DIARIO LA RAZÓN (04 de febrero de 2003)

Un etarra paga un 99 por 100 menos de matrícula universitaria que otro alumno

Kepa Urra abonó 3,46 euros por siete asignaturas que costaban 308

Los etarras disfrutan de unos privilegios de los que no gozan la inmensa mayoría de los estudiantes universitarios. La Universidad del País Vasco (UPV) les paga la matrícula para que puedan cursar los estudios desde la prisión en que estén cumpliendo sus condenas. Sólo deben hacer frente a una pequeña cantidad de gastos que no son propiamente derivados de las asignaturas que el interno desea cursar de la carrera universitaria.

A. Letamendi - Bilbao.-
El etarra Kepa Urra Guridi, quien fue condenado por la Audiencia Nacional como miembro del «comando Vizcaya» de ETA, se matriculó en el curso 1999/2000 en la Escuela de Relaciones Laborales de la UPV de las siete asignaturas que le faltaban para obtener la diplomatura correspondiente. En concreto, de Derecho Constitucional, Psicología del Trabajo, Régimen Fiscal de la Empresa, Derecho Procesal Laboral, Prácticas Integradas, Relaciones Industriales y Técnicas de Investigación Social.
   En total, esas asignaturas tenían un valor de 48,9 créditos. En el curso 1999/2000, cada crédito en la citada diplomatura universitaria tenía un coste de 1.050 pesetas, por lo que el precio de la matrícula ascendía a 51.345 pesetas, es decir, 308 euros.
   Sin embargo, Urra, según consta en su resguardo de matrícula, sólo tuvo que abonar 3.46 euros -575 pesetas-. Es decir, 305,29 euros -50.770 pesetas- menos que lo que hubiese tenido que desembolsar un estudiante «normal» que se hubiese matriculado en esas mismas asignaturas.
   Además, parece que el etarra no aprovechó en demasía el tiempo en la cárcel para estudiar o, al menos, no obtuvo unos resultados muy positivos. Así se desprende al menos de la certificación académica que consta en su expediente, donde se especifica que entre junio y septiembre aprobó cuatro asignaturas, las cuales tenían asignadas un total de 22,2 créditos. A las tres asignaturas restantes no se presentó.
   Esas calificaciones son las que ha tenido en cuenta la Audiencia Provincial de Madrid para concederle una redención de pena de 73 días, «que no son ni los 37 de las resoluciones impugnadas -de la Administración Penitenciaria- ni los 113 que solicitaba el interno».
   Este caso no es único ni excepcional. Según fuentes jurídicas, son muchos los reclusos de la banda terrorista que se matriculan en la UPV, aunque se encuentren en cárceles que no estén en esa comunidad autónoma y, por tanto, se acogen a los beneficios que se establecen para los presos. Para acceder a este tipo de ayudas basta con realizar la petición de plaza en la facultad correspondiente en el mes de junio y en septiembre la beca, la cual, según fuentes universitarias, se concede de «forma automática». Posteriormente, esa ayuda se va renovando año a año.
   Por otro lado, las fuentes consultadas coincidieron en señalar que el nivel de exigencia para estos alumnos «no es demasiado alto» por parte de la UPV y que, en general, «hay mucha flexibilidad». En estos casos, Instituciones Penitenciarias se limita a facilitar el acceso a las prisiones de los profesores y de los tutores, aunque «tampoco acuden muchas veces al centro penitenciario durante el año».
   A nivel nacional, la Dirección General de Instituciones Penitenciarias tiene suscrito un convenio con la Universidad Nacional de Educación a Distancia, por el que los reclusos no abonan tampoco ninguna cantidad de las matrículas. Otro aspecto destacable es que la renovación de estas becas para estudiar en la UNED no se produce de forma automática, sino que está vinculada al rendimiento académico que obtenga el preso. Para ello existe una Comisión que es la que debe avalar el aprovechamiento del interno durante el curso escolar, ya que si los informes son negativos se le retirará la ayuda.