Ayer ha sido detenido el terrorista de ETA, Alexander Akarregi Casas por la Gendarmería Francesa en la localidad de Compeyre. Uno más entre rejas.

Al parecer la policía le sorprendió intentando robar un coche (normal entre delincuentes), pero Alexander consiguió huir en otro vehículo sin que lograsen detenerle. De todos modos, y como esta gentuza de ETA son unos inútiles, el payaso en cuestión tuvo un accidente y se vio obligado a abandonarlo. A continuación robó otro coche a punta de pistola (también normal entre delincuentes), y el gilipollas de él volvió a tener otro accidente, y entonces sí, fue finalmente detenido por los gendarmes franceses.

Este hijo de puta huyó de España cuando se produjo la milagrosa explosión del coche bomba en el que viajaban los terroristas Hodei Galarraga y Egoitz Gurruchaga en septiembre de 2002, cuya explosión sirvió para que dos asesinos fuesen al cementerio hechos pedacitos en vez de algún inocente al que tendrían reservados aquellos benditos explosivos. Como es natural, Alexander tendría mucho que ver con aquel comando criminal y por eso puso tierra de por medio, pero ahora por fin está detenido.

Y otra buena prueba de lo hijo de puta y cobarde que es este nacionalista vasco, fue aquel episodio en el que un montón de nacionalistas como él (más de veinte) conocieron a un ertzaina y le lincharon a patadas y puñetazos entre todos. Este "heroico" acto fue transmitido por televisión y visto por toda España. Pues bien, uno de aquellos cobardes era Alexander Akarregi Casas. No es de extrañar que todos los cobardes acaben metiéndose en ETA, porque ¿qué otra cosa es quien asesina por la espalda? ¿qué otra cosa es el que pone una bomba para matar? ¿qué otra cosa es el que se une a la masa para linchar a una persona? ¿qué otra cosa es el que se mea en los pantalones cuando la policía va a detenerlo?, pues eso, un etarra... o un cobarde, que para el caso es lo mismo.