DIARIO LA RAZÓN (25 de noviembre de 2002)
Un informe vinculado a las víctimas de ETA denuncia la creación de una «Batasuna estatal»
El proyecto, según afirman, lo configurarían sindicatos nacionalistas y de extrema izquierda
Un conjunto de
sindicatos nacionalistas y de extrema izquierda están gestando una «Batasuna
estatal» que tenga una «mayoría social» que apoye en un momento dado la
apertura de procesos soberanistas y a la que se uniría la creación de un
partido radical con presencia en todo el Estado, según revela un informe próximo
a la AVT en Cataluña. Según el mismo, el embrión, que ha surgido en Cataluña,
se ha establecido ya en todo el territorio y actúan bajo la apariencia de
sindicatos moderados, ya que como revela este informe «los afiliados no tienen
porqué conocer el proyecto político».
J. Arias Borque -
Madrid.-
Pequeños sindicatos de
extrema izquierda y nacionalistas, están trabajando en la consolidación de un
entramado de centrales que desembocaría en la creación de una «Batasuna
estatal», según revela un informe elaborado por personas próximas a la AVT en
Cataluña y al que ha tenido acceso la razón. El embrión originario proviene
de Cataluña. Según revela este informe, «durante años en esta región no ha
cuajado ningún sindicato independentista debido a los orígenes inmigrantes de
la mayoría de los trabajadores catalanes. Los independentistas radicales, de
ideología leninista, en la mayor parte de los casos, se plantearon este
problema como la «gran asignatura pendiente» cuyo aprobado es condición «sine
qua non» para constituir un partido radical fuerte. «La opción de fundar un
sindicato independentista no ha funcionado, y tampoco la estrategia de influir
desde dentro de los grandes sindicatos, a pesar de que tienen lobbys que
obstaculizaron, por ejemplo, la firma del pacto antiterrorista».
De apariencia moderada
Según un nexo del
mencionado informe, en un documento del grupo radical MDT (Movimiento de Defensa
de la Tierra), que ha llegado a pedir el voto para Herri Batasuna, a finales de
los ochenta ya se planteaba la necesidad de fundar un sindicato cuyos dirigentes
fueran independentistas: «no ha de ser necesario que sea explícitamente
independentista, dado que habrá de abarcar a toda la clase obrera de Cataluña...
aunque, eso sí, la mayoría de los sindica- listas serían independentistas,
pese a que muchos afiliados no lo sean».
Según este informe, «la idea que exponen es crear un
sindicato aparentemente moderado, donde todas las ideas tengan cabida, pero
cuyos líderes y cuadros principales deben ser independentistas». Esa idea es
recogida posteriormente en un documento llamado «Haciendo Camino», al que ha
tenido acceso la razón y que culmina con el «Proceso de Vinarós», una reunión
del movimiento radical extraparlamentario de Cataluña, Comunidad Valenciana y
Baleares y que ve con buenos ojos su salida del ostracismo aprovechando el fin
de la era de Pujol. Es en este documento en el que se asientan las bases de la
creación de un entramado de sindicatos aparentemente moderados, pero con líderes
radicales, que deben operar en sus respectivas regiones. El sindicato base sobre
el que se cimienta el proceso es la Confederación de Sindicatos de Trabajadores
de la Enseñanza (STEs).
Según recoge «Haciendo Camino», «cada STE, en la medida de
sus posibilidades, debe tomar la iniciativa y afrontar el compromiso de crear y
dinamizar la coordinación estable de las organizaciones sindicales afines que
actúen en cada territorio con el objetivo explícito de confluir en el tiempo,
en la medida en que maduren las condiciones y los planes de convergencia en fórmulas
más orgánicas que consoliden una respuesta global e intersindical desde el
sindicalismo autónomo no burocrático». El documento cita expresamente a la
Intersindical Alternativa de Cataluña (IAC) y a la Intersindical Andaluza, en
cuyos procesos de formación ha estado presente LAB.
La importancia de esta fusión sindical se recoge en el número
de noviembre de 1998 de la revista radical «Lluita», en la que se afirma que
«para entender el Tratado de Estella hemos de retroceder hasta el proceso de
gestación de una mayoría social emergente en clave de soberanía que tuvo su
origen en los acuerdos sindicales ELA-LAB».
Aquí es donde se descubre el objetivo que se persigue con la
creación de esta «Batasuna estatal», que según este informe no es otro que
partiendo de la capacidad de convocatoria de los sindicatos, poder apoyar la
apertura de procesos de autodeterminación y que además concluiría en la
creación de una organización política radical de fuerte implantación en todo
el territorio. Como ejemplo de actuación se toma el caso de Cataluña, en el
que tras la fusión entre STE Cataluña y el sindicato USTEC se ha creado la IAC,
Intersindical Alternativa de Cataluña, de la que forman parte la Candidatura
Autónoma de Trabajadores de la Ad- ministración de Cataluña (CATAC), los
Colectivos Asamblearios de la Universidad (CAU), y la fusión entre la Unión
Sindical de los Trabajadores de la Enseñanza de Cataluña (USTEC), y la
federación regional de STEs, que ya funcionan bajo la sigla de USTEC-STEs. La
IAC está coordinada, además, con la Coordinadora Obrera Sindical (COS),
central que la banda armada Terra Lliure calificaba como «organización
sindical propia». Además, no se descarta que todas estás organizaciones
confluyan en otra, mucho más amplia, en la también se integrarían la
Intersindical CSC y la Federación de Trabajadores de Cataluña (FTC).
Según documentos anexos, la existencia de este proyecto fue
puesta de manifiesto por el secretario general de la COS, Joan Pujol, en verano
de 2000. Pujol reconoce en una entrevista en la revista independentista «Poble
Insurgent», que desapareció en julio, haberse integrado en la IAC y formar
parte de una «intersindical estatal» con el sindicato abertzale LAB como socio
vasco.
Intersindicales creadas
La implantación de este entramado radical es ya patente en toda la geografía. El grupo principal sobre el que se cimienta, la Confederación STEs, está presente en todo el Estado, donde ya ha empezado a crear otras intersindicales. Ejemplo de ello es el trabajo en común con la Confederación Intersindical Gallega (CIG), o la creación de las Intersindicales de Andalucía, Canarias, Aragón y Comunidad Valenciana. En la primera participan, además de la Ustea (re- presentante de STEs), el Sindicato de Obreros del Campo (SOC), el Sindicato Unitario Andaluz de Trabajadores (SUAT), y el Sindicato Unitario de Huelva (SUH). En la intersindical canaria, por ejemplo, colaboran STEC (Confederación STEs), el Sindicato Obrero Canario (SOC), la Confederación Autónoma Nacionalista Canaria (CANC), la Confederación Canaria de Trabajadores (CCT), el Sindicato Canario de la Salud (SCS) y el Sindicato de la Administración Local (SCAL).