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FOTOS DEL HORROR 30 de julio de 2009 (Angelberto) |
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Los nacionalistas de ETA asesinan con una bomba a dos guardias civiles en Palmanova (Mallorca)
A las dos menos diez de la tarde de hoy, un vehículo todo terreno de la Guardia Civil hacía explosión en Palmanova (Mallorca), frente a un edificio compartido por la Guardia Civil, la Policía Local y Correos. El vehículo explosionaba en el momento justo en que los dos guardias civiles entraban en el coche para iniciar su servicio, y precisamente por eso en un principio se especuló con la posibilidad de que los nacionalistas vascos hubiesen colocado una bomba lapa en los bajos del todo terreno, esperando al momento más oportuno para activarla mediante un mando a distancia, aunque después parece ser que se han encontrado indicios de que la bomba tenía un temporizador, por lo que también podría ser posible que la bomba haya explosionado incluso después de que los asesinos hayan huido de la isla. De todos modos es habitual que los terroristas pongan temporizadores en todo tipo de bombas, tanto de explosión por tiempo como mediante mando a distancia, ya que en este último caso el temporizador también sirve como seguro para el terrorista, impidiendo que accidentalmente se active hasta una determinada hora, a partir de la cual empieza a funcionar el mando a distancia.
Los dos guardias civiles asesinados son Diego Salvà Lezaun, de 27 años y nacido en Pamplona, y Carlos Sáenz de Tejada García, de 28 años y nacido en Burgos. Después del atentado, los agentes de la Guardia Civil desalojaron la zona en previsión de que pudiera haber más explosivos, y finalmente encontraron otra bomba adosada a otro vehiculo de la Guardia Civil, la cual tuvo que ser explosionada. En esta ocasión los nacionalistas vascos de ETA han tenido más suerte que ayer en Burgos, cuando trataron de provocar una masacre con los familiares de los guardias civiles destinados en esa ciudad. En esta ocasión han conseguido asesinar a otros dos nuevos inocentes, a dos jóvenes que se dedicaban, sencillamente, a prestar un servicio a la sociedad y a la democracia en un país libre.
Nuevamente el nacionalismo vasco ha avanzado un poco más en la carrera hacia la locura que inició hace un siglo su despreciable fundador, el fascista y racista Sabino Arana. De nuevo ETA, como perfecto -y al mismo tiempo cobarde- adalid del nacionalismo vasco, ha puesto una bomba y ha asesinado a dos guardias civiles. Y si este nuevo asesinato (como casi todos), los etarras lo han llevado a cabo mediante una bomba, ha sido por la sencilla razón de que, como buenos nacionalistas que son, su cobardía les ha impedido enfrentarse a tiros con una persona que vaya armada, ni siquiera aunque esa persona esté de espaldas.
De todos modos, ETA puede estar segura (y el nacionalismo vasco también) de que con cada uno de estos atentados todos ellos se alejan un poco más de esa gilipollez que pretenden y que, evidentemente, jamás lograrán alcanzar. Podrán seguir poniendo bombas, podrán seguir extorsionando y podrán seguir matando, y quizá dentro de otros cuarenta años, en vez de novecientos y pico muertos tengamos que contar dos mil, pero que estén totalmente seguros de que España, de que la democracia española, nunca se rendirá ante su fascismo. 31 de julio de 2009 (Angelberto) Los Príncipes de Asturias asisten al funeral por los dos guardias civiles asesinados
Antes de oficiarse el funeral, los féretros con los cuerpos de los guardias civiles asesinados permanecieron desde primera hora de la mañana en el Palacio de la Almudaina, donde se estableció la capilla ardiente. Numerosas autoridades acompañaron a los familiares de los fallecidos, a los que se unieron el Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y el jefe de la oposición, Mariano Rajoy, los cuales viajaron juntos hasta Mallorca para asistir al acto. En el Palacio de la Almudaina, y dando grandes muestras de aflicción, pena y congoja, el Presidente del Gobierno impuso a los guardias civiles asesinados la Cruz del Oro del Mérito de la Guardia Civil y se marchó.
A continuación, compañeros de los fallecidos llevaron a hombros los dos féretros para asistir al funeral, y durante el trayecto entre el Palacio de la Almudaina y la Catedral, los miles de personas que se congregaban allí prorrumpieron en aplausos y lanzaron numerosos vivas a la Guardia Civil. El funeral fue oficiado por el arzobispo Juan del Río en la Catedral de Palma de Mallorca, al cual le acompañó el obispo, Jesús Murgui. El arzobispo exhortó a la gente de bien a no caer en el desánimo, a pesar de la cruel y salvaje estrategia terrorista de la organización ETA, que intenta amedrentar y someter a los españoles a su totalitarismo intrínsecamente perverso y nunca justificado. El arzobispo insistió en que la última palabra de este combate no la tienen los hijos del terror sino los que trabajan por la paz y la justicia en la sociedad, como lo hacían los dos guardias civiles asesinados.
A los actos religiosos han asistido los Príncipes de Asturias, los Duques de Palma y la Infanta Elena, como representantes de la Casa Real. También destacaban el Ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba; el Presidente de Baleares, Francesc Antich; el Lehendakari del Gobierno vasco, Patxi López y el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti. Después del funeral, los féretros fueron despedidos con el himno de la Guardia Civil y por numerosos e inacabables aplausos de los miles de personas que se sumaron al amargo adiós de otros dos nuevos jóvenes inocentes. Dos jóvenes a los que ningún miembro de ETA conocía de nada pero a los que, aun así, han asesinado en nombre de su ideología nacionalista vasca, una ideología cuyo fundador odiaba a muerte a todos los españoles, una ideología que odia la bandera de todos los españoles; una ideología que nunca ha impedido que ETA haga propaganda de sus asesinos por las calles, una ideología, en fin, que, cuando está en el poder, subvenciona con dinero público al mundo de ETA (otra) e impide a la Ertzaintza que actúe contra el terrorismo. Y para terminar, envío desde aquí mis más sinceros respetos hacia todos aquellos políticos y hacia todas y cada una de las autoridades que alguna vez hayan favorecido a ETA de cualquier modo. Sin lugar a ninguna duda, algún día acabarán recibiendo su merecida recompensa.
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