NOSTRADAMUS


CENTURIA II

Hacia Aquitania por ínsulas Británicas
Y desde las mismas grandes incursiones:
Lluvias, gelatinas harán tierras inicuas,
Puerto Selín hará fuertes invasiones.

 

II 

La cabeza azul hará la cabeza blanca,
Tanto mal que Francia ha hecho su bien:
Muerte en la antena, gran colgado en la rama,
Cuando presos por los suyos dirá cuántos el Rey.

 

III 

Por el calor del sol subido del mar
Los peces de Negroponte medio cocidos,
Los habitantes vendrán a comerlos,
Cuando a Rodi y Gennes les faltará el bizcocho.

 

IV 

Desde Mónaco hasta junto a Sicilia,
Toda la playa quedará desolada,
No habrá barrio, ciudad ni villa,
Que por Bárbaros no sea saqueada y robada.

 

Cuando dentro de un pez, hierro y carta cerrada,
Afuera salga el que luego hará la guerra,
Tendrá por mar su flota bien bogada,
Apareciendo cerca de la Latina tierra.

 

VI 

Cerca de las puertas y dentro dos ciudades
Habrá dos azotes, nunca se vio tal,
Hambre, dentro peste, por el hierro fuera gente echada,
Invocar socorro al gran Dios inmortal.

 

VII 

Entre varios a las islas deportados,
Uno nacido con dos dientes en la garganta:
Morirán de hambre, los árboles agitados,
Para ellos nuevo Rey nuevo edicto emanará.

 

VIII 

Templos sacros del antiguo rito romano,
Rechazarán la sima de los fundamentos,
Tomando sus leyes primeras y humanas,
Rechazando, no todo, los cultos de los santos.

 

IX 

Nueve años el macilento en paz se mantendrá,
Luego estallará en una sed muy sanguinaria,
Por él gran pueblo sin fe ni ley morirá,
Muerto por otro mucho más clemente.

 

X

 Muy pronto todo será arreglado,
Esperamos un siglo bien siniestro:
El estado de las máscaras y de los solitarios bien cambiado;
Pocos encontrarán que a su rango quieran ser.

 

XI 

El próximo hijo del mayor llegará,
Tan alto hasta el reino de los fuertes:
Su áspera gloria cada uno temerá,
Pero sus hijos del reino serán echados.

 

XII 

Ojos cerrados, abiertos a la antigua fantasía,
La costumbre de los solitarios será aniquilada:
El gran monarca castigará su frenesí,
Robar de los templos el tesoro antes que nada.

 

XIII 

El cuerpo sin alma no es ya en sacrificio,
Día de la muerte puesto en natividad:
El espíritu divino hará feliz al alma,
Contemplando al Verbo en su eternidad.

 

XIV

 En Tours, Gien, ojearán ojos penetrantes,
Descubrirán de lejos la gran serena:
Ella y su séquito entrarán en el puerto,
Combates, empujad, potencia soberana.

 

XV 

Un poco antes del monarca asesinado,
Cástor y Pólux en nave, astro con crines:
El bronce público por tierra y mar vaciado,
Pisa, Asti, Ferrara, Turín, tierra prohibida.

 

XVI

 Nápoles, Palermo, Sicilia, Siracusa,
Nuevos tiranos, fulgurantes fuegos celestes:
Fuerza de Londres, Gante, Bruselas y Susa,
Gran hecatombe, triunfo festejar victoria.

 

XVII 

El campo del templo de la virgen vestal,
No lejos de Ethen y los montes Pirineos:
El gran conducto es ocultado en el aguazal,
Norte arrojados ríos y viñas cruzadas.

 

XVIII 

Nueva Lluvia, súbita, impetuosa,
Impedirá de súbito a los dos ejércitos:
Piedra, cielo, fuegos hacer la mar pedregosa,
La muerte de siete, tierra y mar súbitos.

 

XIX 

Nuevos llegados lugar edificado sin defensa,
Ocupar el lugar hasta entonces inhabitable:
Tomar a placer prados, casas, campos y ciudades,
Hambre, peste, guerra, vastas tierras laborables.

 

XX 

Hermanos y hermanos en varios lugares cautivos,
Desfilarán cerca del monarca:
Al contemplar con atención sus rasgos,
Poco agradable ver mentón, frente, nariz, las marcas.

 

XXI 

El embajador enviado con una birreme,
Rechazado a medio camino por desconocidos:
A su refuerzo vendrán cuatro trirremes,
En Negroponte cargados de cuerdas y cadenas.

 

XXII 

El campo Ascop de Europa partirá,
Acercándose a la Isla inundada:
El ejército de Artón falange doblegará,
Ombligo del mundo por gran voz subrogada.

 

XXIII 

Palacios, pájaros, por pájaro abatidos,
Inmediatamente después de haber llegado el Prín­cipe
Muchas veces más allá del río enemigo rechazado,
Vuelo sostenido de pájaro capturado fuera.

 

XXIV 

Bestias enfurecidas codiciosas de beber en los ríos,
Gran parte del campo será frente a Híster,
En jaula de hierro el jefe se desplazará,
Cuando nada observe el hijo Germánico.

 

XXV 

La guardia extranjera traicionará fortaleza,
Esperanza y sombra de más estrecho maridaje:
Guardia completamente delusa encerrada en la prensa,
Loira, Saona, Ródano, Gar a muerte ultraje.

 

XXVI

 Por el favor que haga la ciudad,
Al grande que pronto perderá el campo de batalla,
Huido de las filas Pau Tesino verterá,
Sangre, fuego, muertos, ahogados a hachazos.

 

XXVII 

El divino verbo será desde el cielo herido,
Y no podrá proceder más adelante:
Del atacado el secreto es fulminado,
Se le pisoteará por encima y por delante.

 

XXVIII 

El penúltimo con el sobrenombre del profeta,
Tomará Diana por su día de descanso:
Lejos vagará por frenética testa,
Y librando a un gran pueblo de impuestos.

 

XXIX

 El Oriental saldrá de su sede,
Pasar los montes Apeninos, ver la Galia:
Traspasará el cielo, las aguas y la nieve,
Y a cada uno golpeará con su vara.

 

XXX 

Uno que los dioses infernales de Ambal,
Hará renacer, terror de los humanos:
Nunca más grande horror se contará,
De cuanto ocurrirá por Babel a los Romanos.

 

XXXi 

En Campania el Casilino hará tanto,
Que no se verá más que campos inundados:
Y después de la lluvia muy intensa,
Fuera de los árboles no se verá nada verde.

 

XXXII 

Leche sin ranas escurrirá en Dalmacia,
Conflicto dado, peste junto a Balennes
Grande será el grito en toda la Esclavonia,
Cuando nazca monstruo cerca y dentro Ravena.

 

XXXIII 

Por el torrente que desciende de Verona,
Por entonces hasta el Po guiará su entrada:
Un gran naufragio y no menor en Garona,
Cuando los de Génova vayan a su encuentro.

 

XXXIV 

La ira insensata del combate furioso,
Hará en la mesa de hermanos el hierro brillar:
Los separará y herido y curioso,
El fiero duelo vendrá a Francia perjudicar.

 

XXXV 

En dos mansiones de noche el fuego prenderá,
Muchos dentro ahogados y quemados:.
Cerca de dos ríos uno sólo llegará:
Excepto el Arcq y Caper todos serán amortiguados.

 

XXXVI 

Del gran profeta las cartas serán hurtadas,
Y entre las manos del tirano caerán,
Traicionar a su Rey serán sus empresas,
Pero sus rapiñas muy pronto le dañarán.

 

XXXVII 

Del gran número que se le va a mandar,
Para socorrer al fuerte asediado.,
Peste y hambre a todos han de devorar,
Excepto setenta que serán salvados.

 

XXXVIII 

Habrá gran número de condenados,
Cuando los Monarcas se hayan conciliado:
Pero uno de ellos estará tan disgustado,
Que casi nunca se verán ya juntos.

 

XXXIX 

Un año antes del conflicto Itálico,
Germanos, Galos, Españoles por el fuerte,
Será revuelta la casa de la república,
Donde, al poco, excluidos, irán sofocados a la muerte.

 

XL 

Poco después, sin excesivo intervalo,
Por mar y tierra será hecho gran tumulto.
Mucho mayor será pugna naval,
Fuegos, animales, que harán mayor insulto.

 

XLI

 La gran estrella durante siete días arderá,
Nublado hará que dos soles aparezcan,
El fiero mastín toda la noche aullará,
Cuando gran Pontífice cambie de territorio.

 

XLII 

Gallos, perros y, gatos de sangre quedarán ahítos,
Y de la herida del tirano hallado muerto,
En la cama de otro, piernas y brazos rotos,
Que no había podido morir de peor muerte.

 

XLIII 

Durante la visible estrella cabelluda,
Los tres grandes príncipes se habrán enemistado:
Heridos por el cielo, paz, tierra temblante,
Pau, Timbre, diente, serpiente puesta en el borde.

 

XLIV

 El águila impelida en torno a los pabellones,
Por otros pájaros de alrededor será expulsada:
Cuando ruido de címbalos, flautas y esquilones,
Devuelvan el sentido a la insensata dama.

 

XLV

 Demasiado el cielo llora a Andrógeno procreado,
Cerca del cielo sangre humana derramada:
Por muerte muy tardía gran pueblo recreado,
Tarde y temprano viene el socorro esperado.

 

XLVI

 Después de gran discordia humana otra mayor se apresta
El gran motor los siglos renueva:
Lluvia, sangre, leche, hambre, hierro y peste,
En el cielo visto fuego, corriendo larga centella.

 

XLVII

 El enemigo envejecido doliente muere envenenado,
Los soberanos por infinitos subyugados:
Piedras llover escondidas bajo el vello,
Para matar artículos en vano son alegados.

 

XLVIII 

El gran ejército que pasará los montes,
Saturno en el arco giratorio del pez Marte:
Venenos escondidos en cabezas de salmones,
Su jefe suspendido de cuerda colgante.

 

XLIX

 Los consejeros del primer monopolio,
Los conquistadores seducidos por la Melita:
Rodas, Bizancio para sus exponentes polos,
Tierra necesitarán los perseguidores en huida.

 

Cuando los de Hainault, de Gante y de Bruselas,
Vendrán ante el asedio de Langres,
Detrás de sus flancos habrá guerras crueles,
La lacra antigua será peor que enemigos.

 

LI 

La sangre del justo en Londres escaseará,
Quemados por el rayo de veintitrés los seis,
La antigua dama caerá de su alto puesto,
De la misma secta muchos serán muertos.

 

LII 

En varias noches la tierra temblará,
Hacia la primavera dos esfuerzos seguidos,
Corinto, Éfeso en los dos mares nadará,
Guerra desencadenada por dos valientes corajudos.

 

LIII 

La gran peste de ciudad marítima,
No cesará hasta que muerte no sea vengada
Condenada sin crimen del justo sangre tomada,
De la gran dama por disimulo no ultrajada.

 

LIV 

Por gente extranjera y lejana de los Romanos,
Su gran ciudad después de la tempestad gravemente turbada,
Hija sin excesivo diverso dominio,
Prisionero el jefe, terror de ser afectado.

 

LV 

En el conflicto el grande que poco valía,
Al final hará algo maravilloso,
Mientras Hadria vea lo que necesitaba,
Durante el festín apuñala al orgulloso.

 

LVI 

Que peste y espada no ha sabido adivinar
Muerte en el pozo, bóveda del cielo batida:
El abate morirá cuando vea que caen en ruina,
Los del naufragio deseosos de agarrarse al escollo.

 

LVII 

Antes del conflicto el grande caerá,
El grande a muerte, muerte, muy repentina y sen­tida,
La Nave imperfecta, la mayor parte nadará,
Junto al río la tierra quedará de sangre teñida.

 

LVIII 

Sin pie ni mano diente agudo y fuerte,
Por globo al fuerte de puerto y el mayor nacido,
Junto al portal desleal se transporta,
Sileno reluce, pequeño, grande conducido.

 

LIX 

Flota gálica apoyada por gran guardia,
Del gran Neptuno y sus fuertes tridentes,
Ocupada Provenza para sostener gran banda,
Y Marte Narbón con dardos y venablos.

 

LX

 La fe Púnica en Oriente rota
Gran Iud y Rosne, Loira y Tag, cambiarán,
Cuando el hambre del mulo sea saciada,
Ejército derrotado, sangre y cuerpos nadarán.

 

LXI 

Euge, Támesis, Gironda y la Rochella,
¡Oh, sangre troyana muerta en el puerto de la flecha!
Tras el río en el fuerte apoyada la escala,
Dardos, fuego, gran mortandad en la brecha.

 

LXII 

Mabus entonces muy pronto morirá, vendrá
De gentes y bestias terrible descalabro,
Luego, de pronto, se verá la venganza,
Cien, mano, sed, hambre, cuando corra el cometa.

 

LXIII 

El Galo a Asón bien poco subyugará,
Pau, Marne y Sena se enfurecerán contra Perme,
Quien el gran muro contra ellos levante,
Del primero al último el mayor perderá la vida.

 

LXIV 

Morir de hambre, de sed, gente Ginebrina,
Esperanza próxima vendrá a desfallecer,
Sobre puente temblante será ley Genovesa,
Flota en gran puerto no se puede acoger.

 

LXV 

El parque inclinado gran calamidad,
Por la Hesperia a Insubria hará,
El fuego en la nave peste y cautividad,
Mercurio en el Arco Saturno morirá.

 

LXVI 

De grandes peligros el cautivo escapado,
En poco tiempo el grande fortuna ha cambiado:
En palacio el pueblo es atrapado,
Por buen augurio la ciudad sitiada.

 

LXVII 

El rubio de nariz ganchuda vendrá a ejecutar,
Por el duelo y expulsará fuera,
Los desterrados dentro restablecerá,
En los lugares marinos venciendo los más fuertes.

 

LXVIII 

Del Aquilón los esfuerzos serán grandes,
Sobre el Océano estará la puerta abierta:
EI reino en la Isla será restablecido,
Temblará Londres por vela descubierta.

 

LXIX

 El Rey Galo por la Céltica diestra,
Viendo discordia en la gran Monarquía,
Sobre las tres partes hará florecer su cetro,
Contra la capa de la gran Jerarquía.

 

LXX 

El dardo del cielo se extenderá
Muertos mientras hablan, gran ejecución,
La piedra en el árbol la altiva gente se rendirá,
Monstruoso fragor humano, purga y expiación.

 

LXXI 

Los exiliados desembarcarán en Sicilia,
Para librar del hambre a la gente extranjera,
Al romper el día llegarán los Celtas,
La vida permanece, el Rey a la razón se rinde.

 

LXXII 

Armada Céltica en Italia vejada,
De todas partes conflicto y gran pérdida,
Romanos vencedores, oh Galia rechazada,
Cerca de Tesín Rubicón pugna incierta.

 

LXXIII 

En el lago Fucín de Benac la orilla,
Apresado por el Leman en el puerto de Orguión,
Nacido de tres brazos predice imagen bélica,
Por tres coronas al gran Endimión.

 

LXXIV 

Desde Sens y Autun llegarán hasta el Ródano,
Para ir más allá y pasar los Pirineos,
La gente dejará la comarca de Ancona,
Por tierra y mar seguirá muy numerosa.

 

LXXV 

La voz oída del insólito pájaro
Sobre el canal del respirable plano:
Tan alta llegará del trigo la medida,
Que el hombre del hombre será antropófago.

 

LXXVI 

Rayo en Borgoña suscitará hecho portentoso.
Y con ningún medio nunca se podría hacer,
De su senado sacro un hecho dudoso.
Hará saber a sus enemigos el quehacer.

 

LXXVII 

Por arcos fuegos, acá y allá fuegos rechazados,
Gritos, alaridos a medianoche oídos:
Se adentran por los muros destruidos,
Por canículas los traidores seguidos.

 

LXXVIII 

El gran Neptuno de lo profundo del mar,
De gente Púnica y sangre Gala mezclado:
Las Islas a sangre por el tardo remar,
Más le dañará que el mal ocultado.

 

LXXIX

 La barba rizada y negra gracias a su ingenio,
Subyugará a la gente cruel y fiera:
El gran Chirén sacará del presidio
A todos los cautivos por Selín desterrados.

 

LXXX 

Tras conflicto del lesionado la elocuencia,
Por poco tiempo se trama fingido reposo;
En absoluto se admite la entrega de los grandes,
Enemigos son remitidos a propósito.

 

LXXXI 

Por fuego del cielo la ciudad casi quemada,
La urna amenaza aún Deucalión,
Vejada Cerdeña por la Púnica gente,
Después de que Libra deje su Phaëtón.

 

LXXXII

 Por hambre la presa hará lobo prisionero,
Atándola fuera con extrema habilidad,
El nacido teniendo delante el último
El grande no escapa en medio de la prensa.

 

LXXXIII 

El mucho tráfico de un gran Lyón cambiado,
La mayor parte cae en prístinas ruinas,
Presa a los soldados por saqueo vendimia:
Por los montes del Jura y Sueve neblina.

 

LXXXIV 

Entre Campania, Siena, Flora, Tustia,
Seis meses nueve días no lloverá una gota:
La extraña lengua en tierra de Dalmacia,
Correrá adelante, devastando la tierra toda.

 

LXXXV 

El viejo raso barba bajo el estatuto severo,
En Lyón sobrevuela el Águila Céltica,
El pequeño grande persevera a ultranza,
Ruido de armas en el cielo, mar roe Ligústica.

 

LXXXVl 

Naufraga la flota cerca de onda Adriática,
La tierra tiembla sacudida por el sire en tierra puesto,
Egipto tiembla aumento Mahomético,
El Herault grits con todas sus fuerzas.

 

LXXXVII 

Después vendrá de países lejanos,
Principe Germano en trono dorado:
La esclavitud y aguas removidas,
La dams esclava, su tiempo ya no es amado.

 

LXXXVIII 

El circuito del grande y ruinoso pacto,
El séptimo nombre del quinto será:
De un tercio mayor el extranjero belicoso,
Mouton, Lutecia, Aix no garantizará.

 

LXXXIX 

Un día se repartirán el mundo los dos grandes maestros,
Su gran poder se verá aumentado:
La tierra nueva estará en sus poderosas manos,
Los días del sanguinario están contados.

 

XC

 Por vida y muerte cambiado reino de Hungría,
La ley será más áspera que obsequiosa:
Su gran ciudad de alaridos, quejas y gritos,
Cástor y Pólux enemigos en la palestra.

 

XCI

 Al nacer el sol se verá un gran fuego,
Ruido y claridad hacia Aquilón tendientes,
Dentro del círculo se oirán gritos y muerte:
Muerte que será por guerra, fuego y hambre.

XCII 

Fuego calor de oro del cielo en tierra visto,
Herido del alto nacido, hecho caso maravilloso:
Gran excidio humano: presa del gran sobrino,
Muertos de espectáculos, huido el orgulloso.

 

XCIII 

Muy cerca del Tíber, junto a la Libitina,
Un poco antes gran inundación:
El jefe de la nave preso, metido en la sentina,
Castillo, palacio en conflagración.

 

XClV 

Gran Pitu, gran mal por Galos recibirá.
Vano terror al marítimo Lyón:
Pueblo infinito por el mar pasará,
Sin escapar un cuarto de un millón.

 

XCV 

Los lugares poblados serán inhabitables,
Para los campos habrá gran división:
Los reinos a prudentes ineptos entregados,
Entonces los hermanos mayores muerte y disensión.

 


XCVI 

Antorcha ardiente en el cielo, de noche, será vista,
Cerca del fin y principio del Ródano,
Hambre, espada, tarde el socorro previsto,
Persia vuelve a invadir Macedonia.

 

XCVII 

Romano Pontífice, guárdate de acercarte
A la ciudad regada por dos ríos:
Tu sangre vendrá allí cerca a esputar,
Cuando florezca la rosa, tú y los tuyos.

 

XCVIII 

Quien de sangre rocía la cara,
De la víctima próxima al sacrificio,
Teniendo en Leo augur por presagio,
Será llevado a muerte por la desposada.

 

XCIV

 Territorio romano que interpretaba agorero,
Por gente Gala será muy vejado:
Pero nación Céltica temerá el momento,
Boreas, ejército demasiado lejos lo habrá empujado.

 

C

 En las islas tan terrible tumulto,
Pronto no habrá más que una bélica pugna:
Tan grande sera de los depredadores el insulto,
Que habrá que alinearse en la grande liga.

 


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