El día 9 de octubre
de 2000 tres nacionalistas vascos de ETA asesinaron a tiros y por la espalda al Fiscal
Jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, cuando entraba en su domicilio de la
calle Rector Martín Ocete, de Granada.
Luis Portero era un hombre de 59 años, casado y con cuatro hijos, que últimamente se había distinguido por su lucha contra los malos tratos a las mujeres. De todos modos su trayectoria en la profesión jucidial está llena de éxitos y reconocimientos a su labor, éxitos reconocidos por todo el estamento judicial y por todas aquellas personas que llegaron a conocerle.
Los nacionalistas vascos de ETA no han asesinado a este hombre por nada en especial. Únicamente querían envíar un mensaje a la gente para que todos sepamos que pueden asesinar a todo tipo de personas. En este caso -como en todos los demás- los nacionalistas de ETA han pretendido demostrar su "poder", como si no supiésemos perfectamente que asesinar a una persona por la espalda no significa tener más poder que los demás, sino, simplemente, menos inteligencia y menos humanidad.
La esposa y los hijos de Luis Portero oyeron
perfectamente los disparos que acabaron con la vida de este hombre íntegro y valiente,
pero nada pudieron hacer por evitar el injusto y fatal desenlace. Desde que Sabino Arana fundó el nacionalismo vasco, esgrimiendo la peregrina
idea de que la raza vasca es superior a las demás, los nacionalistas vascos han cometido
infinidad de tropelías contra todos aquéllos que se han atrevido a discutir "su
supremacía", y la mayor de todas ellas fue parir el engendro conocido por ETA que,
desde su creación, ha asesinado ya a casi mil personas inocentes.Sin lugar a dudas los nacionalistas vascos deben estar muy orgullosos por las "hazañas" de lo que muchos de ellos llaman sus "gudaris" o sus "soldados". Deben estar muy orgullosos por ser conocidos en todo el mundo como gente cobarde y violenta que lucha contra la democracia, para imponer su conocido y demostrado fascismo racista.
Luis Portero ha
llevado a cabo su último y supremo sacrificio por la democracia para conseguir una
sociedad más justa. Este fiscal ha sido una víctima más de la barbarie terrorista del
nacionalismo vasco, pero no me cabe ninguna duda de que su muerte servirá para afianzar
aún más la democracia y para demostrar que la justicia española no se deja llevar por
la venganza ni por el miedo.
No habrá un antes y un después de la muerte de Portero. Estoy seguro que los jueces y fiscales continuarán impartiendo su mejor justicia, esa justicia inspirada en las leyes democráticas que los políticos elegidos por el pueblo han elaborado en el Parlamento, esa justicia que caracteriza a los países occidentales donde la democracia es el modo de vida aceptado por la mayoría; esa justicia, en fin, que jamás entenderán los nacionalistas vascos de ETA ni su despreciable y cobarde entorno.
Los nacionalistas vascos violentos, sin duda
considerarán un gran éxito el asesinato de esta persona inocente, y creerán que con
esta muerte han conseguido un paso hacia adelante para lograr instaurar el fascismo en el
País Vasco, pero nada más lejos de la realidad. Esta víctima inocente -igual que todas
las demás- sólo será una nueva palada de tierra para sepultar definitivamente al
racismo-nacionalismo vasco.ETA y "todos" sus socios acabarán pagando muy caro su modo fascista y racista de actuar, acabarán pagando muy caro ese sistema mafioso que han adoptado basado en la extorsión y en el asesinato, y acabarán pagando muy caro su demencial deseo de dominar por el terror a esa gran mayoría de la sociedad vasca QUE NO ES NACIONALISTA.
El nacionalismo vasco salió de la mierda y, sin duda, volverá a la mierda, eso sí, con un curriculum que para sí lo quisieran los peores asesinos.
