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FOTOS DEL HORROR    

4 de diciembre de 2008 (Angelberto)

 

Los nacionalistas de ETA asesinan en Azpeitia (Guipúzcoa) al empresario vasco, Ignacio Uría Mendizábal

Ignacio Uría Mendizábal, empresario vasco vinculado a las obras del AVE en el País Vasco (i griega vasca)

Sobre la una de la tarde de ayer, día 3 de diciembre, los nacionalistas de ETA han asesinado al empresario vasco, Ignacio Uría Mendizábal, cuando se bajaba de su vehículo para ir al restaurante Kiruri, de Azpeitia (Guipúzcoa), cuyo restaurante se encuentra situado muy cerca de su empresa.

Los nacionalistas vascos de ETA, de nuevo han hecho gala de su habitual cobardía, y dos de ellos han abordado a Ignacio Uría en el momento en que se bajaba de su vehículo y le han pegado varios tiros a bocajarro, uno de los cuales le ha alcanzado en la cabeza. De inmediato se dio aviso a los servicios de emergencia, y durante casi una hora estuvieron tratando de reanimarle sin éxito, debido a la importancia de sus heridas.

Los servicios de emergencia se llevan el cadáver de Ignacio Uría tras el asesinato.

Para realizar su última "heroicidad" (asesinando a un anciano desarmado al que cogieron por sorpresa), los etarras, tres asesinos de unos treinta años, en primer lugar robaron un Alfa Romeo a punta de pistola en el Alto de Itziar, próximo a Deba (Guipúzcoa), y dejaron a su propietario atado y custodiado por uno de los criminales, mientras los otros dos se desplazaban a Azpeitia para cometer el asesinato. Después de matar a Ignacio del modo más vil, huyeron con dirección a Zumárraga para, a continuación, dirigirse de nuevo al Alto de Itziar donde incendiaron el coche con el fin de tratar de eliminar todas las pruebas e indicios que hubieran podido dejar en el vehículo.

Es posible que estos descerebrados, dignos seguidores de Sabino Arana, crean -en su completa ignorancia- que este miserable crimen va a quedar impune, pero nada más lejos de la realidad. Sé muy bien que, no tardando mucho, en esta misma página web escribiré de nuevo sobre la detención de los autores de esta muerte y sobre los 40 años de cárcel que tendrán que cumplir. Lo sé muy bien. Y si lo sé es porque lo habitual es que así suceda. Las fuerzas de seguridad españolas y francesas tienen a los asesinos de ETA cada día más controlados y más rodeados, y sólo es una cuestión de tiempo -de no demasiado tiempo- el que ETA desaparezca. Y si tarda más en desaparecer, pues sólo significará que habrá más idiotas en la cárcel que si tarda menos. ETA, su fascismo, su racismo, su psicopatía, sus sanguinarios asesinatos y su excepcional cobardía tienen los días contados. De vez en cuando podrán seguir matando, pero tienen los días contados.

Ignacio Uría  era el propietario de Altuna y Uría, que es una de las empresas encargadas de realizar las obras que se están llevando a cabo para hacer llegar el tren de alta velocidad al País Vasco, lo cual no gusta nada al nacionalismo radical porque es absolutamente contrario a que se efectúe cualquier tipo de obra que pueda significar un avance en las comunicaciones entre Euskadi y el resto del mundo, y precisamente por eso no es la primera vez que ETA ataca intereses relacionados con esta obra en concreto.

Precisamente el 16 de marzo del pasado año, los aprendices de terroristas que tiene ETA en el País Vasco, se encargaron de pinchar las ruedas de todos los vehículos de la empresa de Ignacio Uría, al mismo tiempo que taparon los tubos de escape, realizando también numerosas pintadas amenazantes. Incluso la organización SEGI, en la que están integrados los etarras más jóvenes, dieron un comunicado amenazando con toda claridad a esta empresa por colaborar en el progreso de Euskadi.

Aparte del especial interés que tiene ETA en que Euskadi no esté comunicada mediante el tren de alta velocidad con el resto de España y con Francia, la banda terrorista también ha puesto de manifiesto en otras muchas ocasiones un afán desmedido por boicotear otras obras beneficiosas para el País Vasco, como fue la autovía de Leizarán, el pantano de Itoiz o la central nuclear de Lemóniz.

A ETA no le interesa en absoluto que Euskadi progrese lo más mínimo, y si no le interesa que Euskadi progrese es porque el progreso es el peor enemigo de las ideologías totalitarias y, evidentemente, las ideologías nacionalistas, por propia definición, son siempre ideologías totalitarias. ETA siempre tratará, utilizando todos los medios a su alcance, de empobrecer y mantener en la ignorancia al pueblo vasco.

Ignacio, la última víctima de ETA, era un hombre que iba a cumplir 71 años el próximo mes de enero, tenía cinco hijos y se trataba de uno de estos empresarios valientes (en el País Vasco también hay empresarios cobardes), que nunca se arredran ante las cobardes y miserables amenazas de los nacionalistas asesinos, y que siempre se niegan a pagar ningún tipo de extorsión a ETA. Ignacio era un vasco de pura cepa que vivía en Azpeitia y al que todos los vecinos consideraban un hombre simpático, inteligente, gran trabajador y buen patrón con sus empleados.

Su empresa, con casi cuatrocientas personas trabajando en ella, tenía muy buenas perspectivas a pesar de la crisis de la construcción, y todos los obreros se sentían muy seguros en sus puestos de trabajo.

Ignacio acostumbraba a ir todos los días, a la hora que fue asesinado, al restaurante Kiruri para echar una partida al mus con sus amigos, pero ayer no pudo sentarse a la mesa; dos asesinos se lo impidieron. De todos modos, por muy asesinos que sean, ni ellos ni ningún otro etarra podrá impedir que los vascos sigan con ese movimiento lento pero imparable hacia la exclusión total de ETA de la sociedad vasca.

Curiosamente este caso guarda cierto paralelismo con el asesinato de Isaías Carrasco Miguel el pasado 7 de marzo en Mondragón, ya que a Isaías también lo asesinaron a tiros cerca de su coche, también fueron dos individuos, también fue sobre la una de la tarde, y el alcalde de Mondragón, como el de Azpeitia, también era proterrorista... Es curioso comprobar cómo se aprovecha ETA de esa cierta impunidad que parecen sentir los asesinos en los pueblos controlados por alcaldes pertenecientes a su inmunda ralea criminal. Iñaki Errazkin es el alcalde en cuestión, el cual, por supuesto, se ha negado a condenar este asesinato junto a sus concejales proetarras.

De todos modos no sé qué es peor, si ser un proterrorista descarado -al fin y al cabo son consecuentes con su ideología asesina- o ser un hijo de puta que da la posibilidad al proterrorista de ser alcalde. Y tampoco sé si estas dos cosas son peores aún que haber dado el visto bueno a ETA para poder estar en las instituciones (pulse aquí 1) (pulse aquí 2) (pulse aquí 3)

La Ertzaintza recoge el vehículo con el que se trasladaron los nacionalistas vascos para matar a Ignacio Uría, y que después calcinaron para tratar de eliminar pruebas.

Y ahora parece ser que hay algunos partiduchos de ésos que con tal de ganar dinero y poder son capaces de vender su puta alma al diablo, y que, según dicen, están pensándose si seguir o no apoyando a ETA en algunos ayuntamientos, y en mi opinión lo que debería hacer esa gentuza repugnante es pasarse directamente a ETA o condenarla, en vez de dedicarse a decir hoy blanco y mañana negro. Esos individuos tan despreciables o más que los propios asesinos, lo que deberían hacer es quitarse la careta de una vez y dejarnos ver a todos su verdadera y traidora cara.

No hace mucho tiempo a los más incompetentes políticos vascos les dio por inventar las subnormalidades ésas de las "mociones éticas" en los ayuntamientos dirigidos por ETA, que al parecer pretendían servir, no para echar a los alcaldes proterroristas sino para, solamente, "condenar" de palabra el proterrorismo de sus alcaldes, sin más. Y, como es natural, en Azpeitia no llegó a haber tal condena porque por aquel entonces los partidos Eusko Alkartasuna y Aralar -los mismos que votaron para que fuese alcalde el representante del partido de ETA- dieron sus votos a los proterroristas, es decir, se negaron a condenar su proterrorismo... Ya ven ustedes con la clase de gentuza nos estamos jugando los cuartos... Y la cuestión es que, "gracias" a ellos, ETA no está completamente aislada y sigue asesinando. "Enhorabuena", Eusko Alkartasuna y Aralar por potenciar y apoyar el terrorismo.

Numerosos vascos se acercaron al lugar del asesinato para poner velas por Ignacio y para recordar a los asesinos que JAMÁS conseguirán ABSOLUTAMENTE NADA de lo que pretenden.

Pero no todos los vascos son de ETA ni todos pertenecen a esos partidos que, más o menos encubiertamente, apoyan el terrorismo, y de entre esos vascos, de entre esos buenos vascos, un numeroso grupo de vecinos de Azpeitia se reunió en el lugar donde fue asesinado Ignacio Uría para depositar flores y encender velas en su recuerdo.

Los vecinos que se reunieron espontáneamente en el lugar del asesinato llevaron una pancarta que decía con absoluta claridad lo que pensamos la inmensa mayoría de los españoles y más de la mitad de los vascos: PERDED TODA ESPERANZA - ASESINAR NO OS SERVIRÁ DE NADA.

Efectivamente, ni los asesinatos de ETA ni todas esas manipulaciones a las que tan acostumbrados nos tienen los nacionalistas, sean del signo que sean, servirán jamás para conseguir absolutamente nada. Afortunadamente tenemos una Constitución muy sólida, donde ampliamente ganó el SÍ, que jamás consentirá que los fascistas consigan sus propósitos.

 


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