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4 de enero de 2007 (Angelberto) |
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Aparece el cadáver del ecuatoriano Carlos Alonso Palate, asesinado por ETA en Barajas
Después de retirar toneladas y toneladas de escombros de las cinco plantas de aparcamientos de la Terminal 4 del aeropuerto Madrid-Barajas después de la bomba de ETA, los equipos de rescate finalmente han conseguido a primera hora de la madrugada de hoy recuperar el cuerpo sin vida de Carlos Alonso Palate, un ecuatoriano que, por desgracia, tenemos que añadir a la larga lista de asesinados por ETA en nombre del nacionalismo vasco. El vehículo fue localizado ayer, día 3, en torno a las seis y media de la tarde, pero el rescate se alargó durante más de seis horas debido a la enorme dificultad que entrañaba para los bomberos y operarios la retirada de la gran cantidad de escombros que había sobre el coche. Carlos Alonso Palate, tenía 35 años, era natural de un pueblo llamado Ambato (Ecuador), y hace algo más de cuatro años se vino a España para trabajar y conseguir una vida mejor para él y su familia. En su país se quedaron sus dos hermanos, su hermana, su madre ciega y su padre enfermo, mientras Carlos cruzaba el Atlántico con la ilusión de conseguir el dinero suficiente para comprarles una casa en su pueblo. Carlos se llevó el primero de dos fatídicos golpes cuando hace escasas fechas le notificaron que su padre había muerto, y el último y definitivo se lo ha dado esa siempre criminal y asesina ETA de Otegui, de ese mismo Otegui al que Zapatero calificó como "hombre de paz". Esta nueva víctima de ETA ha venido realizando sus actividades laborales en el mundo de la construcción y en una empresa de plásticos, en la zona de Valencia, aunque en ocasiones también se desplazaba a Madrid. El fatal día del atentado terrorista, Carlos fue al aeropuerto para llevar a un amigo que iba a recoger a su esposa que llegaba de viaje, y mientras esperaba decidió quedarse a descansar en su coche hasta que la criminal bomba de ETA aplastó su vida y sus ilusiones. Después de la explosión, sus amigos, temiéndose lo peor, le llamaron al móvil pero no contestaba, y a partir de aquel momento las esperanzas de encontrarlo vivo fueron reduciéndose hasta que finalmente se descubrió su cadáver. La autopsia desveló que tardó cinco minutos en morir. Sin duda alguna, ETA puede colgarse una nueva medalla: Ha asesinado a otro inocente. ¿Cuándo se volverá a la "negociación"?
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