Ayer, sábado, por fin ha sido detenido Jurdan Matitegui Lizaso en una localidad del sur de la ciudad francesa de Perpiñán, conocida como Montauriol. La detención ha sido realizada por la Policía Nacional española en colaboración con la Policía Judicial francesa. Se presume que en la actualidad era el máximo dirigente de la banda terrorista, y esto nos lleva a una realidad bastante preocupante para ETA y el nacionalismo que la sustenta, cuya realidad no es otra que su claro declive, ya que en muy pocos meses las Fuerzas de Seguridad han logrado desarticular la cúpula de ETA en varias ocasiones (1, 2, 3) y además la mayoría de los vascos han acabado optando en las urnas por ideologías alejadas del nacionalismo vasco.

Como se recordará, Jurdan Martitegui formaba parte del comando Vizcaya hasta que fue desarticulado por la Guardia Civil en julio del pasado año. Durante el tiempo que este comando permaneció activo, realizó un buen número de atentados terroristas poniendo numerosas bombas en distintos lugares de Vizcaya, y se ha demostrado que tiene en su haber al menos un asesinato con coche bomba; el del guardia civil, Juan Manuel Piñuel Villalón, en Legutiano (Álava).

Jurdan Martitegui, como tantos otros asesinos de ETA, se inició en la "kale borroka" o terrorismo callejero, a cuyos integrantes, el que fue presidente del PNV, Javier Arzallus, denominaba con tierno paternalismo "los chicos de la gasolina". Evidentemente, y como bien decía el propio Arzallus, unos tenían que agitar el árbol para que otros recogiesen las nueces (de ahí su "paternalismo"), aunque me da la impresión que a éstos les van quedando cada vez menos nueces...

La cuestión es que Jurdan Martitegui se había citado en una pequeña iglesia, al lado de un cementerio próximo a la localidad de Montauriol, al sur de Perpiñán, y llegó allí en un Volkswagen Golf robado y acompañado por un liberado de ETA que ejercía las funciones de conductor, cuya identidad aún no ha trascendido. La cita era para entrevistarse con Alex Uriarte Cuadrado, que es sobrino de un histórico de la banda terrorista al que se conocía como "Señor Robles" (Eloy Uriarte Díaz de Guereño). Alex Uriarte venía de España en su propio coche, un Audi color rojo, para recibir instrucciones.

En la detención se intervino un recipiente de los que usa ETA para confeccionar sus bombas, y ninguno de los tres cobardes ofreció ningún tipo de resistencia a la detención aunque los tres iban armados con pistolas. Ah, y esta vez no se mearon, creo.

Después de que la policía realizase esta primera intervención, empezaron las detenciones en España con el siguiente resultado: En Vitoria han sido detenidos Igor García Ochoa, Asier Ortiz de Guinea Íñiguez de Cirano y Olaritz Aracama Moreno; en Bilbao se detuvo a Sergio Bravo Sáez Urabain; y en Guipúzcoa, concretamente en Rentería, resultaron detenidos Gorka Iriarte Sáez y Jonathan Guerra Tejero, todos los cuales formaban parte de un comando que dirigía el detenido en Francia, Alex Uriarte, quien al parecer iba a recibir instrucciones para realizar un atentado con coche bomba contra el que será nuevo lehendakari de Euskadi, Patxi López, u organizaciones e instituciones próximas, ya que para los nacionalistas vascos es insoportable que los ciudadanos hayan elegido como presidente de esa región española a una persona no nacionalista.

Después de las detenciones se han realizado varios registros domiciliarios en los que se ha intervenido abundante documentación que servirá para abrir nuevas investigaciones y para detener a más payasos nacionalistas.

Ocurra lo que ocurra y por muchos atentados que puedan cometer los cuatro gilipollas que van quedando, lo cierto es que el nacionalismo vasco, con ETA a la cabeza, va de culo y cuesta abajo. Cada vez está resultando más fácil detener a miembros importantes de la banda terrorista, y los ciudadanos vascos se están empezando a dar cuenta de que el camino iniciado por el fascista y racista Sabino Arana no conduce a ningún lado.

La violencia que inició con sus palabras el fundador del PNV, y que con tanto empeño ha continuado ETA, sólo han servido para generarnos a todos (a los nacionalistas incluidos) un dolor absurdo por lo innecesario, porque me da la impresión de que en el mundo globalizado en que actualmente vivimos, esa importancia que los catetos le dan a la muralla en torno al terruño, cada vez tiene menos sentido.

De todos modos estoy seguro de que detrás de Jurdan Martitegui habrá otro idiota dispuesto a acabar entre rejas dentro de un par de meses, y por eso habrá pronta sustitución en la cúpula de los fracasados, pero que a nadie le quepa ninguna duda (a él tampoco) de que su fin está próximo.