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EN PORTADA     Foro de debate de El Boleto - La verdad sobre ETA

12 de diciembre de 2007 (Angelberto)

 

Con los muertos aún calientes, el PSOE y sus socios nacionalistas siguen queriendo negociar con ETA

 

Los políticos nacionalistas, comunistas y socialistas no esperan a que los últimos guardias civiles asesinados por ETA se pudran en sus tumbas, y en un acto despreciable se reafirman en querer seguir negociando con los criminales. Nuevamente el Partido Popular se ha quedado solo en la defensa de las víctimas.

Ayer el Partido Popular se animó, quizá confiado en que, a consecuencia de los últimos asesinatos de ETA, el Partido Socialista de Zapatero había cambiado su modo de actuar en política antiterrorista, y, por cuarta vez, decidió presentar una propuesta en el Parlamento con el fin de que se revocase el absurdo permiso para negociar con los asesinos de ETA, concedido al presidente Zapatero por los diputados nacionalistas, comunistas y socialistas.

Me imagino que el Partido Popular tenía sus motivos para lanzarse de nuevo a presentar esta iniciativa que, dicho sea de paso, es lógica donde las haya, porque, a mi entender, lo ilógico es que un Gobierno que dice ser democrático emprenda cualquier tipo de negociación con bandas de asesinos organizadas.

Y supongo que dichos motivos, -los que tuvo el PP para hacer esta propuesta-, se han debido basar en todas esas consignas optimistas de unión para la derrota de ETA que últimamente hemos podido oír muy repetidas veces de boca del Gobierno de Zapatero en pleno, a raíz del asesinato de los guardias civiles Raúl Centeno Pallón y Fernando Trapero Blázquez, y que ahora, cuando hay que definirse de verdad, parecen haberse quedado en agua de borrajas.

La cuestión es que el Partido Popular se ha equivocado totalmente, y si por un momento llegó a creer que era verdad todo eso que se decía desde el PSOE sobre "la derrota de ETA" y demás palabrería en relación con la dureza que se empleará contra el terrorismo, es evidente que el partido de Rajoy falló estrepitosamente en su valoración del mensaje socialista, un mensaje que, en un principio, no sólo convenció y engañó al PP sino que también convenció y engañó a muchos españoles por su aparente sinceridad, que no es otra que la famosa y por todos conocida "sinceridad" socialista.

Los que, sin embargo, sí habrán captado debidamente el mensaje de Zapatero en el Parlamento son precisamente los terroristas, porque ellos saben muy bien que si el PSOE ha votado a favor de la negociación, eso significa que ETA aún tiene esperanzas de conseguir los fines que persigue, todo ello sin abandonar las armas y, por supuesto, sin abandonar la violencia y los asesinatos.

Si hay que calificar, no debemos dudar en darle diez a Zapatero, que ni con los muertos aún calientes se baja del burro de la negociación con sangre ajena, y, por supuesto, un cero patatero a Rajoy por ser un incauto y creerse todo lo que oye.

Regina Otaola, la heroica alcaldesa de Lizarza, sigue desafiando a los criminales

Regina Otaola, alcaldesa de Lizarza.

Y si la noticia anterior podría ser la cruz de la moneda, sin duda alguna ésta es la cara.

La cara de esta moneda la protagoniza Regina Otaola Muguerza, una mujer puramente vasca, nacida en la localidad guipuzcoana de Eibar y militante del Partido Popular, que, con perdón y dicho con todo el cariño del mundo, tiene un par de cojones. Y si digo que tiene un par de cojones es porque es de las pocas personas que, desde la más pura democracia y luchando en campo contrario, ha tenido el valor de enfrentarse ella sola a los asesinos de ETA sin ningún tipo de complejo y, sobre todo, sin el más mínimo atisbo de miedo.

Es una pena que muchos individuos a los que se les supone tan escrotales atributos como, por ejemplo, el socialista Odón Elorza, alcalde de San Sebastián, se caguen en los pantalones cada vez que un batasuno les mira a los ojos. Muchos hombres deberían aprender de esta mujer. Muchos hombres deberían aprender a diferenciar con claridad entre los defectos y los valores, y no confundir la cobardía con la tolerancia, el fascismo con el cariño por la tierra o los asesinos con gudaris.

Regina Otaola es el mejor espejo en el que todos debemos mirarnos para encontrar esa dignidad, que en realidad todos tenemos, pero que a veces el miedo se encarga de enterrar en lo más profundo de nuestra miseria.

Regina Otaola llegó al ayuntamiento de Lizarza (Guipúzcoa) debido a que los nacionalistas vascos, tanto del PNV como de lo que llaman "izquierda abertzale" (ETA), decidieron emitir sus votos en blanco o nulos, manteniendo la esperanza de que el Partido Popular no lograse el 5% necesario para formar gobierno, aunque finalmente y contra todo pronóstico el PP consiguió superar ese porcentaje, siendo, además, el único partido votado en las elecciones, y de este modo se ha llegado a la curiosa situación actual en la que la alcaldesa y todos los concejales de Lizarza son del Partido Popular.

A la izquierda, la fachada del ayuntamiento cuando era alcalde el peneuvista Joseba Eguibar, y a la derecha, la misma fachada siendo alcaldesa Regina Otaola. En el centro, una mujer valiente.

Es de reseñar que desde el inicio de la democracia, Lizarza ha tenido siempre alcaldes de la "izquierda abertzale" (ETA), excepto en la anterior legislatura que estuvo como alcalde Joseba Eguibar, del PNV.

Este evidente poder nacionalista en el pueblo nos puede dar una idea de la especial situación que está viviendo en Lizarza esta valiente vasca de pura cepa -aunque del Partido Popular-, porque Regina, desde que llegó a la alcaldía, no ha dudado ni un instante en cumplir y hacer cumplir la ley, dejando de lado las diarias amenazas, los diarios insultos y las diarias presiones del mundo de ETA.

Lo primero que hizo Regina Otaola al llegar al ayuntamiento fue poner las tres banderas que, según las leyes democráticas, deben ondear en todos los edificios públicos en vez de sólo la ikurriña que inventó Sabino Arana, y, por supuesto, quitar todas las fotografías de presos de ETA que decoraban el balcón del ayuntamiento, así como los carteles insultantes hacia el Partido Popular, en los que ponían la esvástica del partido Nacional-Socialista de Hitler, en un intento de comparar el partido democrático y liberal del PP con el partido nacionalista, socialista, totalitario y asesino de Hitler. "Nacionalista, socialista, totalitario y asesino". Curioso...

A la izquierda, la bandera española quemada durante la noche por unos encapuchados. A la derecha, la alcaldesa entrando en el ayuntamiento, como todos los días, y oyendo los gritos y amenazas que los cobardes del pueblo lanzan contra ella.

Bueno, pues aparte de esas primeras tareas tan lógicas, tan democráticas y tan legales, Regina Otaola decidió, con muy buen criterio, cambiar el nombre de la plaza del pueblo y llamarla Plaza de la Libertad. ¿Y por qué Regina Otaola decidió cambiar el nombre de la plaza del pueblo?, pues muy fácil, porque no parece lógico que ninguna plaza ni calle de ningún pueblo de España lleve el nombre de un criminal, y éste era el caso.

Tiempo atrás un alcalde simpatizante de los asesinos decidió que la plaza del pueblo se llamase plaza del Gudari Txirrita, en honor a un criminal etarra llamado José Bernardo Bidaola, cuyo apodo era "Txirrita", y que resultó muerto en un tiroteo con la Guardia Civil en el año 1976. Y por fin, ahora, Regina Otaola ha conseguido restituir la dignidad a esa plaza, aunque sólo sea durante su mandato, porque no me cabe ninguna duda que en próximas elecciones, si ganan los abertzales, en ese pueblo se volverá a cambiar la libertad por el criminal, y muchos de sus vecinos aplaudirán mientras babean.

Y después de todos estos democráticos cambios en el pueblo de Lizarza, los abertzales han decidido ponerse manos a la obra, es decir, han echado mano de la capucha, de la gasolina y de la noche, para hacer lo único que saben hacer, que no es otra cosa que ejercer la violencia. En esta ocasión los abertzales han quemado la bandera de España del balcón del ayuntamiento, supongo que tratando de acojonar a la alcaldesa Regina Otaola, pero, como es natural, a esos bobos les ha salido el tiro por la culata, y nuevamente está ondeando la bandera de España en el mástil central del balcón del ayuntamiento. Y lo peor de todo es que en algún almacén municipal, Regina Otaola tiene decenas de banderas que muchos ayuntamientos y entidades de España le han enviado para que pueda sustituir de inmediato todas las que los violentos vayan quemando...

Vaya hueso duro de roer está siendo Regina Otaola. Con diez como ésta se acababa ETA en un pis pas.

Es una pena que haya tanto cobarde... y que además crean que eso que les cuelga entre la piernas son cojones.

 


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