Movilizaciones
por el asesinato del mozo de escuadra Santos Santamaría Avedaño
Tras el asesinato del mozo de escuadra Santos Santamaría Avedaño, los
catalanes y el resto de los españoles realizaron numerosas manifestaciones de protesta
por este nuevo acto de barbarie.
Parece ser que últimamente los violentos nacionalistas vascos se han cebado con los catalanes y según todos los indicios lo más probable es que no tardando mucho asesinen a más personas en esta comunidad autónoma.
La novia y el hermano de Santos -también mozo de escuadra-, y el resto de sus familiares agradecieron las numerosas muestras de cariño de la gente, pero durante los funerales y demás actos no pudieron evitar estar todos ellos sumidos en el más profundo dolor por la pérdida de su ser querido.
Y mientras la gente de buena fe apoyaba incondicionalmente a la familia de
Santos, y mientras la familia de Santos sufría su dolor, había otra gente, en otro
lugar, rodeada de ikurriñas ensangrentadas de otros RH y babeando odio y satisfacción
por esta nueva muerte. Esa gente malvada, esa gente sectaria, esa gente rabiosamente
enferma recordaría, sin duda, como en una letanía, las palabras de su maestro Sabino Arana cuando publicaba aquellas barbaridades racistas en que
basó la estructura del despreciable nacionalismo vasco.Pero esa gente maldita no sabe que su propio odio será el que acabe con ellos, y no lo saben porque no sólo son violentos y fascistas, no sólo son asesinos y dictadores... Esa gente maldita también es profundamente estúpida y su estupidez siempre les impedirá ver con claridad lo erróneo de sus ideas totalitarias y racistas.
El nacionalismo vasco, TODO EL NACIONALISMO VASCO, es el auténtico
responsable de esta muerte, de todas las muertes anteriores y de todas las que por
desgracia aún vendrán. Y es responsable porque del nacionalismo vasco provienen todas
las ideas excluyentes que incitan a los asesinos a asesinar, del nacionalismo vasco salió
ETA, del nacionalismo vasco salió el Pacto de Lizarra y del nacionalismo vasco también
sale esa prohibición fascista para que la Ertzaintza actúe cuando los asesinos atentan
contra las personas y propiedades de los que no piensan como ellos...
Los que no somos nacionalistas no podremos ni deberemos perdonar jamás al nacionalismo vasco lo que ha hecho con nosotros, y los nacionalistas de otras comunidades autónomas tampoco deberían perdonárselo, porque a causa de los excesos sangrientos del nacionalismo vasco es muy probable que los demás nacionalismos también empiecen a perder adeptos del mismo modo que -sin duda- el negro rebaño de Arzallus los irá perdiendo.
Es muy posible que no tardando mucho esas pobres personas que se han visto
obligadas a convertirse en nacionalistas vascos para evitar la exclusión y las
agresiones, saquen fuerzas de flaqueza y acaben pensando que -como dijo el Che Guevara-
más vale morir de pie que vivir siempre arrodillado, y miren al frente, y caminen con
nosotros por el sendero de la democracia, la unión, la integración de razas, el
equitativo reparto de derechos y todo aquello que sirva para evitar la diferencia, la
frontera, la exclusión y el odio. Y justamente por todo esto vivió, luchó y murió Santos, y justamente por esto todos le debemos un homenaje, el homenaje que siempre merece el hombre justo que arriesga su vida para proteger las de los demás y que muere cumpliendo con su deber.
Gracias, Santos, le has dado una lección al nacionalismo vasco. Le has enseñado cómo muere un demócrata.
