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FOTOS DEL HORROR    

19 de junio de 2009 (Angelberto)

 

Los nacionalistas vascos de ETA asesinan a Eduardo Puelles García, inspector jefe de policía vasco

Eduardo Puelles García  y el lugar donde fue asesinado. Los terroristas pusieron la bomba en una zona del vehiculo próxima al depósito de gasolina para asegurarse de que moriría quemado vivo.

ETA ha vuelto a asesinar hoy a un vasco, natural de la localidad de Baracaldo (Vizcaya), mediante una bomba lapa que los terroristas han colocado a propósito junto al depósito de la gasolina, con el fin de que el inspector muriese, pero no por el efecto de la bomba sino quemado vivo.

En esta ocasión el objetivo de los nacionalistas vascos ha sido Eduardo Puelles García, un inspector jefe del Cuerpo Nacional de Policía dedicado a la lucha contra el terrorismo de ETA. Eduardo Puelles tenía 49 años, estaba casado y tenía dos hijos de 16 y 21 años. El hermano de este inspector de policía presta sus servicios en la Ertzaintza, una Ertzaintza que espero que, gracias al lehendakari Patxi López, deje de ser un tentáculo más del PNV y que muy pronto empiece -por primera vez en su historia- a luchar contra el terrorismo de ETA.

Plano del lugar del atentado y momento en que cubren al cadáver.

 

No se pudo atender a los gritos de auxilio del inspector mientras se quemaba vivo. Finalmente sólo pudo levantarse el cadáver. ETA ha iniciado una nueva forma de asesinar que se acerca a la de los islamistas.

Eran las nueve de la mañana de hoy, día 19 de junio de 2009, cuando Eduardo Puelles García entraba en su vehículo que estaba estacionado en un aparcamiento de la calle Santa Isabel, a las afueras de la localidad vizcaína de Arrigorriaga.

A continuación arrancó el coche y cuando fue a iniciar la marcha se produjo la explosión en la parte trasera del vehículo, junto al depósito de la gasolina. Como es lógico, y debido a la distancia entre el lugar donde estaba la bomba y el asiento del conductor, la explosión no le produjo daños especiales a Eduardo, pero sí al depósito de la gasolina que de inmediato se convirtió en una bola de fuego que envolvió al vehículo y a su ocupante.

Los testigos que se encontraban en la zona no pudieron hacer nada para ayudarle aunque podían oír perfectamente cómo gritaba pidiendo ayuda desde el interior del vehículo en llamas, hasta que finalmente murió quemado vivo.

El violento fuego provocado por la bomba de los nacionalistas vascos destruyó totalmente varios vehículos que se encontraban aparcados junto al del inspector asesinado.

Una mujer aleja del lugar del atentado a la esposa del inspector asesinado.

La esposa de Eduardo oyó la explosión, y en declaraciones posteriores dijo que desde ese mismo instante supo con absoluta seguridad que se trataba de una bomba y que la víctima era su marido.

Los dos hijos de Eduardo se dirigieron al lugar de la explosión junto a su madre y allí pudieron ver en directo a su padre carbonizado y envuelto en llamas. Tanto los hijos como la mujer de esta nueva víctima de ETA tuvieron que ser atendidos e ingresados en el hospital por una crisis de ansiedad.

Este nuevo asesinato de ETA demuestra lo cerca que están los nacionalistas vascos de ese mismo fanatismo que caracteriza a los islamistas, lo cual no es de extrañar si tenemos en cuenta sus conexiones (pulse1, pulse2, pulse3). En esta ocasión los etarras no se han limitado a asesinar a una persona, sino que, sádicamente, han buscado la forma de que esa persona sufra una especial agonía mientras muere. Supongo que lo próximo será degollar a su víctima mientras otro etarra lo graba con una cámara de vídeo para colgarlo después en Internet...

Así es ETA y así es el nacionalismo vasco. Lo más lógico es que el odio hacia esa gentuza se vaya multiplicando con cada uno de sus actos miserables. Qué poco saben esos idiotas que con cada uno de sus asesinatos se alejan un poco más de esa independencia que jamás y bajo ningún concepto consentiremos que se produzca.


20 de junio de 2009 (Angelberto)

La esposa y los hijos de Eduardo se muestran muy valientes y dignos durante el funeral

Qué más quisieran los asesinos y todos aquéllos que les protegen -y también todos aquéllos que se negaron a perseguirlos- que tener el valor y la dignidad que han demostrado esa esposa y esos hijos.

Antes de que diera inicio el funeral por Eduardo Puelles, miles de personas se han concentrado en cientos de pueblos y ciudades del País Vasco, en protesta por este vil y despreciable asesinato y en homenaje a un policía nacido en Euskadi, que sabía euskera y que día tras día desempeñaba su trabajo luchando contra el nacionalismo radical que representa la organización terrorista ETA.

La capilla ardiente se instaló en la Subdelegación del Gobierno en Bilbao, y desde allí el féretro fue transportado por compañeros de los distintos Cuerpos policiales hasta la iglesia de San José. Durante el trayecto el numeroso público que asistió a los actos acompañó a la comitiva con continuos aplausos en honor a este nuevo héroe asesinado por ETA, en nombre de ese nacionalismo vasco en el que se apoyan.

Al llegar a la iglesia se interpretó el himno nacional en medio de un impresionante silencio, y al finalizar todos los asistentes prorrumpieron en aplausos.

Los Príncipes de Asturias asistieron al funeral de Eduardo.

Los actos religiosos fueron oficiados por el obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, y a ellos asistieron los Príncipes de Asturias, don Felipe y doña Letizia, y también destacaron la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, el presidente del Senado, Javier Rojo, y el lehendakari, Patxi López.

Durante todos los actos, la esposa y los dos hijos de Eduardo se mantuvieron en una actitud muy digna, y demostraron estar a la altura de un padre y un esposo que también fue un policía competente y un vasco auténtico.

El obispo Ricardo Blázquez dijo en su homilía que todos debemos rechazar la violencia dando un no inequívoco al terrorismo para desenmascarar sus verdaderos propósitos. Insistió también en mantener la unidad como condición para acabar definitivamente con esta lacra, y acabó agradeciendo a las Fuerzas de Seguridad su trabajo diario para proteger la libertad de todos con el riesgo de sus vidas, mostrando su apoyo para que sigan realizando su trabajo.

A la izquierda, la esposa de Eduardo Puelles, y a la derecha, el hermano ertzaina de Eduardo.

Después del funeral, distintos medios entrevistaron a la esposa y al hermano ertzaina de Eduardo Puelles, y ambos se manifestaron muy valientes ante la agresión de los terroristas. La mujer de Eduardo dijo que con este asesinato ETA sólo había conseguido dejar una viuda y dos huérfanos, porque la lucha contra el terrorismo sería continuada por otros como su marido. Por otra parte, el hermano ertzaina de Eduardo, muy acertadamente, definió a su hermano como un héroe y un gudari, y en esta ocasión sí está bien elegida la denominación porque un gudari es un vasco que arriesga su vida y si es necesario muere para proteger la libertad de su pueblo, y exactamente eso es lo que ha hecho Eduardo Puelles García.

Gran manifestación en Bilbao de homenaje a Eduardo, convocada por el lehendakari, Patxi López

Miles de personas acudieron a la manifestación convocada en Bilbao por el lehendakari Patxi López.

A las seis de la tarde dio inicio una manifestación convocada por el Gobierno vasco, que partió de la bilbaína plaza del Sagrado Corazón, a la que asistieron miles de personas.

La manifestación discurrió por la Gran Vía, por la Plaza Circular y acabó en el Ayuntamiento. El lema de la manifestación fue "POR LA LIBERTAD, ETA NO", y estuvo encabezada por la esposa y los hijos de Eduardo y por el lehendakari Patxi López.

Al finalizar la manifestación, el lehendakari dijo las siguientes palabras:

Eduardo Antonio Puelles García, ciudadano asesinado por defender la libertad de los vascos, era uno de los nuestros.

Gracias a él y a otros muchos como él, gracias a los miembros de la Ertzaintza, de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, los vascos y las vascas vamos arrancando, trozo a trozo, con desgarro y sufrimiento, la mordaza de nuestra libertad.

La esposa y los hijos de Eduardo Puelles encabezaron la manifestación.

Por eso quiero proclamar bien alto que todos los que arriesgan su vida para defender nuestros derechos y libertades son de los nuestros. Que todas las víctimas del terrorismo, los políticos amenazados, los jueces amenazados, los empresarios amenazados, los periodistas amenazados, los profesores amenazados... son de los nuestros porque somos nosotros. Nosotros, los que queremos vivir en paz y en libertad. Nosotros, los que queremos una Euskadi sin ETA y sin violencia. La tierra de la tolerancia y la convivencia.

Y hoy hemos vuelto a salir a la calle, hemos vuelto a alzar la voz para decir a Francisca, a Rubén, a Asier y a toda la familia de Eduardo que no están solos. Que tienen todo el cariño y la cercanía de la inmensa mayoría de la sociedad vasca. Que sabemos que Eduardo arriesgaba su vida, todos los días, para garantizar la nuestra y que le vamos a estar eternamente agradecidos y no se nos va a olvidar nunca.

Hemos salido a la calle, apretando los dientes, para hacer frente a ETA y para decir que estamos dispuestos a derrotar al terrorismo. Que asumimos nuestra responsabilidad colectiva como sociedad y como país, nuestro deber moral y democrático, porque queremos ser libres, y vamos a defender lo que ETA más ataca: nuestro pluralismo y nuestra diversidad; vamos a defender el derecho a pensar y a sentirse diferente; vamos a defender nuestras instituciones y nuestra democracia. Vamos a estar al lado de las víctimas y de los amenazados.

Momento en que el lehendakari lee su discurso.

Y lo vamos a hacer con toda la contundencia del Estado de Derecho y con toda la fuerza de la Ley. Y vamos a seguir ocupando las calles y las plazas de Euskadi porque son los espacios de los ciudadanos libres y de los demócratas. Y no les vamos a ceder ni un solo milímetro a los propagadores de la violencia, a los silencios cómplices, a los que quieren acabar con nuestros más elementales derechos, a los liberticidas, a los que amparan el asesinato, a las almas cargadas de odio.

Hoy denunciamos a los que falsifican las palabras, a los que pervierten la democracia, a los que cuando dicen 'pueblo vasco' sólo buscan súbditos atemorizados por el terror a sus amos.

Hoy asumimos nuestra propia responsabilidad colectiva como país y decimos que se acabó la impunidad, se acabó la arrogancia de quienes utilizan el argumento del amparo velado de la capucha.

Decimos que venimos dispuestos a abrir el tiempo en el que nadie tenga que ocultar que es ertzaina o policía a sus vecinos; en el que nadie tenga que callar sus opiniones por miedo; en el que nadie tenga que bajar la voz para decir lo que piensa, por temor a que le escuchen.

Hoy quiero hacer un llamamiento a la sociedad vasca, para que se ponga en pie con la dignidad de los justos. Para abrazar al que piensa diferente; para defender al que tiene otra identidad. Para preservar lo mejor de nosotros mismos: la convivencia de los distintos y la libertad de los iguales.

La esposa de Eduardo dice unas emotivas palabras junto a sus hijos.

Para decir a ETA que ya han perdido. Que nunca van a conseguir nada, porque nunca vamos a ceder a su chantaje. Que les derrotaremos porque estamos juntos y unidos. Sin fisuras, porque para los demócratas es más importante lo que nos une que lo que nos separa. Que esté país se construirá sobre la memoria de las víctimas y no la de sus verdugos.

Que vamos a dar a nuestra Ertzaintza y a nuestra Policía los medios que necesiten en su lucha contra ETA, porque queremos que desaparezcan definitivamente de nuestras vidas. Que hoy y mañana y pasado y hasta que acabemos con esta pesadilla un grito saldrá de nuestras gargantas: ETA ez. Pakea eta askatasuna.

El domingo pasado, en Arkaute, recogí una rosa blanca de las manos de un vasco que fue ertzaina en el año 36. La cogí para depositarla bajo la llama del pebetero que recuerda a los ertzainas asesinados por la libertad de las vascas y los vascos.

Hoy esa rosa es roja porque se ha vuelto a teñir de sangre. Pero no la voy a poner bajo ningún monumento. Hoy la lanzo al viento, lau haizetara, para que recorra nuestros pueblos y ciudades. Para que despierte las conciencias aun dormidas.

Lanzo al viento de Euskadi su nombre: Eduardo Antonio Puelles García. Asesinado por defender la libertad de Euskadi... para que sus pétalos nos inunden a todos.

Eskerrik asko.
 

Grabación en vídeo de las palabras de la esposa de Eduardo Puelles.

Después de escuchar a Patxi López, todos hemos tenido la oportunidad de sentir por primera vez que un lehendakari tiene verdadero sentido de la justicia, que un lehendakari está claramente de parte de las Fuerzas de Seguridad en vez de cuestionarlas, que un lehendakari planta cara al terrorismo en vez de escudarse cobardemente en él, que un lehendakari, por fin, se enfrenta a los terroristas tratándolos como enemigos, que es lo que son; enemigos de la sociedad, enemigos de la sensatez y enemigos de la paz.

Y también tuvimos la oportunidad de oír a la esposa de Eduardo Puelles, que mostró un valor y una fuerza fuera de lo común, asegurando a los terroristas que jamás conseguirán sus propósitos porque detrás de su marido hay miles y miles de profesionales que seguirán luchando como luchó él.

Y efectivamente es así, son demasiadas las personas dedicadas a la lucha contra el terrorismo, que están firmemente decididas a continuar con su trabajo hasta acabar definitivamente con ETA, y todos los nacionalistas vascos violentos pueden estar seguros -segurísimos- de que jamás, jamás, jamás lograrán sus propósitos por más que lo intenten y por muchas personas que asesinen por la espalda.

La esposa y los hijos de Eduardo tienen que saber que todos estamos a su disposición y que admiramos profundamente todo lo que hizo Eduardo Puelles y la lección de dignidad que ella y sus hijos le han dado a los violentos.

Gracias.

 


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