DIARIO
ABC (15 de noviembre de 2001)
El PNV y ETA negocian un nuevo pacto
MADRID. ABC
El PNV ha transmitido a la dirección de ETA, a través de intermediarios, la necesidad de «reeditar» el pacto de Estella, pese a los asesinatos de la banda, según se recoge en un documento intervenido a un etarra. El «acta» da cuenta de una reunión entre Díez Usabiaga, de LAB, y un «enviado» de Arzalluz, el ex presidente del sindicato nacionalista ELA, José Miguel Leunda. El PNV mantiene en la actualidad encuentros con ETA por medio de «correos», mientras el secretario general de LAB ya ha planteado a ELA la necesidad de recuperar el pacto.
El «freno»
que, a raíz de la ruptura de la «tregua-trampa», puso el PNV a sus acuerdos
con ETA-EH -pacto de Estella- tan sólo constituye la escenificación de un «gesto»,
ya que algunos hechos demuestran el verdadero contenido de su estrategia: a
largo de los dos últimos años han sido frecuentes las reuniones que los «enviados»
del partido de Arzalluz han mantenido con miembros destacados de la «izquierda
abertzale» para examinar «la metodología» y «los tiempos» para la «reedición
de su unidad de acción» sobre el pacto de Estella.
Una prueba de
estos contactos se ha tenido en una reciente operación terrorista realizada en
Francia. A uno de los etarras detenidos se le intervino la «transcripción»
que, al parecer, el dirigente del sindicato LAB, Rafael Díez Usabiaga, hizo
llegar a la dirección de la banda sobre una entrevista que mantuvo el pasado
mes de noviembre con José Miguel Leunda Echeverría, ex presidente del
sindicato nacionalista ELA, y «hombre de confianza» de Xabier Arzalluz y Gorka
Aguirre. ABC ha tenido acceso al documento hallado en poder del terrorista sobre
el contenido de esta reunión en el que se especifica, en primer lugar, que la
entrevista para «reeditar» Estella fue solicitada por el PNV con la aprobación
de Xabier Arzalluz y que las «reflexiones» aportadas por su «enviado» eran
las mantenidas por la dirección del partido nacionalista.
«SE
NECESITAN MUTUAMENTE»
En la
conversación entre Díez Usabiaga y Leunda se expusieron tres puntos claves: el
primero destaca que el PNV y «la izquierda abertzale» se «necesitan
mutuamente» para avanzar en la consecución de sus objetivos, es decir, en la
«reedición» del pacto de Estella, que consideran una «cuestión de tiempo».
En segundo lugar, abordaron «los posibles acuerdos» del PNV con el PSOE, que
serían siempre de «carácter táctico», puesto que son conscientes de que los
socialistas no están dispuestos a llegar «hasta donde el PNV quiere». En
tercer lugar, ambos interlocutores desvincularon los avances que puedan alcanzar
en futuras reuniones de la actividades asesinas de ETA, cuestión que es vista
«con gran tranquilidad por la dirección peneuvista». De hecho, en el acta se
llega a decir que «habrá que aguantar los muertos que sean, la cuestión es
avanzar seriamente en lo otro», es decir, en el pacto de Estella.
En la
transcripción de la conversación remitida a la dirección de la banda se
indica que el «enviado» de Arzalluz, pese a señalar que existen «intereses
de distinta naturaleza» entre la «izquierda abertzale» y el PNV, está claro
que ambos «se necesitan», aunque la actividad de ETA haga surgir voces críticas
en el seno del partido nacionalista respecto a sus pactos con los proetarras. En
este sentido, el «representante» del PNV quitó en todo momento importancia no
sólo a los que dentro de partido mantienen una postura «autonomistas», sino
también a las «embestidas» que, con «la ayuda» de determinados medios de
comunicación, se han lanzado «para desestabilizar al EBB y el liderazgo de
Arzalluz y de Egibar». El «enviado» del PNV se esforzó en aclarar a su
interlocutor que estos ataques no han sido acusados por la formación peneuvista,
ya que Xabier Arzalluz «gestiona» el EBB y tiene las bases «amarradas», lo
que constituye una garantía para el «retorno a la senda» de Estella.
Por ello,
Leunda dijo a Díez Usabiaga, según se recoge en el documento intervenido, que
el aparente distanciamiento que el PNV mantiene respecto al brazo político de
la banda a raíz de la ruptura de la tregua constituye una «táctica», «o
dicho de otra manera, es un trago que el PNV tiene que pasar para volver al
esquema del acuerdo» de Estella. El «representante» del PNV expuso, por
tanto, la firme voluntad del partido de Arzalluz de recomponer la «unidad
nacionalista», así como la «permanente» comunicación entre ETA y su
entramado de apoyo.
«PREPARAR
EL RETORNO»
El «acta»
recoge que Leunda afirmó que había que «superar» la actual «fase» para
preparar «adecuadamente el retorno de cara a un salto en el proceso. El retorno
tiene que trabajarse desde ya en espacios sólidos y seguros de trabajo mutuo».
En este contexto, señaló que la única manera de «compatibilizar» con «garantías
el proceso» era con un «nivel de interlocución al máximo nivel» y en un
«ámbito opaco», es decir, en secreto, como fueron los contactos que el PNV
mantuvo con ETA para alumbrar el pacto de Estella.