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11 de noviembre de 2007 (Angelberto)

El Rey, Zapatero y Chávez

Ayer fue un día de satisfacciones para mí. Ayer disfruté lo indecible al ver unas imágenes en las que destacaban tres personajes: El Rey Don Juan Carlos, el Presidente Zapatero y el primate Hugo Chávez. 

El Rey 

El Rey -mi Rey- es un español que, a mi entender, siempre ha cumplido debidamente con su trabajo, ha puesto la democracia por encima de todo y ha sabido ser una perfecta mezcla de ser humano, Jefe del Estado y monarca moderno.

Normalmente el Rey ha sabido destacar por su discreción, y desde que empezó a reinar ha descartado del modo más absoluto participar en la vida política de España, dejando ese trabajo para los representantes del pueblo elegidos en las urnas y dedicándose a ser un magnífico embajador de nuestro país en todo el mundo.

Y aparte de este ejemplar modo de actuar de Don Juan Carlos como Rey de España, tampoco debemos olvidar su intervención el 23 de febrero de 1981, que, sin duda alguna, sirvió para que la democracia se impusiera a aquel golpe de estado y para que, consecuentemente, ahora podamos disfrutar de la libertad que disfrutamos. 

Resumiendo, yo diría que el Rey Don Juan Carlos es un tío cojonudo a pesar de que los cuatro marginales de siempre pretendan criticar ahora la espontánea y magnífica intervención que tuvo ayer en la XVII Cumbre Iberoamericana, durante la ceremonia de clausura en Santiago de Chile. 

Secuencia fotográfica del suceso entre el Rey, Zapatero y Chávez.

Zapatero 

Del Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, he hablado mucho y es evidente que no comulgo en absoluto con muchas de las cosas que hace, pero tengo que reconocer que ayer me sorprendió gratamente. 

Ayer Zapatero por fin supo mostrar ante el mundo su condición de estadista, y defendió públicamente lo que jamás creí que pudiera nunca defender. Ayer Zapatero defendió al ex presidente del Gobierno, José María Aznar, de los virulentos ataques del cuadrumano Hugo Chávez. 

Sin duda alguna, ayer Zapatero, con su defensa de Aznar, ha conseguido infinitamente más votos que con las “memorias históricas” y los habituales insultos, manipulaciones y mentiras de acólitos de la catadura de José Blanco. Y además ha logrado en unos segundos que España se haya cohesionado mucho más de lo que yo puedo recordar en los últimos años. 

Aunque cueste creerlo -a mí me cuesta-, ayer me he sentido orgulloso de Zapatero. 

Chávez 

Como todo el mundo sabe, este primate con alma de dictador es el Presidente de Venezuela. Efectivamente el militar Hugo Chávez fue elegido en las urnas -como Hitler- y desde que manda en su país ha utilizado mil y una triquiñuelas mezcladas con centenares de artimañas para mantenerse eternamente en el poder. 

Este dictadorzuelo analfabeto de democracia, que escupe violencia cada vez que habla y cuyo principal aliado es el dictador y asesino Fidel Castro, está sufriendo actualmente numerosas manifestaciones y revueltas en Venezuela -el país que quiere dominar para siempre-, porque se ha empeñado en hacer ciertas reformas constitucionales que le permitan seguir siendo presidente a perpetuidad, con el fin de poder continuar aprovechándose de las prebendas y riquezas que le proporciona su poltrona. 

En conclusión, parece evidente que Hugo Chávez es uno de los mandatarios más despreciables del mundo. 

El suceso 

La cuestión es que estos tres personajes -el Rey, Zapatero y Chávez-, cuando participaban ayer junto a los presidentes de los distintos países de Sudamérica en la clausura de la XVII Cumbre Iberoamericana celebrada este año en Santiago de Chile, Zapatero fue varias veces interrumpido por Hugo Chávez, presidente de Venezuela, el cual no cesaba de insultar al ex presidente del Gobierno español, José María Aznar, tachándole de “fascista”, así como a los empresarios españoles, continuando en la misma línea de descalificaciones que el primate venezolano ya había iniciado el día anterior. 

Pues bien, ante los reiterados insultos del presidente de Venezuela contra los empresarios españoles y el ex presidente Aznar, Zapatero salió en su defensa argumentando -o tratando de argumentar porque Chávez no cesaba de interrumpirle- que a pesar de las claras diferencias ideológicas entre él y el ex presidente, era un hecho que José María Aznar había sido elegido democráticamente por el pueblo español y merecía un respeto. 

Hasta ese momento el Rey había permanecido al margen mostrando su natural discreción, hasta que, como ser humano que es, no pudo soportar más las continuas insolencias y faltas de respeto de Hugo Chávez hacia Aznar como ex presidente y hacia Zapatero como presidente del Gobierno español al que no dejaba hablar, y le dirigió al primate un sonoro y cabreado: “¿Por qué no te callas?”, que la verdad es que puso las cosas en su sitio. 

Justo en ese instante todos pudimos apreciar en el Rey esa habitual espontaneidad que le caracteriza, junto a una sorprendente y casi desconocida fuerza natural en el carácter que sin duda alguna ha multiplicado su indiscutible carisma entre la mayor parte de los españoles. 

La verdad es que ayer, el Rey y Zapatero han formado un perfecto tándem en la defensa de los intereses de España, cuyo episodio será recordado durante muchos años. Si los políticos de este país se dedicasen a defenderse entre sí en vez de atacarse continuamente, todos los españoles seríamos mucho más felices, y España infinitamente más rica y poderosa.

Desde aquí mi más sincera enhorabuena a Zapatero y mi absoluta admiración por el Rey.