DIARIO LA RAZÓN (31 de mayo de 2002)

El Gobierno acusa a los obispos vascos de defender «la total impunidad Batasuna»

Efe - Madrid.-
El ministro Portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, expresó hoy el «asombro» del Ejecutivo por la pastoral de los Obispos vascos y afirmó que los prelados han ido «más allá de lo que a ninguna fuerza política democrática ha llegado» al defender la «total impunidad de Batasuna».
   En una declaración leída en el Palacio de La Moncloa tras la reunión del Consejo de Ministros, Cabanillas respondió así a la pastoral hecha pública ayer por los obispos de San Sebastián, Bilbao y Vitoria, en la que critican la ley de partidos y la posible ilegalización de Batasuna. Cabanillas aseguró que en su pastoral los obispos vascos «se arrogan una representación de la que carecen, frente a la legitimidad contrastada de las instituciones y los órganos competentes del Estado, y pretenden hablar de sectores ciudadanos cuyas opciones políticas tienen el cauce de expresión adecuado en nuestro sistema democrático».    A juicio del Gobierno, la pastoral coincide «con las posiciones más radicales de descalificación de la ley de partidos desde el nacionalismo vasco» y es «un compendio exacto del argumentario nacionalista en contra de una iniciativa democrática apoyada abrumadoramente por el Congreso y que es el resultado de un intenso proceso de diálogo y acuerdo». «Produce asombro que la pastoral vaya más allá incluso de lo que ninguna fuerza política democrática, ningún sector social o de opinión ha llegado, ya que los obispos de las diócesis vascas abogan y defienden la total impunidad de Batasuna, y cito textualmente, «cualesquiera que sean sus relaciones con Eta’», dijo Cabanillas.
    El portavoz del Gobierno añadió que, a tenor de lo que afirman los obispos en su pastoral, «a los amenazados les advierten de que su situación puede empeorar con la ley de partidos, les invitan a la sumisión a sus verdugos, al silencio ante quienes les ofenden, y colocan a la sociedad vasca en el camino de la obediencia a la disciplina mafiosa que imponen Eta y sus cómplices». «Esta paz que se propone, la paz del silencio de las víctimas, de la impunidad de los verdugos, la paz de la humillación de una sociedad ante los que agreden su convivencia, la paz de los débiles y los cobardes, no es no es la paz civil que debe buscar una sociedad democrática. No es desde luego el escenario que la inmensa mayoría de los demócratas pueden aceptar ni aceptarán», dijo el ministro.