El
día 6 de mayo de 2001 los nacionalistas vascos de ETA asesinaron en
Zaragoza al político demócrata del Partido Popular, Manuel
Giménez Abad.
El grupo terrorista de que dispone el Pacto de Estella/Lizarra no ha dudado en hacer su particular propaganda electoral ante las inminentes elecciones en el País Vasco, y sus miserables integrantes han actuado como viene siendo habitual en ellos.
Increíblemente los socios de los terroristas en el Pacto de Lizarra (PNV, EA e IU) ni se han planteado romper su pacto con ETA a pesar de este asesinato. Supongo que habrán pensado que unos tienen que sacudir el árbol para que otros recojan las nueces...
En fin... Así son esta gentuza.
El
asesinato ocurrió sobre las siete menos cuarto de la tarde de ese negro
domingo, cuando Manuel y su hijo Borja de 17 años se dirigían al estadio de
fútbol del Zaragoza para ver el partido.
Al llegar a la calle Cortes de Aragón un nacionalista vasco de unos 25 años se les acercó por la espalda y disparó un tiro en la nuca a Manuel. Nada más caer al suelo le remató con otro tiro en la cabeza y un tercero en el estómago... Imagínense el cúmulo de sentimientos que padecería Borja, el hijo de Manuel, cuando ante sus propios ojos un asesino acribilló a tiros a su padre.
Pero Borja sólo pudo gritar: "¡Asesinos, hijos de puta, me habéis jodido la vida!", y le fue imposible hacer nada más, sólo gritar y llorar, mientras veía con impotencia al nacionalista vasco huir con la pistola en la mano, amenazando de muerte a los viandantes que en aquel momento estaban en el lugar (qué orgulloso de este vasco se hubiera sentido Sabino Arana).
A
este terrorista del Pacto de Lizarra también le acompañaba una mujer que
protegía la acción asesina a unos metros del lugar del crimen. Su
misión era apoyar la acción cobarde de su compañero de SECTA, para
disparar también contra quien se atreviese a enfrentarse a él. Según
diversos testigos esta mujer es una criminal llamada Nerea
Garaizar San Martín.
Tras el cobarde asesinato los dos nacionalistas vascos desaparecieron del lugar y seguramente se metieron en el piso que tienen alquilado desde hace unos meses para, desde la cómoda seguridad que da la democracia, ver con ojos chispeantes las noticias sobre su "valiente acción de gudaris vascos". Me les imagino -y no me equivoco- abriendo unas cervezas y una bolsa de patatas fritas, y riéndose frente al televisor de la cara que puso el hijo de su víctima cuando su padre caía al suelo ensangrentado y con la cabeza destrozada...
Supongo
que, al mismo tiempo, los nacionalistas vascos hipócritas (es decir,
ésos que van de demócratas) se echarían las manos a la cabeza
preocupados por el gigantesco error de sus compañeros del Pacto de
Lizarra, porque hay que ser muy idiotas para no darse cuenta de que las
elecciones son dentro de una semana... "Ahí va la ostia, joder
-supongo que dirían los hipócritas-, podrían haber esperado ocho
días, ostia".
Pero no esperaron, ¿verdad, señor Arzallus?, no esperaron y a este despreciable personaje no le quedó más remedio que dar la vuelta a la tortilla y criticar al Partido Popular por quejarse de las circunstancias que han dado lugar a este nuevo asesinato. El señor Arzallus vino a decir que los populares no debían hablar de los muertos que ocasiona el terrorismo nacionalista vasco durante la campaña electoral porque eso puede darles votos y no es justo... Ya ven ustedes hasta qué punto llega el cinismo del nacionalismo vasco.
Los
nacionalistas vascos están empeñados en no ver la realidad de las cosas y
no admiten que nadie hable de los muertos que su idea fascista
ocasiona.
A los nacionalistas vascos les molesta que los no nacionalistas pidan el voto en base a que son asesinados y quieren defenderse. A los nacionalistas vascos les molesta que cuando es asesinado un no nacionalista, sus compañeros pidan que la gente les apoye. A los nacionalistas vascos les molesta que los no nacionalistas digan que están siendo asesinados y que se ven obligados a llevar escolta... Y por todo esto los nacionalistas dicen que los no nacionalistas hacen "victimismo" y que no deberían quejarse tanto.
Así es el nacionalismo vasco y la verdad es que el hecho de que no se les caiga la cara de vergüenza por no estar amenazados y no tener que llevar escolta, sólo puede significar que son unos cínicos, unos caraduras y unos hipócritas.
¿Qué
significado puede tener que no haya un solo nacionalista vasco que lleve
escolta por estar amenazado de muerte? ¿Qué significado puede tener que
no haya un solo nacionalista vasco que tema decir lo que piensa? ¿Qué
significado puede tener que -salvo error terrorista- jamás muera
asesinado un nacionalista vasco?.
¿Y qué significado puede tener que la Policía Vasca del PNV no sea prácticamente nada efectiva contra el terrorismo de ETA?.
Pues es muy fácil. El único significado que esto tiene es que todos los nacionalistas vascos están dentro del mismo globo y, de un modo u otro, se protegen entre ellos.
Es realmente vergonzoso...
Y
lo vergonzoso que es todo esto tendremos ocasión de comprobarlo después de
las elecciones si desgraciadamente no hay una mayoría suficiente para los
no nacionalistas, porque tengan ustedes toda la seguridad de que el PNV
pactará nuevamente con el partido de los terroristas si de ese modo puede
seguir manejando el poder en el País Vasco.
Y ya verán ustedes como lo hará... Supongo que para justificarse dirá que en realidad Euskal Herritarrok no es ETA, que Euskal Herritarrok es un partido político vasco que busca la paz, que Euskal Herritarrok está trabajando duro para conseguir que ETA haga una nueva tregua... Yo qué sé; se inventarán mil cosas y darán la vuelta a la verdad mil veces si es necesario pero el PNV de Sabino Arana no dudará en pactar hasta con el diablo para conseguir el poder sobre el pueblo.
Los
nacionalistas vascos son prepotentes por naturaleza, y no conciben perder
un poder político que según creen les ha sido otorgado por el mismísimo
Dios. Están tan convencidos de que sólo ellos pueden dirigir Euskadi que
no dudarían en hacer cualquier cosa, repito CUALQUIER cosa, con tal de
seguir sentados en sus cómodos sillones de mando.
Aunque lo cierto es que ya no están tan seguros de conservar esos privilegios que ellos mismos se han ido consintiendo, y para evitar -si pierden las elecciones- que todos descubramos sus miserias, falsedades e ilegalidades, ya han empezado (exactamente igual que los nazis al final de la Segunda Guerra Mundial) con la destrucción de documentos comprometedores que al parecer guardaban en las instalaciones de la Ertzaintza (Policía Vasca).
Es curioso que después de todo esto, personajes como Arzallus se atrevan a criticar a los no nacionalistas por quejarse de que les matan...
Cuánta mierda...
