DIARIO
ABC (15 de noviembre de 2001)
Emisario del PNV: «Habrá que aguantar los muertos que sean, la cuestión es avanzar»
MADRID. ABC
«Habrá que aguantar los muertos que sean, la cuestión es avanzar seriamente en lo otro». Esto es lo que, según el secretario general de LAB, Rafael Díez Usabiaga, se concluyó con el dirigente de ELA José Miguel Leunda en el encuentro mantenido hace un año a instancias de este último. Según la versión batasuna de la entrevista, Leunda comentó que Arzalluz estaba al corriente de la reunión.
Una vez que ETA
decidió dinamitar la tregua trampa, el PNV, a su pesar, vio rota la comunicación
directa con la cúpula terrorista, pero mantiene contactos con la banda a través
de intermediarios de «segunda» y «tercera» fila. Veteranos simpatizantes o
militantes de la organización criminal y del partido de Arzalluz, que se
conocieron en Francia, han servido en ocasiones de «correos» para el
intercambio de mensajes y «globos sonda».
En ese contexto
podría enmarcarse el encuentro que mantuvieron en noviembre del pasado año el
secretario general de LAB, Rafael Díez Usabiaga, y el ex presidente de ELA, José
Miguel Leunda Echeverría, a instancias de éste, quien reconoció que el
presidente del PNV, Xabier Arzalluz, y su asesor para asuntos relacionados con
ETA, Gorka Aguirre, estaban al tanto de la entrevista.
Ni tan siquiera
la ofensiva terrorista ha interrumpido esa comunicación. ETA acababa de
asesinar, el 30 de octubre, en Madrid, al magistrado de la Sala Quinta de lo
Militar del Tribunal Supremo José Francisco Querol, a su
chófer, al escolta y
a un conductor de autobús. El 21 de noviembre acribilló a balazos al ex
ministro Ernest Lluch, que representaba, dentro del PSOE, la línea más
favorable a un acercamiento con los nacionalistas en su estrategia de diálogo
con la banda. De hecho, la conclusión a la que llegó Díez Usabiaga tras
escuchar al dirigente del sindicato nacionalista fue que el PNV estaba dispuesto
«a aguantar los muertos que sean, la cuestión es avanzar seriamente en lo otro».
En el «acta» de este encuentro , elaborada por el propio Rafael Díez Usabiaga
u otra persona que la redactó con los datos aportados por el dirigente de LAB,
se indica que José Miguel Leunda asumió «un cierto grado de protagonismo» y
planteó con «seguridad» una serie de cuestiones «como si hablase
directamente en nombre del PNV».
DISTANCIAMIENTO
TÁCTICO
Así, entre
estas cuestiones expuestas por el emisario nacionalista figuraba el
planteamiento de que «el PNV necesita a la IA (Izquierda Abertzale) y la IA
también necesita al PNV aunque en esta necesidad recíproca puedan existir
intereses de distinta naturaleza».
De la versión
del encuentro elaborada por Díez Usabiaga se desprende que el PNV asimila «con
gran tranquilidad» el problema del terrorismo si bien supone un factor de
crisis en la colaboración entre nacionalistas y abertzales y dentro del propio
PNV. Así, el «acta» indica que «la actividad armada (la metaboliza con gran
tranquilidad) ha ido acentuando la crisis de la colaboración y, especialmente,
ha fortalecido a los sectores «contra» a un proceso (sic) pivotado en acuerdo
abertzale, a sectores «autonomistas»». A continuación, el «acta» pone en
boca del emisario nacionalista que la estrategia actual del PNV, de aparente
distanciamiento de la izquierda abertzale por la actividad terrorista, acentuada
por la presión social, es «táctica», es decir, es un «trago» que el
partido de Arzalluz «tiene que pasar para volver al esquema del acuerdo
abertzale» o lo que es lo mismo, la reedición del Pacto de Estella.
Asimismo, José
Miguel Leunda le hizo saber a Díez Usabiaga, según la versión de éste, que
«el PNV no tiene posibilidad de recomponer con el PSOE un acuerdo político con
perspectiva. Un acuerdo de mera «estabilidad institucional» con el PSOE es una
inversión a corto y sin perspectiva». En efecto, el emisario nacionalista
parece desvelar a su interlocutor proetarra la estrategia del PNV respecto a los
socialistas. «El PSOE, como pivote del Estado, no pone, ni pondrá «nada»
encima de la mesa. La posición del PP, PSOE... en esta coyuntura es de involución
estatutista», se pone en boca de Leunda, según el «acta» batasuna de la
reunión. «El PSOE -insiste- en un acuerdo con el PNV no tiene autonomía y no
puede «ofrecer» nada. Sólo lo que quiera el PP (Estado) y en clave de
neutralizar estratégicamente el PNV».
A continuación,
el interlocutor nacionalista da la clave de esa estrategia del PNV de aparente
intento de aproximarse a los socialistas: «El PNV está «obligado» a hacer
este recorrido (acercamiento) con el PSOE para hacer ver a determinados sectores
del partido que «no hay nada», que el PNV no puede meterse en una estrategia
en la que quedaría «preso» del PSOE-PP de forma definitiva». Es decir, el
partido de Arzalluz intenta aparentar, ante sus bases más moderadas, que quiere
el acercamiento con el PSOE a sabiendas de que, al final, los socialistas no
podrían asumir objetivos como la autodeterminación. Así, el PNV podría
transmitir entonces que ha hecho todo lo que estaba en sus manos y a partir de
entonces no le queda más remedio que el acuerdo con los abertzales. «Arzalluz
-según se pone en boca del emisario nacionalista- tiene claro que el PSOE no
tiene autonomía, ni proyecto político para ofrecer algo «sólido» al PNV
pero es un «recorrido» que tiene que hacer para desactivar la contra y darle
proyección a la reconstrucción del acuerdo abertzale».
BASES
«AMARRADAS» POR ARZALLUZ
Así, prosigue
Leunda Echeverría, según Díez Usabiaga, «la dirección del PNV quiere
demostrar que la única forma de mantener el espacio institucional de forma
estable y en perspectiva es precisamente con acuerdo abertzale. La otra
alternativa es de menos garantías institucionales y, sobre todo, de acotamiento
estratégico del PNV».
También
informa a su interlocutor proetarra de que el objetivo de la «embestida» de
los sectores críticos del PNV es «la desestabilización del EBB y del
liderazgo de Arzalluz, Egibar...; Ayudados por los mass media el objetivo era y
sigue siendo provocar un «crac» en el EBB que resitúe definitivamente la
estrategia del PNV en clave de Estado». No obstante, le tranquiliza a Usabiaga
cuando afirma que «Arzalluz «gestiona» el EBB, tiene las bases «amarradas»
y esa es la garantía para el «retorno» a la senda de acuerdo abertzale».
Según la
citada «acta», en este punto de la conversación Leunda planteó que «nos
encontramos con dos recorridos que tanto el PNV como la IA tienen que hacer para
volver a encontrarse: la IA poniendo la lucha armada encima de la mesa y el PNV
acercándose al PSOE». «Esos recorridos nos van a generar contradicciones,
clima de confrontación política... pero se deben «mantener» los niveles de
comunicación abiertos por encima de la dureza de la coyuntura». «La clave es
superar esta fase preparando adecuadamente el «retorno» de cara a un salto en
el proceso. El «retorno» tiene que trabajarse desde ya en espacios sólidos y
seguros de trabajo mutuo». «Arzalluz y su gente -añade- tienen claro la
necesidad de resituar al PNV en un plano estratégico y que eso le supondrá
dejar ciertos «lastres»».
En el «acta»
se expone que Leunda preguntó si la izquierda abertzale quiere el acuerdo, un
cambio del marco político, o se trata de «un mero señuelo para mantener una
estrategia armada al margen de compromisos entre abertzales». La respuesta fue
que la izquierda abertzale «hace una apuesta clara por un acuerdo», pero para
ello «hay que avanzar en voluntades, compromisos y propuestas que nos acerquen
al mismo». Asimismo, Díez Usabiaga le explicó que, «con independencia de la
coyuntura política», la izquierda abertzale «estaría dispuesta a preparar el
retorno si para ello el PNV muestra también voluntad en propuesta, metodología...
que garantice o dé sensación real de querer avanzar en el mismo».
INTERLOCUCIÓN
DE MÁXIMO NIVEL