DIARIO EL CORREO DIGITAL (25 de octubre de 2003)

Atutxa expulsa a Iturgaiz del Pleno tras desbordarse la crispación en la Cámara

 

El líder del PP tilda a Azkarraga de «heredero de ETA», después de que el consejero les vinculara al franquismo Tiene prohibido asistir a dos sesiones

L. PÉREZ / O. BARRIUSO/VITORIA

El Parlamento vasco soporta una tensión cada vez más insostenible, dado el enfrentamiento existente entre el tripartito y la oposición sobre el plan Ibarretxe y por la negativa de Juan María Atutxa a disolver el grupo de la ilegalizada Batasuna. Hoy, el lehendakari y su Gabinete aprueban el proyecto de ley de nuevo Estatuto para dar inicio al debate parlamentario, en una Cámara legislativa que vive sumida en una permanente crispación política y con un creciente alejamiento entre su presidente y el segundo partido de Euskadi, el PP. Ayer, Atutxa expulsó del hemiciclo y prohibió asistir a los dos próximos plenos al presidente de los populares, Carlos Iturgaiz, al término de una sesión repleta de asuntos controvertidos que fue calentándose conforme avanzaban las horas.

Fue de hecho al final de la sesión cuando Atutxa envió fuera de la sala a Iturgaiz, minutos después de que éste mantuviera un agrio cruce de descalificaciones con Joseba Azkarraga, en el que ambos se tildaron mutuamente de herederos «de ETA» y «del franquismo». El consejero de Justicia, que para entonces ya había protagonizado otro duro cara a cara con Leopoldo Barreda por cuestionar las actuaciones del Poder Judicial, subió a la tribuna para responder a una pregunta sobre un informe acerca del sistema penitenciario.

En tono crítico, Carlos Urquijo le pidió explicaciones por la elaboración de un estudio sobre «una competencia que no tenemos». Sarcástico, el consejero atribuyó al diputado del PP «más moral que el Alcoyano» dado que recibe «revolcón tras revolcón» en sus iniciativas, al tiempo que consideró una «desfachatez» que se le recrimine «estar preparado» para gestionar las prisiones. El parlamentario del PP volvió a la carga. Y fue ahí cuando Azkarraga aseveró que los populares «nunca han tenido» convicciones democráticas y les definió como los «legítimos sucesores del franquismo».

«¿Y tú de ETA!», le espetó a gritos, desde su escaño, Iturgaiz. Atu-txa le llamó al orden por dos veces ante las protestas airadas del dirigente del PP, indignado porque el presidente no reprobaba también su actitud a Azkarraga. En su debate previo con Barreda, el consejero ya había asegurado que los populares «son los mismos» que agredieron al lehendakari en Granada y que, por eso, no es preciso que «la extrema derecha se organice como partido» en España.

«Alter ego»

Iturgaiz guardó silencio tras ser reconvenido por Atutxa, por lo que la Cámara abordó el último punto del orden del día, impregnado ya de tensión. Dado que el lehendakari no estaba en el Parlamento, Urquijo preguntó a su «alter ego» -Josu Jon Imaz- por los posibles contactos del Gobierno con ETA para garantizarse la tramitación de su plan soberanista. El portavoz aludió, irónico, a la reunión mantenida por el Ejecutivo de Aznar con la dirección etarra en la tregua y afeó a Urquijo -que llegó a imitar a Arzalluz- sus «difamaciones». Así concluyó el Pleno. Pero Atutxa no olvidó el incidente con Iturgaiz, al que acusó de haber imputado a Azkarraga, de forma «inaceptable», «ser miembro de ETA».

«Eso es mentira», clamó el líder del PP, al que Atutxa llamó al orden por tercera vez y, a renglón seguido, expulsó de la sala y prohibió asistir a las dos próximas sesiones; junto a ello, anunció que dará instrucciones a los servicios jurídicos para que eliminen las palabras de Iturgaiz del diario de la Cámara. Mientras portavoces de Presidencia sostenían que Atutxa tiene plena potestad para imponer ese castigo, en virtud del artículo 88 del Reglamento, el PP consideró totalmente «arbitraria» la sanción, anticipó que presentará una queja formal y amenazó con recurrir a los tribunales.

Los populares interpretaron la reacción del presidente como la evidencia de que tiene «predilección» por Batasuna y de que a ellos les trata «como parlamentarios de segunda»; así lo habían proclamado cuando volvieron a intentar, en vano, que se le retirara la palabra a Sozialista Abertzaleak. El PP ya se quejó hace apenas dos semanas del comportamiento de Atutxa en una fuerte discusión entre Urquijo y Jone Goirizelaia. El aludido advirtió entonces de que no toleraría más «falsas imputaciones penales», amparándose en un acuerdo de la Mesa.