DIARIO LA RAZÓN (23 de noviembre de 2002)

La Iglesia condena con dureza a ETA y al nacionalismo excluyente vasco

«No es moral cualquier modo de propugnar la independencia», dicen los obispos

Los obispos españoles aprobaron ayer la Instrucción Pastoral «Valoración moral del terrorismo en España, de sus causas y de sus consecuencias», marcando un antes y un después en la crítica eclesial sobre ETA y el entramado nacionalista vasco. La Iglesia se convierte así en una guía moral contundente y valiente para juzgar los graves sucesos que nacen en el País Vasco, y que desgraciadamente salpican al resto de España. Desde la Iglesia se deslegitima la opción independentista de algunos políticos vascos. 

Redacción - Madrid.-
A la sala de prensa de la Conferencia Episcopal Española (CEE) concurrieron ayer más medios que de costumbre. Monseñor Eugenio Romero Pose, obispo auxiliar de Madrid, aseguró en rueda de prensa que el documento, titulado «Valoración moral del terrorismo en España, de sus causas y consecuencias», «no obliga a los obispos que han votado en su contra, pero que tienen el deber moral de apoyarlo». Monseñor Asenjo, secretario y portavoz de la CEE, también presente en la rueda, no reveló los nombres de los ocho prelados que votaron en contra, al tratarse de una sesión privada y de que el sistema de votación es electrónico.
   La Instrucción, de veintidós folios y dividida en cinco capítulos, «no pretende ofrecer un juicio de valor sobre el nacionalismo en general», según afirma el punto 26 del documento. Pero a la vez afirma que «la opción nacionalista, como cualquier opción política, no puede ser absoluta». El nacionalismo de ETA «no cumple las condiciones requeridas para su legitimidad moral, puesto que necesita absolutizar sus objetivos para justificar sus acciones terroristas». Estas condiciones que incumple ETA son, a juicio de los prelados españoles, «su ideología marxista revolucionaria que propugna un nacionalismo totalitario y persigue la independencia del País Vasco por todos los medios».

No a la independencia

La Iglesia española da un paso adelante en su condena a ETA al introducir un elemento que no ha incluido frecuentemente en sus anteriores condenas al terrorismo: el de si es moral o no la independencia del País Vasco. En la Instrucción, los prelados responden que «poner en peligro la convivencia de los españoles, negando unilateralmente la soberanía de España, sin valorar las graves consecuencias que esta negación podría acarrear no sería prudente ni moralmente aceptable». «La pretensión de que a toda nación, por el hecho de serlo, le corresponda el derecho a constituirse en Estado, dan lugar a un nacionalismo totalitario, que es incompatible con la doctrina católica», continúa el texto. Y ETA, según los obispos, cae en ese totalitarismo, ya que «ignora que todo proyecto político, para merecer un juicio moral positivo, ha de ponerse al servicio de las personas y no a la inversa». Cuando la voluntad de independencia «se convierte en principio absoluto de la acción política y es impuesta a toda costa y por cualquier medio, es equiparable a una idolatría de la propia nación que pervierte gravemente el orden moral y la vida social», añade. Para los obispos «tal forma inmoderada de culto a la nación es un riesgo especialmente grave cuando se pierde el sentido cristiano de la vida y se alimenta una concepción nihilista de la sociedad y de su articulación política». «Dicha forma de culto está en relación directa con el nacionalismo totalitario y se encuentra en el transfondo del terrorismo de ETA», dicen los pastores.