EL LAVADO DE CEREBRO EN EUSKADI | ||
Angelberto | ||
Desde fuera del País Vasco muchas veces se reciben con sorpresa algunas noticias éticamente reprobables, que sin embargo en Euskadi se aceptan con absoluta normalidad. En Euskadi, por ejemplo, son muchas las personas que aceptan como la cosa más natural esa especie de prohibición que impide manifestar en público cualquier ideología distinta del nacionalismo, y del mismo modo nadie suele poner ninguna objeción a que las calles estén llenas de pintadas que vitorean a los asesinos y amenazan a los demócratas, o se resignan con absoluta normalidad a que su calle tenga el nombre de un individuo que asesinó a alguien indefenso por la espalda o que se dedicaba a repartir racismo y odio contra sus semejantes... Estas situaciones, y otras de similares o peores características, son habituales en el País Vasco, y por eso precisamente, cuando unas cuantas decenas de radicales ponen pancartas en el interior de la Universidad amenazando de muerte a un profesor, dichas pancartas suelen permanecer allí durante días sin que nadie se atreva a quitarlas, y cuando queman un coche porque tenía una pequeña bandera española pegada junto a la matrícula, mucha gente acaba estando de acuerdo en que es normal que le hayan quemado el coche porque su dueño, al poner esa pegatina, "iba por ahí provocando"... La cuestión es que en el País Vasco se viven muchas situaciones que son muy difíciles de entender para las personas que residen en otros territorios donde se disfruta de libertad, pero lo cierto es que esas actitudes, que son claramente incomprensibles para un ser humano normal, tienen su explicación, y esa explicación está precisamente en que somos humanos y por consiguiente manipulables.
Sin duda alguna los artífices del "lavado de cerebro" en el País Vasco -desde Sabino Arana hasta la ETA actual, pasando por todos los dirigentes nacionalistas-, han estudiado muy bien las consecuencias favorables que para su ideología totalitaria supone el aplicar ciertas técnicas de manipulación, entre las que figura ese evidente "lavado de cerebro" que padece una parte importante de la sociedad vasca. El "lavado de cerebro" existe desde que el hombre empezó a ser consciente de que lograr el éxito para sus objetivos dependía en buena parte de su capacidad para controlar los actos y reacciones de los demás, pero lo cierto es que ese término (brainwashing) empezó a usarse por primera vez después de la guerra de Corea, cuando en Estados Unidos se detectó que los soldados que habían permanecido cierto tiempo en las prisiones enemigas, parecían haber cambiado de bando y defendían las tesis comunistas hasta el extremo de dedicarse muchos de ellos a denunciar y atacar permanentemente el estilo de vida de las democracias occidentales. A partir de entonces se estudió más minuciosamente esa técnica de manipulación y se llegó a la conclusión de que había muy diferentes métodos para realizar el "lavado de cerebro" a seres humanos con el fin de ejercer sobre ellos un absoluto control. Entre estos métodos, que son varios y variados, podrían destacarse los siguientes: Aislamiento y control, incertidumbre y continua repetición del mensaje. Estos métodos suelen dar buen resultado por separado, pero si se ejercen sucesivamente, de un modo coordinado y bajo una situación de estrés, los resultados acaban siendo óptimos. Cuando se trata de lavar el cerebro a una persona, lo primero que hay que hacer es aislarla de sus familiares, amigos y entorno, haciéndole ver al mismo tiempo que está permanentemente vigilada, con lo que se consigue que sus creencias, aunque permanezcan, vayan debilitándose. Podría pensarse que esta primera fase no puede aplicarse a lo que sucede con la sociedad vasca, porque es evidente que a nadie se le separa de sus familiares, amigos y entorno, pero si se observa desde un punto de vista sociológico, lo cierto es que sí existe ese aislamiento. Los manipuladores (los nacionalistas), se han ocupado de que los residentes en Euskadi se sientan aislados del resto de la sociedad española de la cual proceden en su mayoría aunque muchos no quieran reconocerlo, y para los que no quieran reconocerlo o desconozcan este hecho, hay que decir que un alto porcentaje de los actuales habitantes del País Vasco son o descienden de familias oriundas de otras provincias españolas, circunstancia que es tan fácil de demostrar como fácil es ir fijándose en los apellidos de la mayoría de los residentes en Euskadi, entre los que, cómo no, también se encuentran muchos etarras y nacionalistas. Por cierto, y en relación con esta realidad, es evidente que cuando etarras o nacionalistas tienen apellidos que no son vascos, significa con toda claridad que se trata de pobres y auténticas víctimas del "lavado de cerebro" nacionalista. La cuestión es que los manipuladores, a base de una propaganda debidamente falseada, han buscado el modo de conseguir que los residentes en Euskadi se sientan despreciados y amenazados por el resto de los españoles (que en realidad son sus familiares y amigos), lo cual les empuja a aislarse del resto de España al mismo tiempo que los manipuladores van creando en sus mentes "el enemigo necesario" (los españoles) para que la idea nacionalista se implante aún más en sus cerebros. Por otra parte, es evidente que esos mismos residentes en Euskadi saben muy bien que están permanentemente vigilados, y precisamente por eso nunca se atreven a hablar en público de su ideología política y ni siquiera se plantean poner una pegatina con los colores de la bandera española en su coche... Es evidente que todas estas circunstancias influyen en que sus creencias se vayan debilitando, con lo que la primera fase del "lavado de cerebro" está conseguida, y además con la particularidad de que, en este caso, el permanente estrés que sin duda producen las amenazas, las bombas, los asesinatos y el resto de la violencia terrorista, potencian enormemente los efectos de esta táctica de manipulación. Cuando se consigue la debilitación de las creencias de la persona a la que se está lavando el cerebro, en la siguiente fase se trata de generar en el individuo la mayor cantidad de dudas posible sobre esas creencias, ya disminuidas, con el fin de provocar la máxima incertidumbre en el sujeto, una incertidumbre que le obligará a buscar otras creencias alternativas. De este modo el manipulador ya habrá logrado hacerse con un buen caldo de cultivo para introducir las nuevas creencias que hay que implantar a su víctima. En el País Vasco los nacionalistas crean esta incertidumbre en la sociedad vasca repitiendo constantemente mensajes del tipo "nadie podrá decidir por nosotros", como dando a entender que "el enemigo" (España) ejerce o trata de ejercer un dominio dictatorial sobre el pueblo vasco; o mensajes que insisten en que "hay que defender nuestra cultura", como si la cultura vasca estuviese siendo atacada por "el enemigo" (España) o hubiese estado alguna vez amenazada por alguien. Y también se utiliza la continua y repetitiva identificación del fascismo con la idea de España y los españoles, o la insistencia permanente sobre el concepto de que para ser buen vasco hay que ser nacionalista y que los vascos que tienen otras ideologías vienen a convertirse en algo así como traidores. Y ante estos mensajes, sembrados de modo continuo en una sociedad previamente debilitada tras el aislamiento y permanentemente amenazada por la violencia de ETA, se genera un estrés en el conjunto de los individuos que facilita el que los más débiles acaben, ya no dudando de sus antiguas creencias, sino casi odiándolas o como mínimo eliminándolas de su mente como una opción válida. Una vez el manipulador ha logrado eliminar del cerebro de su víctima las anteriores creencias, a base de aislamiento e incertidumbre, ya sólo hay que grabar en su cerebro limpio el nuevo dogma, ¿y cómo se hace?, pues repitiendo infinitas veces el mensaje que hay que inculcar a su sometido. Estoy seguro que todos los que conocen de primera mano lo que está ocurriendo en el País Vasco -y que han sido lo suficientemente fuertes como para resistir el "lavado de cerebro"-, saben muy bien el significado de "repetición del mensaje", lo cual, dicho sea de paso, fue una técnica muy utilizada en la Alemania nazi, y más concretamente por el Ministro de Propaganda de Hitler, Paul Joseph Goebbels, que estaba plenamente convencido de que "una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad". Pues esa misma técnica, la que usaron los nazis para manipular al pueblo alemán, es la que también se utiliza con gran profusión por los nacionalistas vascos en esta fase del "lavado de cerebro" a la sociedad vasca. La insistente repetición de mensajes falsos e interesados en el País Vasco ha dado lugar a que, por ejemplo, se hable de "Euskal Herria" como si realmente existiera o hubiera existido alguna vez en la historia como territorio cohesionado, aunque la realidad es que no hay ni ha habido nunca ningún territorio, ni dependiente ni independiente, que se haya llamado "Euskal Herria". Y en relación con este mismo asunto, los nacionalistas vascos han hecho uso de su casi absoluto poder en el Gobierno autonómico para incluir en los libros de texto con los que "lavan el cerebro" a la juventud, una historia y geografía falsificadas en la que todos esos territorios aparecen como si fuesen un solo país, en el que, con vergonzosa desfachatez, incluyen a Navarra y a una zona francesa limítrofe con Euskadi y Navarra, sin tener en cuenta que la mayor parte de los habitantes de esos territorios no quiere bajo ningún concepto ser incluida en ese presunto "nuevo país" inventado por el nacionalismo vasco. Y dentro de la insistente repetición del mensaje interesado, se reitera innumerables veces lo que llaman "derecho a la autodeterminación", consiguiendo que la consigna quede tan grabada en las mentes previamente "lavadas" de los residentes en Euskadi, que acaban convencidos de que los habitantes de cualquier territorio del mundo tienen derecho a apropiarse de la tierra en la que viven, sólo porque la mitad más uno de sus habitantes estén de acuerdo en ello. Me imagino que a estas alturas ya habrá gente que se haya identificado con los manipulados y con los manipuladores, y muy probablemente, al leer el párrafo anterior, haya habido personas que crean absolutamente justo ese "derecho a la autodeterminación", siempre que así lo desee la mayoría de los habitantes de un determinado territorio, y a esas personas -claramente manipuladas- les preguntaría: ¿Y si se quiere autodeterminar Álava?, ¿y si se quiere autodeterminar Baracaldo?, ¿y si se quiere autodeterminar el barrio de Ocharcoaga?, ¿y si se quiere autodeterminar mi urbanización? ¿Todos los territorios tienen derecho a la autodeterminación, o sólo tienen derecho a la autodeterminación los territorios que han decidido los manipuladores? No estaría mal que los residentes en el País Vasco analizasen esos mensajes nacionalistas que oyen tantas veces y que de tanto oírlos ya dan por ciertos, no estaría mal que los residentes en el País Vasco indagasen en su contenido buscando en fuentes distintas a las que les "aconsejan" los manipuladores, no estaría mal que los residentes en el País Vasco investigasen en profundidad... Se llevarían muchas sorpresas. Aparte de las técnicas descritas anteriormente, también el nacionalismo vasco utiliza con sus víctimas otra variante del "lavado de cerebro" conocida como la del "poli bueno y el poli malo", en la que es fácil de reconocer al "poli malo" en la organización terrorista ETA y al "poli bueno" en lo que erróneamente viene a llamarse "nacionalismo democrático". Aunque en el fondo todos sabíamos que ETA y el "nacionalismo democrático" en realidad son ramas de un mismo árbol que se sustentan de exactamente las mismas raíces y que tienen los mismos objetivos, lo cierto es que este hecho no quedó demostrado hasta que el propio presidente del PNV, Javier Arzallus, vino a confesar públicamente que la organización terrorista ETA era necesaria para conseguir los objetivos del nacionalismo, ya que para que unos pudieran recoger las nueces, otros tenían que sacudir el árbol... Independientemente de esta realidad desvelada por el propio PNV, que aclara a la perfección que tanto el "poli bueno" como el "poli malo" están juntos para lograr el mismo objetivo, es evidente que esta técnica de "lavado de cerebro" continúa dando muy buenos resultados en el País Vasco, y precisamente por eso son muchas las personas que insisten en establecer claras diferencias entre ETA y el "nacionalismo democrático", sin darse cuenta de que cada uno está interpretando el papel que le toca en su plan de "lavado de cerebro" a la sociedad vasca. Pero tampoco debemos extrañarnos de que haya gente que crea ver diferencias entre el "poli bueno y el poli malo" porque, al fin y al cabo, precisamente eso es lo que se busca y se consigue con el "lavado de cerebro", que la gente acabe plenamente convencida de la realidad de algo que es una absoluta falsedad, una mentira, un completo espejismo inducido. Dentro del plan del nacionalismo vasco para "lavar el cerebro" a los ciudadanos de Euskadi, también tiene suma importancia la invasión de la información en las mentes debilitadas de sus víctimas, y por eso se trata de eliminar por medio del terror cualquier otra ideología que se aparte del pensamiento único perseguido por los manipuladores. Todos sabemos muy bien que en Euskadi es prácticamente imposible expresar cualquier ideología que no sea la nacionalista vasca, y la mejor demostración de esta realidad está en que todos los representantes de partidos políticos no nacionalistas del País Vasco tienen que salir a la calle con escolta armada para evitar que les asesinen. Pues bien, gracias a esta presión terrorista ejercida por el "poli malo" de los manipuladores, se consigue que la mayor parte de la información que le llega a los ciudadanos en la calle, sea exclusivamente información nacionalista debidamente manipulada. Si se mantiene durante el tiempo suficiente esa situación en la que toda la información que se vea y se oiga por la calle sea exclusivamente nacionalista, el sujeto acaba convenciéndose de que la realidad es justamente eso que ve, sin posibilidad de que exista otra opción, ya que, debido al miedo producido por la presión terrorista, no hay prácticamente nada ni nadie que le ofrezca algo distinto a lo que con tanta intensidad ofrece la propaganda nacionalista. Cuando un residente en Euskadi acaba convencido de que "su país" se llama "Euskal Herria", que sus fronteras incluyen Navarra y los territorios franceses, que ese territorio tiene "derecho a la autodeterminación", que el resto de los españoles son sus enemigos, que España quiere eliminar su cultura, que los violentos tienen derecho a expresarse políticamente o que los terroristas de ETA son soldados... Eso significa que ese residente en Euskadi ha pasado por un exitoso "lavado de cerebro". Y si encima se apellida, por ejemplo, González o Pérez, ¿qué más queda por decir...? Angelberto. |
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