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DIARIO EL MUNDO (17 de febrero de 2001)
Gobierno
y PSOE lamentan que la Iglesia no firme el pacto anti-ETA
MADRID.- El Gobierno y el
PSOE coincidieron ayer en lamentar la decisión de la Conferencia Episcopal de
no sumarse al Pacto Antiterrorista suscrito por el PP y los socialistas, aunque
no hubiera sido formalmente invitada a firmarlo.
El ministro Portavoz
del Gobierno, Pío Cabanillas, calificó de «preocupantes y especialmente
tristes» las declaraciones del obispo José María Setién -quien adelantó que
los obispos vascos no suscribirían en ningún caso el pacto- y recordó que la
Conferencia Episcopal no fue invitada a sumarse al acuerdo.
A partir de esa
consideración, Cabanillas recordó que Setién «ni es portavoz o representante
de los obispos vascos, ni tampoco es portavoz de la Conferencia Episcopal»,
aunque reconoció que no producen sorpresa en «la trayectoria a la que nos
tiene acostumbrados».
Por eso, él prefirió
subrayar actos de los últimos días como la incorporación de la Federación
Española de Municipios y Provincias al pacto y la actitud del mundo
universitario ante el terrorismo y, en especial, la convocatoria de ayer de los
rectores en apoyo a la libertad en la Universidad vasca.
El secretario general
del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, reiteró que la Iglesia católica en
el País Vasco «necesita recuperar el tiempo perdido» y agregó que «es menos
trascendente que pueda expresar su adhesión» al pacto contra ETA, ya que lo
que es importante es que mantenga su liderazgo moral.
DIARIO EL MUNDO (19 de febrero de 2001)
Declara que no
es verdad que sea «un asunto político» porque se trata de dar primacía al
derecho a la vida - Se «siente dolido» y afirma que en esta materia «no caben
ambigüedades ni medias tintas»
Rajoy
acusa a la Iglesia de «quitarse de en medio» en el Pacto Antiterrorista
El
vicepresidente emplaza a los obispos a que expliquen su actitud a los católicos
ANA
DEL BARRIO
MADRID.- El
vicepresidente primero del Gobierno y ministro de la Presidencia, Mariano Rajoy,
acusó ayer a la Conferencia Episcopal de «quitarse de en medio» en el pacto
Antiterrorista firmado el pasado mes de diciembre por el PP y el PSOE. El
ministro de la Presidencia emplazó a los obispos a que expliquen su actitud a
los católicos.
A juicio de Rajoy, «no
es verdad» como han dicho los prelados que se trate de un asunto político,
sino de dar primacía a derechos individuales como la vida. El ministro de la
Presidencia afirmó sentirse «dolido» con la postura de la Iglesia y lanzó
una advertencia: «Aquí no caben ambigüedades ni medias tintas».
La Conferencia
Episcopal anunció el pasado jueves que no firmaría el pacto contra ETA por ser
un documento político, «a pesar de estar de acuerdo con sus principios». «La
Iglesia no debe firmar semejante pacto ni debe comparecer en un foro en que se
visualice el respaldo al mismo», aseguró entonces el portavoz del Episcopado,
Monseñor Asenjo.
Momentos antes, el ex
obispo de San Sebastián, José María Setién, había censurado la adhesión al
acuerdo y había manifestado que una firma espiscopal del pacto «excluiría a
los prelados vascos». La semana pasada, los obispos criticaron duramente la Ley
de Extranjería aprobada por el Gobierno y pidieron que se regularizase a todos
los inmigrantes que ya están en España.
En unas duras
declaraciones, el vicepresidente del Ejecutivo prosiguió con su argumentación:
«Tengo que decir con claridad que me ha dolido que los obispos se hayan quitado
de en medio en el tema del Pacto Antiterrorista. Me ha dolido, no lo entiendo y
creo que la Conferencia Episcopal debería explicárselo a muchos católicos,
sobre todo, después de ver las declaraciones del señor Setién y, sobre todo,
no ha sido contundente, como creo que debería haber sido la Conferencia
Espiscopal», en declaraciones a varios medios informativos.
Rajoy insistió en que
«decir que este es un asunto político, no es verdad, porque lo que se pretende
es dar primacía a los derechos inviduales, el derecho a la vida, a la libertad
y a expresarse libremente, frente a los supuestos derechos colectivos».
En opinión de Rajoy,
la Iglesia está dando la espalda a una gran mayoría de católicos y ciudadanos
«que exige un pronunciamiento en este sentido y no quitarse de en medio con el
argumento de que este es un asunto político».
El titular de
Presidencia también se refirió a la posible presión ejercida por los obispos
vascos para impedir que la Conferencia Episcopal se sumase al acuerdo: «No me
consta que eso sea así. Lo que me consta son las declaraciones del señor Setién
que yo no puede compartir. Si esas declaraciones han movido a tomar una decisión
en la dirección de abstenerse de opinar sobre el asunto, no es algo que a mí
me competa. Se pudo actuar con más prudencia o tino».
La polémica decisión
de los obispos fue criticada especialmente por el PP y el PSOE mientras que el
PNV aplaudió la medida. Sin embargo, Monseñor Asenjo negó que se les hubiese
invitado formalmente a subir al carro del pacto antiterrorista: «La propuesta
de adhesión del pacto en ningún momento ha llegado a la Conferencia Episcopal.
Nadie nos ha hecho la propuesta ni por teléfono ni por escrito», matizó.
DIARIO EL MUNDO (03 de mayo de 2001)
Víctimas
de ETA denuncian al Papa la 'ambigüedad' de la Iglesia vasca
Instan
también al Vaticano a condenar el «nacionalismo excluyente»
RUBEN
AMON. Corresponsal
ROMA.- Las víctimas del
terrorismo dispusieron ayer de unos minutos en el Vaticano para rogar a Juan
Pablo II «que condene el nacionalismo excluyente y que interceda ante la
Iglesia española para que cese la ambigüedad de la Iglesia vasca». Su petición
alude directamente al terrorismo de ETA, pero también a la «complicidad
siniestra» que muestra el Partido Nacionalista Vasco.
«Está claro que el
PNV pertenece al saco del nacionalismo excluyente, que ha pactado con los
asesinos y que comparte con ellos el Acuerdo de Lizarra», explicaba ayer Juan
Antonio Corredor en nombre de la Asociación de las Víctimas del Terrorismo (AVT).
La delegación española se entrevistó con el Pontífice en el Vaticano para
pedir «amparo a las víctimas» de ETA y solicitarle una mediación ante la
Iglesia española, para que ésta pueda influir sobre la Iglesia vasca.
«Le hemos hecho saber
a su Santidad que la Iglesia vasca está más cerca de los terroristas que de
las víctimas. Y tenemos la impresión de que ha recibido de buena gana nuestra
sugerencia, aunque no ha hecho ninguna alusión explícita», señaló Corredor.
El tercer punto de la
audiencia implicaba un agradecimiento personal al compromiso que ha adoptado el
Papa contra el terrorismo de ETA. «Le hemos agradecido sus mensajes de condena
y le hemos animado a seguir en esa línea, sobre todo cuando la Iglesia vasca se
niega a hacerlo».
Las víctimas del
terrorismo de ETA estuvieron representadas ayer en Roma por tres asociados de
peso. De un lado, Juan Antonio Corredor, gerente de la Asociación de las Víctimas
del Terrorismo. Y, de otro, Vicky Uriarte y María del Mar Negro, en nombre del
Colectivo de las Víctimas del Terrorismo (COVITE). «Nos preocupa que el
corporativismo de la Iglesia española implica que la cuestión terrorista sea
tratada con ambigüedad. El ejemplo del Papa debería cambiar las cosas», decía
Uriarte.
Los representantes de
las víctimas del terrorismo sí pudieron ofrecer a Juan Pablo II un libro
recopilatorio que rinde homenaje a los asesinados por ETA. También le
entregaron las respectivas insignias, aunque la respuesta del Papa se limitó a
un gesto paternal.
La AVT y COVITE
estudian la posibilidad de elaborar un documento antiterrorista para remitírselo
al Pontífice, sobre todo si cuajan algunos de los encuentros previstos con la
Secretaría de Estado del Vaticano y con prelados españoles residentes en Roma.
Mientras tanto,
Corredor insiste en que la visita a la plaza de San Pedro no revistía la menor
intencionalidad política: «Sabemos que van a acusarnos de politizar el
encuentro con el Pontífice, pero es un hecho que obtuvimos la confirmación de
la audiencia mucho antes de haberse fijado la fecha de las elecciones vascas.
Son otros quienes politizan».
Audiencia personal
La entrevista de la
delegación española con el Pontífice se produjo en el contexto de la
audiencia general de los miércoles. Es verdad que las víctimas del terrorismo
pudieron departir con el Papa durante unos tres minutos en el besamanos, pero no
se trataba de una audiencia personal. El matiz tiene su importancia, ya que la
diplomacia de la Santa Sede no ha prestado demasiada atención a la delegación
española. Sí lo hizo el embajador de España ante la Santa Sede, que les
ofreció una comida de bienvenida.
«No nos cansamos de
repetir que la Iglesia vasca especula con el terrorismo», explicaba Corredor.
«En ninguno de los 40 documentos firmados por la Iglesia vasca contra el
terrorismo han aparecido las siglas de ETA. El Papa, en cambio, nunca ha tenido
problemas en citar a los asesinos».