DIARIO EL MUNDO (7 de agosto de 2001)

 

Aluvión de críticas de los sindicatos de la Ertzaintza al Gobierno vasco

CCOO denuncia que oculta ataques sistemáticos a sus patrullas - ErNE y ELA le achacan «improvisación» y falta de medios - Balza les pide que «no aireen» sus quejas en la prensa


JAVIER URTASUN

BILBAO.- El último atentado contra dos ertzainas ha sido el detonante para que la estrategia del Departamento de Interior del Gobierno vasco contra la violencia callejera sea cuestionada de manera abierta por los propios agentes.

Todos los sindicatos de la Policía Autonómica unieron ayer sus voces en un aluvión de críticas dirigidas a la gestión de Javier Balza al frente de la consejería Interior, a quien reclamaron más seguridad para los policías, así como más medios y medidas efectivas para luchar contra la kale borroka.

También exigieron a los responsables políticos de Madrid y Vitoria que cesen la polémica mantenida en los últimos días y se comprometan a cooperar para garantizar la seguridad en las calles de Euskadi. El Departamento de Interior mostró su malestar por que las críticas se aireen a través de los medios, y salió al paso de los reproches alegando que los sindicatos policiales disponen de «suficientes foros internos» para hacer oír su descontento.

La central sindical mayoritaria en la Ertzaintza, ErNE, se mostró muy dura con la estrategia que desarrolla el Departamento vasco de Interior: «En algunas ocasiones da la sensación de que nos metemos en la boca del lobo por falta de un estudio y de estrategia previas. Esas improvisaciones llevan a actuaciones in extremis, con graves repercusiones para los propios ertzainas y con la consiguiente incidencia en la opinión pública».

Frente a la política puesta en marcha por Javier Balza, ErNE propuso como ejemplo el principio de tolerancia cero propugnado por los verdes alemanes contra el movimiento neonazi. El sindicato entiende que este método, desde un «escrupuloso respeto al marco legal vigente», obtiene «resultados espectaculares, corrigiendo la impunidad y previendo, investigando y reprimiendo todos y cada uno de los actos delictivos».

Seguridad

El sindicato independiente pidió además a los gobiernos central y vasco que dejen de «jugar al póquer con la seguridad de todos los ciudadanos» y comiencen a realizar «un esfuerzo riguroso en la gestión de la seguridad pública para incrementar su eficacia y productividad».

La labor del consejero de Interior también recibió duras críticas desde el sindicato nacionalista ELA. Esta central incidió en la necesidad de que la Ertzaintza disponga de mayores medios, tanto humanos como materiales, para plantar cara a la violencia callejera. Asimismo, exigió al Departamento de Interior que adopte las «medidas precisas» para evitar situaciones como la vivida en Portugalete, donde una decena de jóvenes radicales utilizó cócteles molotov con ácido para abrasar a dos policías vascos en la madrugada del domingo.

En una circular interna remitida a todas las comisarías, a la que tuvo acceso Europa Press, ELA denuncia además la «falta de adopción de medidas de seguridad y protocolo de actuación necesarios que garanticen la prestación del servicio con las suficientes medidas de seguridad».

Desde CCOO-Ertzaintza, se pidió a Interior «menos palabrería» y que mejore la gestión de sus recursos policiales para evitar ataques como el ocurrido. En caso contrario, y si se mantiene el actual nivel de incidentes de kale borroka, el sindicato amenazó con solicitar una reunión extraordinaria del Consejo de Policía.

Según esta central, la situación que padecen los ertzainas viene de lejos, por lo que achacó las deficiencias a la «falta de voluntad política» tanto de Balza como de su predecesor, Juan María Atutxa. El portavoz de CCOO Roberto del Agua propuso a Interior vasco el blindaje de los vehículos para prevenir este tipo de ataques con un coste que tildó de «ridículo». UGT se sumó a las acusaciones y reclamó mayor protección para los efectivos policiales. El sindicato reivindicó que se «retomen» las medidas de seguridad que, según dijo, fueron suspendidas durante la última reunión de los sindicatos con la viceconsejería vasca de Interior, en marzo.