Movilizaciones por el asesinato del profesor de Universidad y Magistrado Juez de Bilbao, José María Lidón Corbi
El
mismo día del asesinato, los alumnos de José María Lidón que estudian en
la Universidad de Deusto fueron los primeros que se movilizaron para
protestar por este nuevo acto cobarde de los nacionalistas vascos de ETA.
Nuevamente los jóvenes vascos se han visto obligados a salir a la calle y dar la cara para hacer ver a ETA que están contra su violencia. La organización terrorista ETA habitualmente presume de gozar del apoyo de la juventud vasca, pero siempre olvida decir que los únicos jóvenes que les secundan son los difíciles, los delincuentes habituales, los drogadictos, los "okupas", los que ni trabajan ni estudian... En otras palabras, los únicos que apoyan a ETA son los desarraigados de la sociedad democrática.
Sin
embargo estos otros jóvenes vascos que piensan en su educación, en su
futuro y en el futuro de su país, jamás se han sentido identificados con
las tesis de ETA, que no son otras que eliminar físicamente a los que
piensan de un modo distinto. ¿Cómo un estudiante universitario puede
participar de semejante acto de fascismo?. Imposible. Únicamente pueden
apoyar las ideas totalitarias, fundamentalistas y asesinas de ETA, los que
se sienten auténticos y puros fascistas, es decir la propia ETA y su
entorno de asesinos potenciales.
En
los rostros de los alumnos de José María podía leerse la más profunda
tristeza e incomprensión por la inmensa pérdida que este
asesinato ha supuesto para la Universidad de Deusto y para la democracia en
Euskadi. Estos jóvenes no entendían ni entenderán jamás que dos
desgraciados sin el más mínimo valor humano ni intelectual le hayan
quitado la vida a un gran hombre.
Los asesinos de José María sin duda son personas que nunca serán capaces de aportar absolutamente nada a la sociedad. Probablemente su cociente intelectual esté muy por debajo de lo normal y su capacidad de trabajo se limitará a disparar pistolas contra gente indefensa o a poner bombas en calles muy transitadas.
Y
al día siguiente, después del funeral, una gran manifestación recorrió
las calles de Guecho para repetirle nuevamente a ETA que dejen de una vez al
pueblo vasco en paz y libertad.
A esa manifestación acudieron la mayor parte de los que están en contra de ETA y algunos de los que pactan en secreto con los terroristas. Supongo que estos últimos habrán acudido, simplemente, para convencer a sus votantes de que les sigan votando. Vamos, digo yo, porque otra explicación no hay para la eterna falta de definición del PNV en todo lo relacionado con la banda terrorista ETA.
Durante esta manifestación, a pesar de que debió ser seria, se pudieron detectar medias sonrisas y cuchicheos de satisfacción por la falta en ella del Presidente del Gobierno José María Aznar. "¡Vaya metedura de pata!", llegó a decir un conocido político nacionalista frotándose las manos, supongo que lleno de regocijo...
Efectivamente
el Presidente del Gobierno no asistió al funeral ni a la manifestación,
pero tengan ustedes la seguridad de que el hecho de no ir no se debió a un
desplante al pueblo vasco, a la familia o al asesinado, como algunos están
empeñados en interpretar. Estoy convencido de que si el Presidente del
Gobierno infortunadamente no asistió a los actos, se debió a una
serie de malentendidos, de los cuales los menos culpables son la familia de
José María Lidón y el propio Presidente del Gobierno.
Desgraciadamente habrá más manifestaciones de este tipo porque ETA seguirá asesinando, y es probable que haya familias que deseen organizar los funerales como a ellos les dé la gana, están en su perfecto derecho; sólo espero que absurdas manifestaciones de soberbia no aumenten más aún el dolor de las víctimas y además den estupendas alegrías a los enemigos de la democracia.
