadores? ¿Creen realmente que las víctimas del terrorismo han vivido más sombríamente en estos últimos meses que antes de la ilegalización de Batasuna? ¿No entienden que para nosotros, las víctimas, ciudadanos demócratas  ante todo, es un alivio y una muestra de justicia social que al fin no pueda seguir oyéndose la voz de nuestros asesinos clamando impune y públicamente a favor de nuestra persecución y exterminio, incluso desde nuestras instituciones y subvencionados por ellas (y por nuestros impuestos)? ¿Les queda acaso alguna duda de que Batasuna es la voz de ETA? La voz que no sólo no denuncia nuestro asesinato y persecución, sino que los aplaude,  incita,  apoya y  financia. Promueve homenajes a los terroristas, utiliza ideario, terminología y parafernalia nazis, totalitarias y asesinas. ¿Se ha vuelto nuestra seguridad, como preconizaron Vds., más precaria tras este proceso de ilegalización?

Por el contrario, nosotros nos sentimos mejor defendidos, más justamente tratados y mucho más seguros ahora, al igual que cada vez que nuestras instituciones democráticas adoptan medidas legales contra nuestros verdugos y sus cómplices Y además parece que la realidad nos avala  ya que según estudios recién publicados, la violencia callejera y cotidiana y los incidentes radicales en la vida civil han disminuido en un 65% en el País Vasco en los últimos meses, dato que no quiere decir que nos hallemos ni siquiera en parámetros de normalidad propios de cualquier país o región europea, pero que significa un maravilloso avance. Y es un hecho que la ilegalización de Batasuna ha debilitado a ETA. ¿Pensaban Vds. acaso que era mejor no enfrentarse a la bestia por miedo a que se enfureciera más y acrecentara su dominio despótico sobre su entorno?   Pues al parecer la bestia, acostumbrada a actuar impunemente, no se ha envalentonado, sino más bien todo lo contrario. ¿No les parece a Vds. ahora que la aplicación  de la nueva Ley ha traído luz y no sombras al País Vasco?  

Otros puntos del texto de los obispos vascos nos parecieron criticables. Merecía un comentario aclaratorio la frase inicial de la pastoral con relación a quienes no comparten lo que en ella se expresa: “Nuestra sociedad anhela la paz y sufre por no tenerla”. Es cierto que la mayoría de nuestra sociedad anhela y sufre por la paz  y exige pacíficamente que se defiendan sus derechos democráticos. Pero una minoría, los etarras y sus defensores, no quieren la paz ni permiten a los demás tenerla. Esta minoría sufre sólo por no poder imponer a los demás su proyecto independentista violento, al tiempo que disfruta de todas las libertades y garantías democráticas de las que priva sin embargo a la mayoría pacífica de sus conciudadanos, a los que no deja vivir en paz. Ningún otro enfoque es real, ni aceptable. 

Pero este enfoque de los obispos no es nuevo. Para Vds., parece que  en el País Vasco conviven dos bandos enfrentados respecto de los cuales se quieren mantener en la equidistancia. Las víctimas opinamos que existe un bando criminal que extorsiona, amenaza, tortura y mata, y otro, pacífico y demócrata, que sufre las consecuencias. En muchas ocasiones pensamos que una gran mayoría de los clérigos y religiosos del país no sabe distinguir en realidad entre víctimas y verdugos, y que se sitúa  más cerca de los segundos, ni siquiera en la vergonzosa equidistancia. Sirvan estos ejemplos: en la revista Herria Eliza 2000 se publicó la homilía de un sacerdote navarro en la que éste comparaba al terrorista Argala con Cristo crucificado (para COVITE Cristo era víctima inocente y mártir, y Argala un criminal no arrepentido. ¿Y para ustedes, señor Obispo?);  recientemente, un grupo de sacerdotes de Oarsoaldea suscribió una nota de respaldo al polémico cura de Oyarzun en la que leíamos “la Iglesia no hace distinciones entre los muertos de un lado y de otro en la lucha de nuestro pueblo” (¿A qué lucha se refieren? ¿A la pacífica y democrática de las víctimas desarmadas  o a la lucha violenta de los terroristas?) ; 358 sacerdotes del País Vasco, Navarra y Bayona firmaron una  carta reivindicando la independencia de Euskal Herria y condenando “todas las violencias. ETA es la primera en hacer daño, pero también hace daño la violencia de los que están en la cárcel como están, y la violencia de la tortura, y la violencia de que democráticamente no podemos decir algunas cosas” (¿qué violencia ejercen las víctimas, señores Obispos?  Las víctimas sólo han respondido al dolor que les ha infligido el bando criminal sin odio, con paz y con una inquebrantable tenacidad democrática. ¿Qué cosas son las que no pueden decir esos 358 sacerdotes? ¿No es cierto que los presos de ETA son los más temidos y mejor tratados de todos los presos vascos y españoles? ¿Tienen estos clérigos constancia de que se ejerzan torturas a los presos vascos -se refieren sólo a los etarras o a todos los presos vascos-    ? Porque en ese caso nosotros, como demócratas, les exigimos que las denuncien caso por caso, ya que no podemos tolerar ese tipo de abuso contra ningún preso en nuestro país. Pero no olviden que los detenidos por sospechosos de colaboración con ETA tienen orden de esta organización terrorista de denunciar haber sido torturados, y éste sí es un hecho bien documentado y constatable. Y por cierto, los clérigos no parecen preocupados por la auténtica presión y tortura psicológica que ETA ejerce en sus presos, obligándoles a cumplir penas íntegras, no permitiéndoles arrepentirse, etc...). Por otro lado, en 1998 el Consejo Presbiteral de Bilbao pidió por escrito a Monseñor Blázquez que dejara de asistir a  los funerales por las víctimas de ETA dado el “grave riego de ambigüedad y manipulación”; recordemos también los cientos de funerales rápidos y de compromiso, cuando no casi clandestinos, de asesinados por ETA, en especial aquellos de militares y policías, celebrados en estos más de 30 años, sin olvidar tampoco la negativa de la Iglesia Vasca a celebrar funerales  aniversarios por los asesinados por ETA); ejemplo triste es también la colaboración económica de la Iglesia Vasca con los familiares de los presos etarras, no así con las víctimas y sus familiares (¿Cómo pueden Vds. pedir el acercamiento de presos etarras vascos  -y no arrepentidos- en su pastoral como “gesto de humanidad”,  y ni siquiera mencionar a los familiares de víctimas que han de recorrer a veces cientos de kilómetros para visitar las tumbas de sus muertos? ¿Ayudará la Iglesia también a financiar estos viajes?); como último ejemplo, la cesión de la cripta de la Catedral del Buen Pastor a Gestoras pro Amnistía mientras se impedía pisar las escaleras exteriores a los pacifistas que se manifestaban en ese momento contra el secuestro de Julio Iglesias Zamora, ya que para el párroco aquel era un acto político en el que la Iglesia no podía entrar. 

¿Pedirá algún día la  Iglesia perdón a las víctimas del terrorismo por todas estas muestras de insensibilidad hacia ellas, monseñor Uriarte?. 

COVITE encontraba además otro tipo de sinsentidos en su pastoral. Se habla de “...una pluralidad conflictiva de identidades que está reclamando el hallazgo de una fórmula de convivencia” en el País Vasco. Como ciudadanos demócratas entendemos que la pluralidad de identidades en nuestra sociedad es natural, histórica y sana. No es conflictiva y las diferencias existentes se resuelven mediante el diálogo democrático y el consenso. Lo que sí es conflictivo es el intento de imponer una identidad a la otra de forma violenta. En cuanto a la fórmula de convivencia, los ciudadanos vascos la encontramos hace más de 20 años, dentro del marco del presente Estatuto de Autonomía, y nos sentimos amparados por el Estado de Derecho y por nuestras  instituciones democráticas. Y creemos que el grave problema  del terrorismo tiene solución dentro del marco sociopolítico y jurídico actual. Y que es prioritario. Para las víctimas la paz no es negociable. No se trata de buscar un diálogo para la paz, sino de poder, los demócratas, dialogar en paz.

En otro momento equiparan ustedes “la fuerza ciega con el puro imperio de la ley”. Para nosotros sin embargo, el imperio de la ley es la convención de la que nos hemos dotado precisamente para que no triunfe la fuerza ciega. Una democracia debe usar los instrumentos legislativos, judiciales y policiales para impedir los abusos de los criminales. ¿Se les ocurre alguna más civilizada fórmula de convivencia a nuestros obispos? 

Por otra parte, las víctimas encontrábamos el mensaje de la pastoral tan coincidente con el del nacionalismo vasco como de costumbre, lo cual no es extraño si pensamos que, según una encuesta del año 87, el 64% de los clérigos vascos decía tener un sentimiento nacionalista. Curiosamente, también el PNV dijo en su día que su proyecto no lo pararían “ni las bombas ni las leyes”. De hecho, la Pastoral podría haber llevado por título el mismo lema de la manifestación que el PNV convocó para una semana después y también contra la Ley de Partidos: “Todos los proyectos, todas las ideas, todas las personas”. ¿También los proyectos totalitarios, las ideas nazis, las personas asesinas, Monseñor? Pero la principal coincidencia reciente entre Iglesia vasca y nacionalismo es que ambos  han tomado postura claramente en contra de la  ilegalización de Batasuna, tal como exigía Arnaldo Otegi. ¿No da qué pensar a nuestros obispos que precisamente sean el PNV y la Iglesia los sectores sociales a los que ETA no mata?

En medio de tanto despropósito, de tanta muestra de insensibilidad, las víctimas encontramos dos puntos positivos en su pastoral. Por un lado les agradecemos sinceramente su crítica a ETA y a su “constelación de violencia”. También valoramos su denuncia de la situación de los concejales del PP y PSOE amenazados y su llamamiento a la sociedad a defenderlos, acompañarlos y protegerlos. Lamentamos sin embargo lo tardío de esta actitud y el hecho de que su Carta no mencione a los casi 1.000 asesinados por ETA mayoritariamente y demás grupos terroristas, ni a sus familias, ni a los miles de ciudadanos amenazados que no son concejales (profesores, filósofos, periodistas, jueces, fiscales, comerciantes, etc.), ni a los extorsionados, ni a los exiliados... 

Pero seamos positivos. Volvamos al llamamiento a la solidaridad para con los amenazados que hace su Pastoral. La realidad de las víctimas del terrorismo es una obviedad y  drama que sólo admite compromiso activo y solidario, firme y sin ambigüedades, ante el que hay que ser crítico por no haberse propiciado hace tiempo y que reclama propuestas, actos y actividades para reconocer y acompañar el sufrimiento de tantos ciudadanos.  No sólo palabras. 

Acciones concretas que proponemos a nuestros Obispos: 

-         Que se denuncien desde el púlpito y sistemáticamente el drama de las víctimas del terrorismo, llamando a sus fieles a la solidaridad activa, pública y cotidiana con ellas. Condenando a los   terroristas y a sus cómplices sin paliativos y de forma pública y continuada y recordando a los asesinos la exigencia del arrepentimiento para el perdón de los pecados. Rezando una oración en todas las celebraciones eucarísticas como se hace en otras diócesis de España, por la paz y por las víctimas del terrorismo. 

-         Que la Iglesia Vasca promueva acciones, actividades y ayudas para acompañar y ayudar a las víctimas, tales como manifestaciones cívicas,  becas de estudios y otras formas de apoyo económico a las víctimas y familiares más necesitados  

-         Que se celebren en nuestras iglesias misas funerales de aniversario por las víctimas del terrorismo, si éstas son  pedidas,  debiendo ser personales, para reparar así el olvido de largos años, exigiéndose esta excepción para con ellas, puesto que EXCEPCIONALES fueron las causas de su muerte. 

-         Que desde la Iglesia Vasca se apoye nuestro Estado de Derecho y toda iniciativa de las Instituciones democráticas y asociaciones cívicas para combatir a los violentos y defender a sus víctimas. Marchando nuestros Obispos al frente de cualquier manifestación democrática en su apoyo. 

-         En el caso concreto de los concejales amenazados, que sean nuestros Obispos los primeros en encontrarse a su lado, acompañarles y defenderles cotidianamente.

 


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