Diez etarras figuran entre las referencias historicas para los alumnos de secundaria del Pais Vasco

Sabino Arana no es el único referente reconocido desde el PNV. La organización Basta Ya ha denunciado la existencia de un libro de apoyo para los maestros de secundaria titulado "Personajes de Euskal Herria", aprobado por la Consejería de Educación del Gobierno vasco en el que, entre los ejemplos patrios, figuran diez etarras. La simbología de ETA aparece también como un hecho destacable que los maestros han de tener en cuenta para impartir sus clases.

(Libertad Digital) El libro está editado por Gaiak y aprobado como texto de apoyo por la Consejería de Educación del Gobierno de Ibarretxe –en concreto por el departamento de Educación, Universidades e Investigación– el 8 de julio de 2002 y, como denuncia Basta Ya, posteriormente fue adjudicada una subvención de 3.645 euros que figura en el BOPV del 9 de septiembre de 2002.

"Personajes de Euskal Herria" (Euskal Herriko pertsonaiak) considera como "luchadores", entre otros, a diez miembros de la banda terrorista ETA. El libro de apoyo a la enseñanza está realizado por Erlantz Urtasun Antzano y la colección es propiedad y está dirigida por Alicia Stürtze, ex dirigente de la ilegalizada Batasuna, columnista habitual del diario GARA. Comparte la titularidad de esta editorial Alfonso Martínez Lizarduy, conocido por expresar su apoyo a la ilegalizada Haika, una de las filiales de ETA para el terrorismo callejero de la que se nutre la banda para cometer atentados.

Entre los ejemplos a tener en cuenta por los maestros para ilustrar la historia del País Vasco figuran Felix Likiniano Heriz, conocido por diseñar el anagrama del hacha y la serpiente, el símbolo de ETA. Aparece también Xabier Etxebarrieta, primer miembro de ETA que cometió un asesinato o Mikel Kastillo Furtado, muerto en un enfrentamiento con la policía en 1990.

También son relevantes "personajes de Euskal Herria", el dirigente de la banda en los años 80, Txomin Iturbe Abasolo, fallecido en Argelia en 1987, en un accidente posiblemente en un campo de entrenamiento. Txomin era uno de los interlocutores del Gobierno en las negociaciones que se entablaron por esas fechas. Sobre sus espaldas, la acusación de veinte asesinatos. No falta la referencia al ideólogo de la banda durante los años 60, Federico Krutwig. Se supone que la clave del libro es presentar a personajes ya fallecidos que hicieron algo por el euskera.