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El nacionalismo es una enfermedad infantil; es el sarampión de la Humanidad (Albert Einstein)
A finales del siglo pasado, el impulsor del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Sabino Arana Goiri, decidió sembrar la semilla del separatismo vasco en España. Todo comenzó mientras estudiaba derecho en Barcelona. En aquella época el nacionalismo catalán empezó a resurgir, y Sabino se planteó iniciar en el País Vasco un movimiento nacionalista similar, aunque, sin duda, mucho más violento. Este escritor vasco no dudó en emplear los más graves insultos contra muchos de los pueblos de España -fundamentalmente contra el castellano- como el mejor medio y modo para luchar por sus ideas políticas. Desde que comenzó su andadura política, uno de los curiosos argumentos que solía utilizar para reivindicar las diferencias de la raza vasca con respecto a la castellana -y por consiguiente reivindicar también la independencia del País Vasco- fue decir algo así como que "el hombre castellano andaba con las piernas y la espalda arqueadas y que el aspecto de los castellanos era de seres zafios, mientras que los vizcaínos tenían un andar elegante y su rostro denotaba noble belleza". (pulse aquí para conocer la ideología de Sabino Arana expresada por él mismo) Ante tan contundentes argumentos políticos, los vascos que estaban de acuerdo en la elegancia de los vizcaínos -por entonces no se hablaba aún del resto de los vascos-, se unieron a sus "democráticas y humanas" ideas, y comenzaron su particular cruzada racista contra los feos, es decir, contra los que no eran vizcaínos. Por aquel entonces, los profesores Landsteiner y Wiener aún no habían descubierto el factor RH en el primate Macacus Rhesus, y lógicamente todavía no se conocía esa otra peculiaridad de una parte de los vascos (supongo que de los vascos guapos), que -sin duda- los diferencia del resto de los mortales. De todos modos es de reseñar que uno de los seguidores de Sabino Arana, importante cargo actual del PNV, reivindicó en uno de sus inflamados mítines la determinante diferencia sanguínea de los vascos con respecto al resto de los españoles, ya que un alto porcentaje de vascos puros tienen en su sangre el factor RH negativo, el cual, al parecer, sólo se encuentra en un 15 % de la población mundial. A partir de aquellos intentos de Sabino Arana para convencer a los vizcaínos de su innata superioridad sobre toda la Humanidad, y hasta la guerra civil española, los nacionalistas vascos (un mínimo porcentaje de los habitantes del País Vasco) lucharon más o menos indignamente contra los varios siglos de historia común en que las Vascongadas habían sido uno de los territorios más representativos del conjunto de tierras que forman España. El País Vasco nunca fue un país independiente ni jamás se obligó a ese pueblo a formar parte de la nación española. Los habitantes del País Vasco comenzaron su andadura en común con el resto de los pueblos de España incluso antes de que Imperio Romano dominase por la fuerza a la península ibérica. De todos modos, fue a partir del dominio romano cuando las poblaciones de España (Hispania) se unieron decididamente formando así un conjunto de pueblos con intereses comunes que, desde entonces, siempre han vivido muy unidos -política y culturalmente- y también han luchado juntos contra las distintas invasiones extranjeras que tuvieron lugar a lo largo de la Historia. Después de que en 1939 Franco ganara la guerra civil (que nada tuvo que ver con los nacionalismos), los nacionalistas vascos -igual que los comunistas y socialistas- gozaron de ciertas simpatías ante los países democráticos de occidente, y en ellos vieron la mejor ayuda para continuar con su particular lucha. Poco más tarde llegó la Segunda Guerra Mundial, y a partir de entonces los aliados occidentales dejaron de intervenir activamente en la vida política interna española, con lo que el PNV empezó a caer en el desánimo ya que por sí solo no era capaz de vencer -y mucho menos de convencer- a la gran mayoría de vascos que se sentían bien formando parte de España. Aun así, en 1952, apareció una organización juvenil del PNV, llamada EGI (Euzko Gaztedi Indarra), tratando de fortalecer de algún modo el decaído y decadente nacionalismo vasco. Y en ese mismo año, un pequeño grupo de estudiantes de la universidad jesuita de Deusto (Vizcaya) crearon EKIN (acción), otra organización dedicada a la promoción del vasquismo mediante reuniones semanales. Un año después, el grupo EKIN, de Vizcaya, se unió a otro de las mismas características que radicaba en Guipúzcoa, apareciendo así EKIN-TALDEA (grupo de acción). El nuevo grupo pronto se empezó a perfilar como una organización con ciertas características más próximas a la violencia que al diálogo. En 1956 acabaron uniéndose EKIN-TALDEA y EGI, y al año siguiente, tras ciertos problemas internos, decidieron expulsar de la organización a José María Benito del Valle -uno de los fundadores de EKIN-, presuntamente porque sus ideas excedían lo que los demás consideraban que debía ser una lucha democrática. Ante esta expulsión, otros dos miembros del grupo, Julián Madariaga Aguirre y José Luis Álvarez Emparanza, junto a una buena parte de los integrantes de EGI, decidieron hacer causa común con el expulsado y también se fueron con él. Más tarde, el 31 de julio de 1959, los disidentes de EKIN-TALDEA & EGI, fundaron Euskadi Ta Askatasuna (ETA). Esta pequeña organización, pronto se manifestó como la representación de un nacionalismo duro, radical e intransigente que se marcó como meta la independencia del País Vasco, sin tener en cuenta el contrario modo de pensar de la mayor parte de los vascos. En un principio se limitaron a editar folletos y trataron de extender sus ideas totalitarias utilizando técnicas propagandísticas, pero al no conseguir avanzar en sus pretensiones por medio de la simple propaganda, no tardaron en decidirse a realizar sus primeras acciones ilegales, entre las cuales cabe destacar su primer asesinato. La primera acción sangrienta de ETA se realizó en la estación de Amara, en San Sebastián, donde colocaron una bomba en la sala de consignas, que el día 28 de junio de 1960 produjo la muerte a María Begoña Urroz Ibarrola, una inocente niña vasca de año y medio. Esta acción -según ellos reivindicativa- marcaría de algún modo la forma de actuar del terrorismo etarra. A consecuencia de éste y otros actos violentos comenzaron las primeras detenciones y huidas a Francia, donde los etarras empezaron a solicitar asilo político. Por supuesto -y en aquella época- no todos los miembros de ETA eran asesinos ya que sólo se había cometido un asesinato, pero aun así, y por parte del Gobierno español, se empezó a perseguir policialmente a muchas de las personas vinculadas a esta organización, tanto por participar en sus actos violentos como por manifestar su ideología totalitaria. Ciertamente en aquellos años aún no había democracia en España, y no puede considerarse que perseguir a personas por razón de su ideología estuviese dentro de lo humanamente correcto, pero incluso así, el resto de organizaciones nacionalistas -PNV incluido- comenzaron a distanciarse más aún de ETA, probablemente debido a que su modo radical de actuar perjudicaba todavía más al debilitado nacionalismo vasco. Como consecuencia del atentado mortal cometido por los etarras en la estación de San Sebastián contra Begoña Urroz Ibarrola, poco tiempo después se empezó a hablar de la "lucha armada", y en mayo de 1962 se organizó la "I Asamblea" de ETA en el monasterio benedictino de Belloc (Francia). En esta asamblea establecieron los principios que definían el modo de actuación ETA en estos términos: "Movimiento revolucionario vasco de liberación nacional creado en la resistencia patriótica, socialista, de carácter aconfesional y económicamente independiente". En esta misma asamblea decidieron que Euskadi -la tierra a la que tenían que "liberar"- estaba enclavada en un territorio español y francés que dividieron en siete "herrialdes" o provincias y que son las siguientes: - En la parte española, o lo que ellos llamaron Hegoalde (Euskadi Sur): Vizcaya, Guipúzcoa, Álava y Navarra. - En la parte francesa, o lo que ellos llaman Iparralde (Euskadi Norte): Zuberoa, Bembarre y Laburdi. Para delimitar la tierra que ETA debía "liberar", aquella organización no tuvo en cuenta algo tan importante como consultar a sus habitantes, ya que la mayor parte de ellos se sentían -y se sienten- muy bien con su situación geográfica y política, pero incluso así, ETA se empeñó en convertirse en violento adalid de unos dispares pueblos situados en la Aquitania francesa y en las regiones españolas de Navarra y Vascongadas, pueblos que -ciertamente- nunca reconocieron a esa organización como representante de sus intereses. Menos de un año después de la "I Asamblea" -aproximadamente en marzo de 1963- se celebró la "II Asamblea" en Bayona (Francia), y allí constataron que eran muchos los puntos en común que tenía ETA con el comunismo internacional, y precisamente de las dictaduras comunistas fue de las que, a partir de entonces, empezaron a recibir un importante apoyo logístico que ayudó a ETA a continuar avanzando en su idea totalitaria con respecto al pueblo vasco. A partir del atentado mortal contra la niña de San Sebastián, en ETA hubo serios debates sobre continuar asesinando para conseguir sus fines, o bien utilizar únicamente la política, hasta que el 3 de mayo de 1964, durante la celebración en el sur de Francia de la "III Asamblea", se tomó la decisión de que el terrorismo sería el mejor modo de llegar al fin político que pretendían. En la "III Asamblea", los etarras también determinaron romper relaciones con el PNV de un modo definitivo, puesto que ese partido siempre trató de representar a una parte de la burguesía vasca y, lógicamente, semejante concepto estaba muy lejos de las ideas propugnadas por el comunismo internacional en el que la organización ETA venía apoyándose. En el año 1965, y antes de que tuviera lugar la siguiente asamblea, una pequeña organización que actuaba en Navarra, llamada IRATXE, se fusionó con ETA debido a que sus integrantes también veían el terrorismo como el mejor modo de triunfar en la política. La "IV Asamblea" tuvo lugar en agosto de 1965 en un lugar próximo al Santuario de Nuestra Señora de Aránzazu, en Guipúzcoa, y en ella se manifestaron tres sectores fundamentales encargados de diversas actividades dentro de la organización:
Con estos tres sectores, ETA trató de utilizar ciertos movimientos sociales que humanizasen de algún modo la sangrienta organización que habían proyectado, aunque lo cierto fue que la constitución de dichos sectores sólo sirvió para provocar desuniones entre ellos. En la "IV Asamblea" se aprobó definitivamente, y por mayoría, la realización de actos terroristas, decidiendo contestar siempre a la represión policial de estos actos mediante más terrorismo, es decir, en esta asamblea ETA decidió meterse de lleno en la más pura violencia. Como consecuencia de la IV asamblea se llegó a la conclusión de que el mantenimiento de una organización terrorista necesitaba financiarse, y al carecer de apoyo social se vieron obligados a cometer su primer atraco a mano armada, que fue realizado en Vergara (Guipúzcoa) el 24 de septiembre de 1965. Cuando, poco después, Zalbide fue detenido, el obrerista Iturrioz se hizo cargo del sector que quedó descabezado, y, consiguientemente, la influencia obrerista empezó a controlar la organización. El sector obrerista era el más comunista y menos nacionalista, y Emparanza, más radical en cuanto al nacionalismo, decidió tomar para sí a los dependientes de Zalbide con el fin de evitar que ETA se convirtiese en una simple organización de izquierdas. La "V Asamblea" se realizó en dos fases, la primera de ellas en diciembre de 1966, en la casa parroquial de Gaztelu (Guipúzcoa). Durante esta primera parte de la asamblea, las divergencias entre los obreristas y los otros dos sectores, provocaron que ETA se dividiese en dos. Los integrantes del sector obrerista pasaron a denominarse "ETA BERRI" (ETA NUEVA), y los tercermundistas y culturalistas conformaron lo que entonces se llamó "ETA ZARRA" (ETA VIEJA). Poco más tarde "ETA BERRI" desapareció para acabar fundiéndose con el Movimiento Comunista de España (M.C.E.), y por consiguiente "ETA ZARRA" volvió a ser simplemente ETA En la segunda fase de la "V Asamblea", celebrada en marzo de 1967 en la casa de ejercicios espirituales de la Compañía de Jesús, de Guetaria (Guipúzcoa), el sector tercermundista acabó por tomar el poder en la organización, provocando la dimisión de los culturalistas que tras la escisión fundaron el GRUPO-BRANKA el cual careció de cualquier tipo de poder, salvo lo poco que pudieran conseguir en aquella época con la publicación de su revista. En la "V Asamblea", los que controlaban ETA la volvieron a dividir en sectores para darle a la organización una estructura fuerte que facilitara el poder llevar a cabo las acciones armadas que ya se habían aprobado en la asamblea anterior. Los nuevos sectores fueron los siguientes:
A partir de la "V Asamblea", ETA puso definitivamente en marcha su máquina de matar llamando "lucha armada" a lo que posteriormente fueron cientos de asesinatos de personas indefensas muertas por la espalda o como consecuencia de las innumerables y potentes bombas que iban explosionando indiscriminadamente por las calles de muchos pueblos de España. Aunque ya habían asesinado en 1960 a la niña Begoña Urroz Ibarrola en la estación de San Sebastián, los terroristas siempre han venido considerando que su primera acción armada con víctimas se realizó el 7 de junio de 1968, cuando los etarras Txabi Etxebarrieta e Iñaki Sarasqueta circulaban por la provincia de Guipúzcoa en un automóvil con matrículas falsas. Txabi se dirigía al monasterio de Lazcano para ir a una cita con la organización, e Iñaki tenía que recoger un cargamento de explosivos en Beasain. Cuando ambos etarras pasaban por un lugar cercano a Villabona (Guipúzcoa), fueron parados por una pareja de Tráfico de la Guardia Civil, y en el momento en que los agentes comprobaron que las matrículas eran falsas, sin mediar palabra, Txabi Etxebarrieta sacó una pistola y disparó varios tiros contra el guardia civil José Pardines Arcay, un gallego de 25 años, que resultó muerto. A continuación huyeron dirigiéndose a la localidad guipuzcoana de Tolosa, pero nuevamente fueron interceptados por la Guardia Civil. También en esta ocasión los etarras hicieron uso de sus armas de fuego, y en el intercambio de disparos murió Txabi Etxebarrieta, mientras que Iñaki Sarasqueta consiguió huir siendo detenido más tarde en la iglesia de Regil, cerca de Azpeitia (Guipúzcoa). Ante la muerte de Txabi Etxebarrieta, ETA decidió que había que vengar su muerte, proponiéndose en alguno de sus sectores matar a quince guardias civiles por cada muerto de ETA Finalmente, el día 2 de agosto de 1968, y como respuesta a la muerte de Txabi Etxebarrieta, se decidió el asesinato del policía Melitón Manzanas González, quien fue muerto a tiros cuando subía por las escaleras de su domicilio en Irún (Guipúzcoa). Cuando ETA reivindicó el atentado dijo que "había ejecutado una sentencia del pueblo", volviendo nuevamente a erigirse como representante de un pueblo al que nunca ha representado (según las urnas sólo les apoyan un diez por ciento aproximadamente de los vascos). En este mismo comunicado, ETA manifestó: "Nuestra lucha, la del pueblo trabajador vasco, ya no puede detenerse hasta que Euskadi sea realmente libre. Seguiremos adelante mientras el pueblo nos ayude, nos apoye y quiera que sigamos..." Llegando a este punto conviene apuntar que el pueblo vasco en absoluto apoya ni ha apoyado nunca la violencia de ETA, es más, prácticamente todo el pueblo vasco se ha echado a la calle en multitud de ocasiones para protestar contra los crímenes de los terroristas, y la protesta del País Vasco contra el terrorismo de ETA llegó a lo más alto cuando asesinaron al concejal elegido por el pueblo vasco, Miguel Ángel Blanco Garrido, aunque, evidentemente, y sin hacer el menor caso al clamor popular, ETA siguió asesinando... Tras el asesinato del policía Melitón Manzanas se realizaron numerosas detenciones de individuos pertenecientes a la organización terrorista ETA, entre las que cabe destacar a Javier Izko de la Iglesia, que fue acusado como el autor material del asesinato del policía, y junto a Izko también se detuvo como responsables de aquel atentado a otras catorce personas. Estos quince miembros de ETA fueron quienes protagonizaron el famoso "Proceso de Burgos", en cuyo juicio, celebrado en 1970, se condenó a seis de ellos a pena de muerte, aunque posteriormente el Jefe del Estado las conmutó por cadena perpetua. Lógicamente, hace ya decenas de años que todos ellos fueron puestos en libertad. Como consecuencia de aquel famoso juicio, y debido a que España era aún una dictadura, la organización terrorista ETA empezó a gozar de ciertas simpatías entre algunos vascos, e incluso ese sentimiento traspasó las fronteras españolas produciéndose apoyos puntuales y reconocimiento a ETA por parte de algunos países extranjeros. A pesar de que ETA se sentía más poderosa con aquellos inesperados apoyos, pronto volvieron las escisiones. En el transcurso de la "VI Asamblea", celebrada durante el verano de 1970 en Bayona (Francia), y debido a que el sector "militar" estaba muy diezmado, los que propugnaban el obrerismo -más numerosos- decidieron expulsar de la organización a los militaristas, paralizando temporalmente el terrorismo. Los militaristas, es decir, los que eran más partidarios de los atentados terroristas que de la defensa de la clase trabajadora, se negaron a reconocer la celebración de la "VI Asamblea", y a partir de entonces pasaron a denominarse "ETA V-ASAMBLEA". Para que se apreciasen con claridad las diferencias entre los dos sectores más definidos de la organización, los obreristas también se pusieron nombre y se empezaron a llamar "ETA VI-ASAMBLEA". Los integrantes de esta nueva división se marcaron como fin fundamental conseguir una revolución de la clase trabajadora dentro del contexto nacionalista. Tras la escisión habida en ETA, ETA-V se hizo con el control total de la organización, y en 1972, se les unió el grupo AINTXINA, el cual procedía del sector más partidario de la violencia que había en las juventudes del PNV y que se llamaba EGI BATUASUNA. Poco después, ETA VI-ASAMBLEA se dividió en otros dos sectores, los MAYOS (mayoritarios) y los MINOS (minoritarios). Posteriormente, en 1973, los MAYOS se integraron en la LCR (Liga Comunista Revolucionaria), y los MINOS se fueron distribuyendo entre organizaciones y partidos de izquierdas como la ORT (Organización Revolucionaria de Trabajadores) y el Partido Comunista, mientras que algunos otros acabaron ingresando en ETA V-ASAMBLEA. ETA-V, realizó la primera parte de su "VI Asamblea" en Hasparren (Francia) durante el mes de agosto de 1973, y nuevamente volvieron los enfrentamientos entre los partidarios de la revolución obrera y los militaristas, en su afán por controlar la organización. A partir de aquella asamblea, los militaristas -sin el conocimiento de los obreristas- comenzaron a planear el atentado contra el Presidente del Gobierno, Luis Carrero Blanco, el cual fue asesinado en Madrid, el 20 de diciembre de 1973, cuando volvía de misa en su automóvil. El atentado se llevó a efecto tras hacer un túnel hasta el centro de una estrecha calle de la capital -por donde Carrero Blanco iba a pasar- y llenarlo de potentes explosivos que posteriormente hicieron detonar. En esta acción también fallecieron otras dos personas. ETA ya tenía a sus espaldas once muertos. "Solamente" le faltaban 799 más para declarar la primera tregua importante y justificar su "lucha". Aquel atentado hizo más profundas las diferencias entre los sectores "militar" y obrero, ya que éstos pensaban que los atentados eran el origen de la represión y que con el aumento de los atentados sólo se conseguiría más represión contra la clase trabajadora. A consecuencia de estas diferencias, los obreristas abandonaron ETA-V y fundaron el Partido Revolucionario de los Trabajadores Vascos. El día 13 de septiembre de 1974, la organización terrorista ETA cometió su primer atentado indiscriminado y sumamente sangriento cuando decidió poner una bomba en un concurrido bar de la calle Correo, en Madrid, asesinando a doce clientes que nada significaban para la supuesta lucha política en la que ETA había optado por convertirse en sangriento protagonista. El fruto de este atentado fue un intenso desacuerdo entre dos nuevas tendencias dentro de ETA-V, que se definieron en la celebración de la segunda parte de la "VI Asamblea". Los dos nuevos sectores se dividieron nuevamente en obreristas (ETA Político Militar) y militaristas (ETA Militar), aunque en esta ocasión, y durante los años siguientes, ETA-P.M. realizó muchos más atentados terroristas que sus correligionarios de ETA-M., probablemente debido a que en aquella época ETA-M disponía de muy pocos militantes. El día 20 de noviembre de 1975 murió Franco, el Jefe del Estado, y con él también murió su dictadura, iniciándose en España una Monarquía Parlamentaria reconocida a nivel internacional como una de las mejores y más completas democracias del mundo. Como dato curioso hay que decir que la organización terrorista ETA "sólo" asesinó a 45 personas en los dieciséis años de su existencia durante la dictadura de Franco, y, curiosamente, al llegar la democracia a España fue cuando este grupo terrorista más intensa e indiscriminadamente se dedicó a matar a gente de todo tipo, entre los que se pueden contar decenas de niños y personas inocentes que tenían la desgracia de pasar por un determinado lugar cuando los terroristas hacían explosionar sus bombas. En los veintitrés años de democracia que discurren desde que terminó la dictadura franquista hasta el asesinato en Rentería (Guipúzcoa) del concejal vasco Manuel Zamarreño, en junio de 1998, la organización terrorista ETA asesinó a un total de 765 personas inocentes -siempre por la espalda- en nombre de un nacionalismo violento que la inmensa mayoría de los vascos no comparte. Es un dato realmente curioso que la actividad asesina de ETA se haya incrementado en un altísimo porcentaje, precisamente durante la democracia... Volviendo nuevamente a la triste historia de ETA hay que recordar que cuando finalizó la dictadura, y como consecuencia de las inminentes elecciones democráticas que conformarían el nuevo Parlamento, en 1976 ETA-PM creó un partido político llamado Partido Revolucionario de Euskadi con el fin de presentarse a las elecciones generales de junio de 1977, y ante esta decisión, algunos de los integrantes de ETA-PM determinaron no optar por acercarse a la política democrática y se integraron en ETA-M, ya que consideraban que el mejor modo de expresar sus ideas en democracia era por medio del terrorismo. A partir de aquella aproximación de ETA-PM a la política democrática por medio del Partido Revolucionario de Euskadi, de un modo progresivo ETA-PM fue abandonando los asesinatos como modo de expresión política, hasta que el 24 de febrero de 1981 decidió suspender su actividad terrorista, la cual desapareció definitivamente en 1984. Los miembros mas radicales de ETA-PM e impulsores de lo que ellos llamaban alternativa KAS (Koordinadora Abertzale Socialista), se integraron en ETA-M ante el temor de no llegar a conseguir sus propósitos políticos utilizando simples medios democráticos. Después de esta última escisión, el grupo terrorista pasó a denominarse definitivamente ETA, cometiendo desde entonces una gran cantidad de asesinatos que calaron profundamente en la sociedad española, como por ejemplo la bomba de Hipercor, en Barcelona, donde resultaron muertas 21 personas, y heridas graves otras 45, cuando hacían sus compras en el hipermercado; o el atentado con coche bomba cometido en la casa-cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza, donde murieron 11 personas entre las que se encontraban 5 niñas; o el asesinato del concejal vizcaíno, elegido por el pueblo vasco, Miguel Ángel Blanco Garrido, al que secuestraron y, tras advertir a los medios de comunicación que le iban a matar, le maniataron y le dispararon dos tiros en la cabeza... Los últimos asesinatos que -hasta el día de hoy- ha cometido ETA no han ido contra militares ni policías, sino contra políticos municipales. Los últimos asesinatos cometidos por ETA han ido dirigidos contra concejales vascos de pequeños municipios, elegidos libremente por los propios vascos, pero que han cometido el pecado de diferir del modo de pensar de ETA. También hay que incidir en que, en sus principios, ETA atracaba bancos para abastecerse del necesario dinero con el que poder comprar armas y explosivos, así como para pagar a sus militantes y mercenarios; aunque después, cuando llegó la democracia, los terroristas cambiaron de método y comenzaron a extorsionar y secuestrar a empresarios vascos, pidiéndoles su dinero a cambio de las vidas de ellos y sus familias. Éste fue otro de los modos con que ETA demostró el escasísimo apoyo popular del que siempre ha gozado, ya que un grupo con verdadero apoyo popular nunca habría necesitado robar o extorsionar a sus vecinos para conseguir el dinero necesario con el cual llevar a cabo su lucha: Sin lugar a dudas, el propio pueblo se lo hubiera entregado voluntariamente. Como se puede observar, la degeneración de ETA ha comenzado por ir escindiéndose de cualquier tendencia, dentro de la organización, que optase por la política democrática o por la defensa de los trabajadores; ha continuado por la práctica de la extorsión mafiosa contra los comerciantes de su propio pueblo; y ha terminado por poner bombas que no sabían a quiénes iban a matar o por asesinar a los representantes democráticos de una importante parte del pueblo vasco, por el único hecho de manifestar ideas políticas distintas a las de los terroristas. Tras varias importantes acciones policiales llevadas a efecto contra la cabeza e infraestructura de la organización terrorista -que la debilitaron sustancialmente-, y al observar ETA que secuestrando empresarios y matando concejales demócratas sólo estaba consiguiendo perder los pocos apoyos que le iban quedando; el día 16 de septiembre de 1998 declaró una tregua indefinida, a la vez que el partido político afín a sus ideas, Herri Batasuna, cambiaba de nombre para presentarse a las elecciones del 25 de octubre del mismo año. Según el sentir general, ese partido político -ahora Euskal Herritarrok- cambió de nombre para conseguir un efecto de renovación ante las elecciones, tratando de convencer a sus potenciales votantes de que por fin dejaban atrás los larguísimos ríos de sangre producidos por los centenares de asesinatos de inocentes que nunca condenaron. Después de las elecciones vascas, en las que sólo un 37 % del censo electoral del País Vasco votó a partidos nacionalistas (674.584 de 1.821.456), estos partidos nacionalistas, PNV y Eusko Alkartasuna -en unión del Partido Comunista-, firmaron el "Pacto de Estella o Lizarra" junto a Euskal Herritarrok, formando así frente común con un partido que, como ha quedado dicho, es el que más próximo está a las tesis de ETA y el que siempre se ha negado a condenar cualquier tipo de atentado terrorista de la banda armada. Tras la medida tregua declarada por ETA, algunas organizaciones juveniles creadas por los propios terroristas, tomaron el relevo de sus mayores y continuaron de un modo perfectamente organizado con los atentados, evitando producir muertes pero tratando de causar el mayor daño posible a las personas que manifestasen otras ideas políticas ajenas al nacionalismo vasco. Estos grupos de jovencitos terroristas -afines a la organización JARRAI- también son conocidos como grupos "Y" de ETA, los cuales suelen ser reclutados entre la juventud más fracasada y con más problemas familiares del conjunto del País Vasco. Los objetivos de los nuevos terroristas han sido -y siguen siendo- los representantes de otros partidos políticos vascos, que bien pueden ser de derechas (Partido Popular) o de izquierdas (Partido Socialista), pero que no comparten sus ideas nacionalistas. Y mientras los nuevos terroristas atacan con bombas incendiarias los domicilios, automóviles y demás propiedades de los concejales no-nacionalistas; los partidos nacionalistas a veces condenan estos actos, aunque, eso sí, con voz baja y pocas palabras. De todos modos, y a pesar de los continuos atentados, los integrantes de estos partidos nacionalistas -de un modo hipócrita tal vez- continúan haciendo ese frente común con Euskal Herritarrok que, como todos saben, es el fanático partido político por el que la organización asesina ETA se siente representada. La calculada consecuencia de este nuevo terrorismo etarra contra los concejales democráticos, es que algunos de ellos se están retirando de la política por miedo a la continua y violenta presión a la que son sometidos junto a sus familias; y aquellos otros que quizá tuvieron la intención de presentarse a unas elecciones, simplemente no lo hacen, aterrorizados por las continuas agresiones de que son objeto los que se atreven a manifestar una idea diferente a la de los nacionalistas vascos. Es posible que los terroristas y sus socios, actualmente estén tratando de que el pueblo vasco se encuentre en una situación similar a la que se vivió en la Alemania nazi de Hitler antes de iniciarse la Segunda Guerra Mundial, es decir, probablemente se esté intentando crear un odio irracional contra todo lo que no sea la idea nacionalista, haciendo ver a todos los vascos, por medio del terror, que la única opción posible dentro del País Vasco es el nacionalismo. Esto excluiría cualquier otra alternativa política, aceptando la eliminación violenta de todos aquellos que no sean partidarios del totalitarismo nacionalista vasco. De todos modos, los verdaderos demócratas vascos todavía están llenos de esperanza ante la posibilidad de que la sensatez acabe imponiéndose por sí sola sobre la cerrazón y la violencia, esa injusta y triste violencia provocada por algunos nacionalistas vascos, que parecen no ser capaces de aceptar ni reconocer la pluralidad política de un pueblo libre. Angelberto. Mi nacimiento no me vincula a un único rincón. El mundo entero es mi patria. (Séneca) Esta web puede verse en las siguientes direcciones http://clientes.vianetworks.es/personal/angelberto/ |
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