LAS TREGUAS DE ETA |
A lo largo de su historia de cobardes asesinatos, de secuestros y de extorsiones, la banda terrorista ETA ha declarado diversas treguas que normalmente tenían como objeto la recomposición de la organización después de recibir importantes golpes policiales, o bien el aparentar predisposición a dejar la violencia, siempre y cuando los sucesivos gobiernos acatasen las exigencias terroristas. La cuestión es que hasta el momento actual, ETA siempre ha demostrado que sus treguas tienen un principio y un final, lo cual parece que será el pan nuestro de cada día hasta que sea totalmente derrotada, ya que el único modo de que ETA deje definitivamente la violencia es entregándoles Navarra, las tres provincias francesas que limitan con el País Vasco y Navarra, y forzando una independencia a la que no tienen ningún derecho porque el terrorismo no da derecho a nada.
Las pequeñas treguas El 28 de enero de 1988, ETA planteó su primera tregua real de dos meses y mantuvo contactos con el Gobierno que no dieron el resultado deseado para la banda terrorista, por lo que decidió dar por terminada la tregua precisamente el Día del Padre, 19 de marzo del mismo año, asesinando en Vizcaya al guardia civil Pedro Ballesteros Rodríguez. El 30 de octubre de 1988, nuevamente ETA declaró otra tregua de otros dos meses, pero la rompió antes de haberse cumplido el primer mes, exactamente el día 22 de noviembre, poniendo un coche bomba cerca de la Dirección General del la Guardia Civil, a consecuencia de cuya explosión murieron el periodista Jaime Bilbao Iglesias y el niño de tres años Luis Delgado Villalonga. El 8 de enero de 1989, se iniciaron las conversaciones de Argel entre la banda terrorista y el Gobierno, y ETA inició de nuevo una tregua que fue prorrogando hasta que decidió romperla el día 12 de abril del mismo año, asesinando al sargento de la Guardia Civil, José Calvo de la Hoz. El 10 de julio de 1992, y tras las detenciones de la cúpula de ETA en Bidart, la organización terrorista ofrece otra tregua que nuevamente rompe el 17 de agosto del mismo año, asesinando a los guardias civiles José Manuel Fernández Lozano y Juan Manuel Martínez Gil. El 23 de junio de 1996, ETA declara una nueva tregua para negociar con el Gobierno, y el día 26 de julio del mismo año asesina al empresario vasco Isidro Usabiaga. El 20 de noviembre de 1997, ETA declara la tregua del "Frente de las cárceles", que finalmente rompe el día 9 de enero de 1998 asesinando al concejal vasco José Ignacio Iruretagoyena Larrañaga con una bomba lapa en su coche.
La tregua "indefinida" El 16 de septiembre de 1998, ETA declaró su tregua "indefinida", que fue conocida como la tregua trampa porque los terroristas la utilizaron para rearmarse. Una vez debidamente recuperados de los golpes policiales que habían recibido, decidieron romper la tregua el día 21 de enero de 2000, asesinando en Madrid con un coche bomba al militar Pedro Antonio Blanco García. Esta tregua se inició cuatro días después del "Pacto de Lizarra" que gestaron en secreto el PNV, Eusko Alkartasuna y ETA, para lograr el fin común que todos ellos persiguen, que es el de la independencia del País Vasco, sin dar opción al resto de los vascos (que son tantos como ellos) a seguir formando parte de España y de Europa. Durante el tiempo que duró la tregua, muchos miembros de ETA continuaron con sus actividades terroristas, aunque sin asesinar a nadie. De todos modos durante este tiempo de supuesta paz, lanzaron centenares de bombas incendiarias contra las casas, los negocios y los coches de los vascos que no pensaban como ellos; abrasaron a varias personas lanzándoles cócteles molotov; continuaron con las extorsiones a empresarios vascos bajo amenazas de muerte contra sus familias; amenazaron de un modo permanente a los concejales vascos que no eran nacionalistas, enviando en uno de los casos un libro bomba a una concejala... Y centenares de otros atentados terroristas que en absoluto indicaban que había ningún tipo de tregua. En fin que tanto ésta como el resto de treguas que a declarado ETA hasta el momento, han sido simples farsas que siempre han terminado del mismo modo: Con la muerte de un inocente.
El 24 de marzo de 2006, otra vez ETA declaró una nueva tregua, en esta ocasión "permanente". A primera vista la palabra "permanente" da buena impresión, pero si miramos en el diccionario de la Real Academia Española, nos encontramos con que "permanente" es lo que "permanece", y "permanecer" es, en su segunda acepción, estar en algún sitio durante "cierto tiempo", lo cual me lleva a pensar que, desgraciadamente, quizá no sea éste el último título que ponga en esta sección. Al parecer esta tregua ha sido la consecuencia de una serie de negociaciones que el Gobierno ha mantenido en secreto con los terroristas, supongo que confiando en que ésta sea la tregua definitiva. Ningún español, salvo los negociadores del PSOE, tenemos ni la más remota idea de qué es lo que el Gobierno ha pactado con ETA, pero todos tenemos la esperanza de que no haya ninguna contraprestación política porque si así fuese significaría que el Gobierno socialista ha legitimado el terrorismo. De todos modos, y como en el resto de las treguas, vamos a albergar una esperanza de paz y justicia. Que haya suerte. Pero no la hubo, y después de multitud de atentados terroristas sin muertos, decenas de extorsiones a empresarios y robos de armas y almacenamiento de explosivos -con la pasividad del Gobierno de Zapatero-, finalmente el día 30 de diciembre de 2006, ETA puso una furgoneta bomba con más de 500 kilos de explosivos en los aparcamientos de la Terminal 4 del aeropuerto Madrid-Barajas, llevándose la vida de dos ecuatorianos: Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio, y el 3 de marzo también resultó muerto el anciano Ambrosio Fernández Recio tras otro atentado de las bases de ETA en Mondragón. De todos modos ETA no consideró que estos asesinatos significasen el fin del "alto el fuego" y, cínicamente, aseguró que el "alto el fuego" continuaba, hasta que finalmente, el día 5 de junio de 2007 decidió quitarse la careta y dio por finalizada la tregua. Cuando ETA vuelva a estar acorralada, sin duda habrá una nueva tregua y sin duda la acabará rompiendo. Así es ETA. Angelberto.
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