La organización terrorista y asesina ETA -que parece que no acaba de bajarse del guindo- se ha quedado con tres palmos de narices después de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos le negase el amparo que había solicitado a través de sus tentáculos pseudopolíticos.

ETA -o Batasuna, da igual-, al mismo tiempo que se limpiaba la sangre de los inocentes que regularmente viene asesinando, denunció ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo que los Tribunales españoles habían violado los derechos humanos al prohibir que distintas listas de la organización asesina se presentasen a las elecciones, y los gilipollas de ellos, como tienen menos cerebro que una lombriz de tierra, estaban convencidos de que el Tribunal Europeo les daría la razón, y si estaban convencidos de semejante estupidez supongo que quizá fuera porque esta gentuza no se acaba de dar cuenta cuenta que el mundo de fantasía en el que viven se limita a unos cuantos pueblos cerriles del País Vasco, cuyo fantasioso mundo siempre se va al garete en cuanto salen de su gueto particular y empiezan a atisbar la dura realidad, una dura realidad que, por supuesto, nada tiene que ver con el circo victimista e ilusorio que, entre asesinato y asesinato, todos los nacionalistas vascos tienen montado en Euskadi.

El Tribunal Europeo, por unanimidad (siete votos de siete) ha dicho en su sentencia que "la disolución de todos los partidos vinculados a ETA puede considerarse necesaria en una sociedad democrática, especialmente para mantener la seguridad pública, la defensa del orden y la protección de los derechos y las libertades".

El PNV ha asegurado que estudiará la sentencia detenidamente...

Detenidos en Francia dos terroristas de ETA después de sufrir un accidente de circulación

Y los payasos éstos vuelven a ser noticia a causa de lo inútiles y patosos que pueden llegar a ser.

Los etarras en cuestión eran una pareja -un un crío y una cría- que ayer a las nueve de la mañana se pegaron un buen cacharrazo con un coche robado en la localidad francesa de Chateau-Gontier, del departamento de Mayenne. Como consecuencia del accidente, el chaval resultó herido de gravedad, lo cual  estoy convencido que sólo preocupa a ETA -y supongo que a su familia-, porque a pesar de sus 22 años recién cumplidos se trataba de uno de los terroristas más buscados por las Fuerzas de Seguridad.

El chaval en cuestión -que por el hecho de ser chaval no deja de ser un hijo de puta- es Ibai Mateo Esparza y era uno de los responsables de Ekin en Navarra -que es un tentáculo más de ETA-, hasta que el pasado verano consiguió huir cuando la Guardia Civil desarticuló esa estructura terrorista etarra. Ibai estudiaba en la Universidad de Navarra y era uno de los miembros más activos de la banda, es decir, era uno de los que más amenazaba, de los que más insultaba y de los que más agredía en el entorno estudiantil.

En cuanto a la cría que le acompañaba, se trata de Ohiana Mardanas Orueta, de 20 años, y lo cierto es que las Fuerzas de Seguridad conocían su vinculación al mundo abertzale (o etarra, que es lo mismo), pero ni estaba en búsqueda y captura ni, hasta ahora, se le conocía una clara militancia en ETA.

En el momento que llegaron los bomberos a socorrerles, Ohiana, que era la conductora, de inmediato dijo que eran de ETA y entregó el revólver y la pistola que llevaban ambos, una de cuyas armas está entre las que robó ETA en Vauvert durante la tregua de Zapatero.

Después del accidente, y una vez comunicados los hechos a la Policía española, hicieron varios registros en el País Vasco interviniendo, como es habitual, numerosa documentación y distintos archivos informáticos que ya se están estudiando.

La verdad es que muy jodida tiene que estar ETA para verse obligada a reclutar adolescentes... Si observamos la actual estructura de ETA nos daremos cuenta de que en su mayor parte está compuesta por críos o por viejos, y supongo que esto se debe a que los viejos siguen ahí porque ya se les pasó el arroz y no les queda más futuro, y en cuanto a los chavalejos, es evidente que es mucho más fácil engañar con chorradas y fantasías a un adolescente lleno de acné que a alguien un poco más maduro.

En fin, de cualquier forma, dos hijos de puta menos paseándose por ahí con pistolas.