LA SEGUNDA CARAVANA DE LA MUERTE
El
domingo, 29 de febrero de 2004, la Guardia Civil logró evitar una masacre
al interceptar una furgoneta cargada con casi 600 kilogramos de explosivos
que dos terroristas pretendían hacer explotar en un polígono industrial
situado entre Alcalá de Henares y Madrid, donde,
entre otras empresas, se encuentra la sede del diario LA
RAZÓN, periódico que se distingue por decirles las verdades a la cara
a ETA y al fascismo nacionalista vasco en general.
Los nacionalistas vascos encargados de asesinar madrileños, en esta ocasión eran Gorka Vidal Álvaro e Izkur Badillo Borde, ambos de 24 años y relacionados con la política batasuna.
En
primer lugar, de avanzadilla, iba Izkur Badillo con una furgoneta vacía
para avisar a su compañero de asesinatos Gorka Vidal por si hubiera algún
control policial, y unos kilómetros después viajaba Gorka en la furgoneta
bomba que, por supuesto, ya iba provista del correspondiente temporizador
para hacerla estallar en el momento elegido.
Debido a la natural incompetencia nacionalista vasca, el pringao que iba en primer lugar ni avisó ni se enteró de nada y el criminal Gorka fue detenido por la Guardia Civil a la altura de Cañaveras (Cuenca) con la mortífera carga en su vehículo, y para más cachondeo Izkur tuvo un accidente y se vio obligado a pedir ayuda a una "txakurra" familia "españolaza" de Poveda de la Sierra (Guadalajara) porque resultó herido. A continuación, como es lógico, los "maketos" atendieron debidamente al nacionalista vasco con su botiquín familiar y seguidamente llamaron al médico porque la hemorragia era de bastante importancia.
Poco
después se presentó el médico en la casa de Poveda donde Izkur había
sido acogido, aunque eso sí,
acompañado de la Guardia Civil, y tras realizarle la correspondiente cura,
el terrorista fue detenido.
Una de las personas de Poveda que le atendieron les dijo a los periodistas que Izkur se lamentaba por no haberse quedado tranquilamente en casa durmiendo en vez de meterse en el inmenso problema en el que sabía muy bien que se había metido.
Tras
las detenciones, el martes, día 2 de marzo, la Guardia Civil detuvo
también a Beñat Barrondo Olabarri en Bilbao por su presunta relación con
este intento de masacre.
El tal Beñat está también -cómo no- integrado en la política batasuna, y tiene un hermano huido y acusado del asesinato de un Guardia Civil. Este individuo trabajaba como delineante en el ayuntamiento nacionalista de Llodio, población alavesa de donde fue alcalde Ibarretxe "el excluidor".
En los registros realizados en los domicilios de los tres detenidos se ha encontrado numerosa documentación que sin duda llevará a la detención de más criminales nacionalistas.
Y
aquí, a la izquierda, tenemos la premeditadamente simpática fotografía
del hijo de un guardia civil apellidado Pérez, que del modo más indigno ha
renegado de sus raíces, probablemente avergonzado por llevar sangre no
catalana. Este individuo es el sinvergüenza que, siendo presidente en
funciones de Cataluña se fue a escondidas a pedirle a ETA que él no tenía
ningún problema en que siguiesen asesinando pero que no lo hiciesen en
Cataluña, y tras llegar a un, sin duda, oscuro acuerdo, ETA envió un
comunicado a la prensa diciendo que no matarían en Cataluña pero que
seguirían matando en el resto de España. Como es lógico, supongo que
Carod-Rovira (que no Pérez, Dios nos libre) se pondría muy contento, y
más contento aún cuando ha visto que el próximo atentado etarra sería en
Madrid y con una furgoneta cargada con nada más y nada menos que 600 kilos
de explosivos. Sin duda los catalanes tienen mucho que agradecerle al
presidente de ERC.
Manda huevos; acabamos con Batasuna y ahora llega el ERC...
Lo que no entiendo es que el PSOE vaya a las elecciones en listas conjuntas con Carod-Rovira. Supongo que es cuestión de tiempo el que se arrepienta.
