ETA, gracias al acceso que tiene a los censos mediante los "partidos políticos" que siempre nos acaba colando, ha vuelto a enviar una nueva remesa de cartas de extorsión a empresarios de Navarra, pidiendo en algunos casos cantidades próximas al medio millón de euros. Pero la novedad no es que ETA envíe cartas a los empresarios amenazándoles con que si no pagan lo que les piden asesinarán a sus hijos, sino que la novedad está en que ahora ETA -siguiendo los sistemas sádicos de los islamistas- también envían esas mismas cartas de amenaza a los hijos menores de edad de los empresarios.

En un principio ETA enviaba las cartas solamente a los  empresarios, pero como los terroristas se dieron cuenta de que en muchas ocasiones el empresario no pagaba y encima se lo callaba y no decía nada a su familia, los nacionalistas vascos etarras decidieron enviar copias de esa misma carta de extorsión a los propios familiares amenazados, para que el terror calase más hondo. Pero estos cobardes de mierda comprobaron que los familiares de los empresarios eran más valientes de lo que se imaginaban y también mantenían el tipo negándose igualmente a pagar, hasta que finalmente ETA ha tomado la determinación de enviar las cartas amenazantes a los hijos menores de los empresarios extorsionados para ver si los niños tienen cojones suficientes para no tener miedo a los "gudaris" de ETA.

De todas formas no sé por qué me da la impresión que incluso los niños de 14 años acabarán perdiendo el miedo a esa ralea de cobardes asquerosos, fieles seguidores de Sabino Arana, que, como todo el mundo sabe, fue el inventor del putrefacto nacionalismo vasco. Esta basura etarra, en vez de darle patadas al árbol para que Arzallus coja las nueces, me parece que va a acabar dedicándose a cortar las ramitas más finas del nogal en cuestión porque ya no tienen huevos para otra cosa.