El día 17 de marzo de 2001 los nacionalistas vascos de ETA asesinaron a
su primer mozo de escuadra (policía autonómico catalán).
Los nacionalistas vascos aparcaron un coche bomba cerca del hotel Montecarlo, junto a la urbanización Santa Margarita, de Rosas (Gerona), y encargaron al diario Gara que anunciase que la bomba explosionaría a las 11 de la noche.
Inmediatamente la Policía Autonómica catalana se puso en marcha para desalojar a los vecinos del lugar con el fin de evitar daños personales y acordonar la zona. Cuando aún faltaban siete minutos para la hora anunciada por los terroristas y cuando los mozos de escuadra acordonaban la urbanización y sus alrededores, la bomba hizo explosión y produjo gravísimas heridas a Santos Santamaría Avedaño que fue trasladado al hospital de Figueras donde falleció.
Nadie sabe si los terroristas falsearon la hora de la explosión
para que muriesen los policías encargados de evacuar a la gente, o si simplemente
cometieron otro de los errores a los que tan proclives son todos los nacionalistas vascos.
La cuestión es que otra nueva víctima inocente ha pasado a engrosar la lista de asesinados en nombre del nacionalismo vasco, una lista
que cada vez pesa más y que sin duda acabará aplastando al propio nacionalismo fascista
que padecemos en Euskadi.El coche bomba estaba cargado con 20 kilogramos de dinamita y metralla, dinamita que al parecer procede del robo realizado por los nacionalistas de ETA en un depósito de explosivos Grenoble (Francia) el 8 de marzo pasado. Recordemos que unos días antes del robo las autoridades españolas alertaron a las francesas sobre la posibilidad de un robo de estas características, pero por alguna extraña razón en Francia no se hizo absolutamente nada para evitarlo y éstas son las consecuencias. "Merci beaucoup ma chère république française, merci beaucoup mes enfants de la patrie... Paix pour vous, paix pour La France..."
Y precisamente franceses son muchos de los que habitualmente vienen a
pasar sus vacaciones a Rosas, y precisamente franceses fueron varios de los desalojados
por el mozo de escuadra Santos Santamaría antes de que la bomba explotase, pero murió
él... Murió Santos... No murió ningún turista francés -aunque algunos había- y si
ninguno murió fue porque Santos y sus compañeros se ocuparon de alejarlos de ese peligro
mortal que los españoles sabemos que tienen los explosivos... Sí, amigos franceses, sí,
LOS EXPLOSIVOS SON PELIGROSOS y hay que cuidarlos. No debéis almacenarlos de cualquier
manera para que los terroristas puedan llevárselos tranquilamente, y no debéis hacerlo
aunque ello implique que también vosotros os convirtáis en objetivo activo de ETA. No
debéis temerlos, no debéis ser cobardes y debéis combatirlos como a terroristas que
son, hoy contra España pero mañana -no lo olvidéis- también serán terroristas contra
Francia. Es cuestión de tiempo. Francia también es objetivo mortal del nacionalismo
vasco...
En Europa ya no
hay fronteras y eso facilita mucho las cosas a los terroristas. Cuando había frontera
entre España y Francia para los terroristas era más difícil venir de Francia con sus
coches cargados con centenares de kilos de explosivos pero ahora es extremadamente fácil.
De todos modos y viendo cómo están las cosas no sería de extrañar que finalmente
España decidiera poner controles permanentes en la frontera para evitar que la muerte
entre en nuestro país con la permisividad que hasta el momento consienten las autoridades
francesas. Esperemos que las cosas no lleguen hasta este punto y que las relaciones
hispano-francesas no acaben deteriorándose por culpa de esa calculada desidia que en
ocasiones muestran las autoridades del país vecino.
Santos ha sido la primera víctima que se han cobrado los 1.600 kilos de
dinamita francesa, y desgraciadamente no será la última. Los terroristas han gastado
veinte kilos en este atentado y cincuenta en otro coche bomba que explosionó la misma
noche, de madrugada, junto al hotel Riviera, de Gandía (Valencia). Ya "sólo"
les quedan a los nacionalistas 1.530 kilos para seguir matando gente inocente... Debería
haber muchas conciencias apesadumbradas por haber creado a este monstruo, por haberle dado
cobertura y por consentirle que campe a sus anchas por Francia y Euskadi, pero si no es
así, si las conciencias de esas personas a las que me refiero no tienen el más mínimo
sentimiento de culpa, que no olviden que finalmente será el propio monstruo -su monstruo-
quien acabará con ellas.
Santos Santamaría
Avedaño era todo un profesional de 33 años de edad que llevaba varios años en el
Cuerpo. Era diplomado en Empresariales, y aparte de sus estudios para ingresar en los
Mozos de Escuadra y su especialización en Policía Judicial, actualmente se estaba
preparando para acceder a un ascenso.Desde niño siempre quiso ser policía y tenía muy claro el peligro que su profesión suponía. Siempre tomaba todas las precauciones de autoprotección porque sabía que podría ser objetivo de los terroristas. Desgraciadamente no pudo evitar verse en medio del reparto de muerte indiscriminada que siempre supone un coche bomba y murió destrozado por la metralla cumpliendo con su deber.
Supongo que los nacionalistas vascos estarán orgullosos de esta nueva "heroicidad" de sus "gudaris" y también supongo que todos ellos le pondrán una vela de agradecimiento a su fundador y maestro Sabino Arana, el racista que quería acabar con todo aquello que, siendo español, no fuese vasco.
No puedo entender que todavía haya nacionalistas vascos que no se mueran de vergüenza por el hecho de serlo. No puedo entender que no comprendan que pertenecen a la secta más sanguinaria, más nazi y más fascista desde la Segunda Guerra Mundial. No puedo entender que sean tan tontos... O tan hijos de puta. Y no puedo entenderlo porque -estoy seguro- no lo entienden ni ellos mismos ni lo entiende nadie. Son basura disfrazada de bandera verde, blanca y roja. Son mierda. Son Pacto de Lizarra.
